lunes, marzo 13, 2006

PILAR Admiten que no hay armas legales para combatir la mendicidad

PILAR, Marzo 13, (PUNTO CERO-webpilar) Funcionarios municipales reconocieron que no cuentan con las armas legales necesarias para erradicar a los chicos que son enviados a la fuerza por adultos a pedir monedas en las calles de Pilar.La realidad, que se complica en el ámbito del distrito por el aumento de los casos que se observan a diario en las esquinas céntricas y en los centros comerciales, mantiene al Estado en vilo por la ausencia de acciones efectivas de fondo.La directora de Niñez, Adolescencia y Familia de la Comuna, Marcela López, reconoció en diálogo con WebPilar.com que "no hay una sanción legal para los padres que mandan a los chicos a pedir a la calle".La funcionaria se quejó además por las pocas armas con las que cuenta su oficina para solucionar este tipo de problemas, que generan casi la mitad de las denuncias que la ciudadanía realiza en esa dependencia."Debería existir una sanción dura para los adultos que obligan a los chicos a pedir, porque de otra manera no podemos hacer prácticamente nada", dijo López y aclaró: "Sólo citamos a los padres y tratamos de dialogar con ellos, pero cuando ellos no te quieren escuchar y no queda otra que derivar el caso a un juez de menores, el tema se diluye".La funcionaria explicó que en muchas familias existe una "tradición" de mendigar y por eso los padres apoyan esas actividades, por más de que sean consideradas una violación a la Declaración Universal de los Derechos del Niño."El trabajo que nosotros hacemos es a largo plazo y no tiene resolución fácil, porque implica un cambio de conciencia; es muy frustrante ver cómo sacás a un chico de la calle, hablás con los padres y al otro día están está de vuelta", se decepcionó la directora de minoridad.En la mayoría de las ocasiones, el niño es enviado a una esquina diferente de la que fue sacado por las asistentes sociales, con el objetivo de que no sean descubiertos una vez más. En términos generales, los sitios en donde más frecuente es observar estos escenarios son la plaza 12 de Octubre y la esquina de Víctor Vergani e Hipólito Yrigoyen en el centro de Pilar, las entradas a los shopping Torres del Sol y Las Palmas del Pilar, y los accesos al Hipermercado Jumbo.

Un trabajo difícil de calificarSegún las leyes laborales vigentes en nuestro país, que un chico pida monedas en la calle, lave los vidrios de un automóvil o cuide un vehículo a cambio de unas monedas es considerado trabajo infantil, y está penado por eso.De hecho, la ley laboral vigente presume que una persona entre 16 y 18 años está trabajando con autorización de los padres, exige que una entre 14 y 16 cuente con un permiso escrito de sus progenitores para trabajar y prohíbe bajo todo concepto que un chico menor a 14 años cumpla actividades laborales, con o sin consentimiento de sus mayores a cargo.Sin embargo, llegar a reconocer un caso de responsabilidad concreta por esos niños resulta complicado, ya que los responsables siempre son adultos pero en la mayoría de los casos se ocultan cuando el menor está pidiendo.El delegado regional Pilar del Ministerio de trabajo bonaerense, Guillermo Lindoso, explicó que "si un inspector detecta un caso de trabajo infantil al momento inicia un expediente, pero en el caso de los chicos de la calle es más difícil porque básicamente está facultada para actuar la Justicia de Menores".No obstante, consideró que para erradicar tanto el trabajo infantil en condiciones más evidentes como la problemática de los niños mendigos es necesario "un trabajo multidisciplinario entre todos los organismos del Estado competentes y la Justicia, porque si conceptualmente es un trabajo, socialmente no esta visto así".Según la visión del delegado, detrás de cada uno de estos casos existe toda una problemática social y por eso debe tener un abordaje distinto al que se tiene ante el trabajo infantil convencional."El espíritu de la ley laboral apunta a garantizar la educación y formación del chico, por eso se prohíbe que trabaje antes de los 14, porque un niño con educación será mañana un adulto mejor preparado para enfrentar el mercado", dijo Lindoso.Sin embargo, con los casos ya existentes y que toda su vida han ejercido la mendiguez, se debe hacer algo para insertarlos en el mundo del trabajo genuino.López indicó que en el municipio existe el Plan de Inserción Laboral Adolescente (PILA), en el que se enseñan oficios y se dan pautas de cómo conseguir un empleo a los adolescentes que ya están en edad de trabajar. Sin embargo, reconoció que "de treinta chicos que pasaron sólo quedaron dos" y que "no se los puede obligar a continuar".La situación de los menores de la calle en Pilar es grave, porque en la medida que no se pueda generar la conciencia necesaria en las familias, el número de niños limosneros aumenta y excede las capacidades de los planes de asistencia social.Mientras tanto, la falta de un sistema penal que castigue a los padres que los obligan contribuye a seguir agigantando las cifras de chicos en la calle, explotados hasta que son mayores por quienes deberían garantizarles una infancia feliz. (PUNTO CERO-webpilar).

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