lunes, julio 24, 2006

La diversidad de drogas y el "paco" en particular ganan terreno en Pergamino.

PERGAMINO, Julio 24, (PUNTO CERO-La Opinión) El residuo de la cocaína que se comercializa a muy bajo costo y hace estragos en las grandes urbes, ingresó a nuestra ciudad. Se suma a una serie de alcaloides conocidos, entre los que sobresale la marihuana como el de mayor consumo. Los psicofármacos y las sustancias inhalantes siguen formando parte del círculo. El peligroso vínculo directo de este flagelo con la actividad delictiva.En los últimos tiempo ha ganado "fama" en el flagelo que representan las adicciones, no sólo por cantidad sino por diversidad de sustancias que se consumen, la pasta base de cocaína, vulgarmente conocida como "paco", cuya presencia es muy frecuente en el Conurbano bonaerense. Las autoridades han tomado conocimiento del consumo de esta sustancia y la han catalogado como muy peligrosa por el impacto que tiene a nivel físico, ya que se produce un cuadro de deterioro neurológico bastante importante que conlleva, si el consumo es durante un tiempo pronunciado, a ocasionar daños cerebrales irreversibles en las personas que, inclusive con tratamientos de recuperación, no logran reponerse totalmente.Además, el bajo costo económico que tiene el "paco" lo hace aún más peligroso debido a su fácil acceso, incluso los menores que con "pocas monedas" pueden llegar a acceder a la droga. En consecuencia, se mezclan bajo precio y efectos colaterales muy nocivos para que los expertos consideren a esta sustancia como "extremadamente peligrosa".De todas maneras, de acuerdo a un relavamiento realizado por LA OPINION con autoridades competentes en el tema, en Pergamino, hasta el momento, los índices de consumo de "paco" no son significativos. Si bien la sustancia es conocida en el ambiente de las adicciones, y existen personas que lo consumen, los niveles de intensidad no son alarmantes como si han llegado a serlo en el Gran Buenos Aires."En Pergamino todavía no hay índices significativos, y esperamos que no lo sean, no se ha registrado un consumo masivo como ocurre en otros sectores de la provincia, pero se están presentando algunos casos. De todas maneras, éstos no revisten gravedad que, en el caso de que sea así, con el 'paco' prácticamente no hay tiempo para el tratamiento terapéutico sino que es necesario recurrir de manera inmediata a la internación", explicó María Isabel Servidía, titular del Centro Provincial de Atención a las Adicciones (CPA) local al ser consultada sobre el tema.Drogas y delitosEl "paco" es un residuo de la elaboración de la cocaína, es decir el clorhidrato de cocaína, y la particularidad que tiene es su precio, inferior al del resto de las drogas. Asimismo, presenta una adicción mucho mayor y las consecuencias son severas al corto plazo, estas cosas hacen que el consumidor de "paco" se vuelque a esta sustancia en forma particular y exclusiva, sin combinar con otras drogas, a las que por el precio no tiene acceso; aunque en general con otras sustancias como la marihuna y la cocaína se observan cuadros de policonsumos.Estas características hacen que el "paco" sea una de las sustancias que provoca mayores trastornos en el organismo, principalmente en las cuestiones mentales. En consecuencia, los adictos son personas que, como en cualquier cuadro psicopatológico o problemáticas similares, pueden realizar acciones relacionadas con situaciones de violencia o delincuencia, o aún peor cuando se unen estas dos circunstancias en una persona que ha consumido drogas."Sin embargo -comentó Servidía- estas situaciones no son constantes porque una persona que consume drogas no es necesariamente un delincuente, o alguien que delinque no siempre consume drogas. Es cierto que la adicción a las sustancias que se atienden en el CPA "permiten" tener conductas violentas o desinhibidas que, posiblemente, en estado de lucidez y sobriedad no hubiesen ocurrido".Existen conductas asociadas (drogas y delitos) porque el sistema en el que estamos viviendo trae aparejado problemáticas asociadas, tales como el consumismo, el descontrol en muchos aspectos, la violencia inmersa en la sociedad . "Debemos hacernos cargo como comunidad de que es lo que genera este cuadro actual.Igualmente es importante no estigmatizar al paciente adicto a las drogas con que es un delincuente porque, esa actitud, contribuye a la marginación de un sector de la sociedad como si todo lo malo pasara por ese lado", enfatizó la titular del CPA.La labor del CentroEl CPA trabaja en la atención de las adicciones, particularmente las drogas, desde hace muchos años cuando el Centro se instaló en Pergamino, en lo que respecta a tratamientos asistenciales ambulatorios individuales, grupales y familiares.En este marco, se apunta a la patología adictiva en si y no a una sustancia en particular, teniendo en cuenta que a lo que hay que atender es al vínculo que la persona establece con esa sustancia alucinógena. "Hacemos hincapié en los factores individuales, sociales y familiares", concluyó María Isabel Servidía.Para comunicarse con el CPA dirigirse a la sede local en el Hospital San José, Italia y avenida Liniers, todos los días de 8:00 a 12:00, o comunicarse al teléfono 429792 al 99 interno 167.Los estupefacientes con el delito y la visión de la PolicíaSegún estudios que se han realizado sobre esta problemática, se determina una relación entre el uso indebido de drogas y otros delitos penales, incluidos los violentos.Los estudios de casos concretos de delincuentes que han cometido delitos violentos como los de homicidios, tentativas de asesinato o robos con agresiones, indican que el consumo de estupefacientes ha sido un factor crítico.Por otro lado las tasas indican que la violencia es mayor cuando están asociadas al uso de drogas. Al mismo tiempo, si bien algunos toxicómanos cometen delitos violentos, otros no son ni delincuentes ni violentos. De todos modos, si bien los estupefacientes potencian la violencia, no es el único componente que lleva a una situación compleja, pues la personalidad del sujeto agresor es la principal causa de la violencia que ejerce.En ese sentido, la violencia vinculada al consumo de drogas puede reflejar también una cultura en ciertas comunidades que tiene otros orígenes, como una distribución desigual de los ingresos, disturbios sociales o guerras.Hechas estas salvedades, puede decirse que hay abundantes pruebas de la relación entre la delincuencia grave, la criminalidad, los delitos violentos y el uso indebido de drogas, por una parte, y las consecuencias negativas para los individuos y las comunidades, por otra.En PergaminoEn la lucha cotidiana contra la delincuencia está la Policía, y ese cara a cara permanente con los sujetos de mal vivir le brindan a los agentes no sólo sensaciones sino también certezas sobre que la mayoría de sus opuestos son adictos a alguna sustancia tóxica.Una alta fuente policial de Pergamino aseguró, a modo de ejemplo, que la mayoría de los presos que están alojados en los calabozos locales son adictos, y la prueba son los síntomas de abstinencia que experimentan en el encierro. "Si están así en los calabozos fácil imaginarse lo que son capaces de hacer cuando están libres", destacó.En ese contexto señaló que en la calle hay desde pre adolescentes inhalando pegamentos hasta vendedores de cocaína y marihuana ofreciendo esas drogas, y admitió que desde la fuerza la tarea de depurar ese tipo de sujetos es muy difícil porque son muchos los requisitos que se deben cumplir ya que no hay una legislación ágil.De todos modos aseguró que se "marcaron" varios lugares de venta de estupefacientes, entre ellos casas particulares y "puestos" ambulantes en cercanías de lugares de concurrencia masiva de personas generalmente jóvenes, que son las más vulnerables de este flagelo. En particular -según la fuente- se posicionan cerca de establecimientos educativos, cyber y durante los fines de semana en los reductos nocturnos. Pero en estos casos se considera que los adictos son "consumidores sociales" y que, en general, éstos no forman parte de los delitos que tanto preocupan a nuestra comunidad.En tanto, hay una población catalogada "peligrosa", que es la que habitualmente delinque y que es consumidora de drogas. Este tipo de personas por lo general se maneja en un ambiente marginal, donde la presencia estupefacientes es moneda corriente, y la adicción que ello produce muchas veces hace que por unos pocos pesos para comprar drogas sean capaces de asesinar a un inocente.En ese sentido una fuente policial aseguró que casi siempre que se toma contacto con un delincuente se advierten signos de adicción. "Se ven los ojos vidriosos, la transpiración desprende un olor muy característico y piden tomar mucha agua, según la droga que hayan consumido", explicó un agente que está acostumbrado a lidiar con este tipo de personas.Sobre el peligro que ello significa destacó que tratar con un sujeto que esté "puesto" es una complicación más a su ya de por sí arriesgada labor: "te enfrentan, si pueden te tiran... en cierto estado es como que no les importara nada".El "paco"Por estos días apareció una nueva sustancia para complicar un panorama de por sí oscuro, que se denomina "paco", que es altamente nocivo para la salud de quienes la consumen y durante su efecto efímero transforma al adicto en otra persona. Sobre el particular la Policía dice que en Pergamino aún no han visto "paco", pero que seguramente está instalada en algunos sectores. "Todo llega y el 'paco' seguramente ya ingresó a Pergamino", aseguró un funcionario policial, quien manifestó que la droga de mayor consumo en nuestra sociedad es la marihuana y, en menor medida, la cocaína, aunque hay una fuerte presencia de psicofármacos que se toman mezclados con alcohol, que se suman a los ya conocidos métodos de inhalación de pegamentos con tolueno y ahora surgió la aspiración de nafta. En cualquiera de las formas descriptas y otras menos conocidas, las sustancias actúan como estupefacientes y además de producir un gran deterioro físico, genera un grave peligro para la sociedad cuando los consumidores son sujetos vinculados a la actividad delictiva. (PUNTO CERO-La Opinión).

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