martes, septiembre 12, 2006

LUJAN: Innovadora propuesta de externación encabezada por un lujanense. "Es un cambio radical para la psiquiatría".


LUJAN, Setiembre 12, (PUNTO CERO-El Civismo) El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires puso en marcha el Programa de Externación Asistida para la Integración Social. Por ciertas similitudes con una ficción televisiva, se lo conoce como "Locas de amor".
Su coordinador es Ezequiel García Lizziero, un lujanense que realiza su formación médico psiquiátrica. Aseguró que la propuesta, que llegaría al interior de la provincia, "rompe con viejos moldes".
El lujanense Ezequiel García Lizziero se encuentra completando su formación como médico psiquiatra y por ello es concurrente al Hospital Borda. Hace dos años comenzó a trabajar en el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para el programa "Buenos Aires Presente", un plan de asistencia para gente en situación de calle.
A fines de 2005, la ex coordinadora general de "Buenos Aires Presente" empezó a elaborar la idea de la desmanicomialización. "Me convocó, escribimos un proyecto, y en abril de este año me nombró coordinador general del Programa de Externación Asistida para la Integración Social (PREASIS)", recordó el profesional.
Así se inicia la historia de un novedoso programa de externación para pacientes mentales, que se aplica en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y que promete extenderse hacia el interior de la provincia. En la calle, la relación con la ficción fue inmediata e inevitable: se lo conoce como "Locas de amor", la serie que protagonizaban las actrices Leticia Brédice, Soledad Villamil y Julieta Díaz.
EL CIVISMO dialogó con García Lizziero, quien se encuentra visiblemente entusiasmado con una iniciativa que busca romper moldes de atención enquistados no sólo en estructuras estatales, sino también privadas.
"La propuesta de alejar a los pacientes del manicomio es conocida. En Open Door se hace, en articulación con el municipio de Morón, y se hizo en muchos lugares del país y de Europa. Nosotros, a partir de la nueva ley de Salud Mental de la Ciudad de Buenos Aires, generamos dispositivos que contengan a pacientes en condiciones de ser externados, pero que no tienen familia continente y no tiene recursos sociales", explicó el profesional.
García Lizziero contó que "lo primero que se arman son unidades convivenciales (casas) donde viven ex pacientes de hospitales neuropsiquiátricos en condición de externación, pero sin lugar adonde ir. Esto se trabaja con un equipo multidisciplinario de profesionales sobre la integración social. Por eso hay terapistas ocupacionales, psicólogos, trabajadores sociales, psicólogos sociales y abogados".
- Es esencial el armado de un equipo completo de contención.
- Sí. Si bien todos los que trabajamos ahí somos profesionales de la salud, no hacemos un ejercicio de la profesión. No replicamos un recurso que ya existe. En el programa pertenecemos a otra órbita y trabajamos en la construcción de una red de sociabilización. Eso se aborda desde distintas áreas, lo vulnerable de lo social, lo laboral, la convivencia y el tiempo libre. En los primeros tiempos se apuntala mucho, con la idea de que en el futuro sean las propias beneficiarias las que gestionen y se generen sus demandas.
El coordinador de PREASIS dijo que los beneficiarios "son personas que atravesaron problemas de vulnerabilidad mental, de sufrimiento, y con muchos años de internación. Se identificaron mucho con la institución y por eso hay que elaborar un pasaje paulatino a un dispositivo comunitario, respetando los tiempos personales y tratando de que lentamente también comiencen a atenderse en centros comunitarios, barriales o en hospitales de la región".
- ¿Es un programa destinado a hombres y mujeres?
- El 4 de agosto pasado se inauguró la primera unidad convivencial que es para mujeres. La vacante es para ocho pacientes, en una casa del barrio de Constitución. De ahí viene la relación rápida que se hace con el programa 'Locas de amor'. En pocos días más se compraría la segunda casa, que estaría destinada a hombres. Y hay planes de dos viviendas más, pero será con una convocatoria pública de organizaciones civiles y trabajando en cogestión.
- ¿Se trabaja con alguna patología en particular o en ese sentido el programa es abierto?
- Es abierto. No está estipulado el trabajo con una patología, pero sí con gente con capacidad de autonomía. Es muy compleja la externación de pacientes y su inserción social. Pero lo que tienen en común era su vulnerabilidad social. En la casa de mujeres tenemos pacientes con psicosis, esquizofrenia compensada, cuadros depresivos y trastornos bipolares.
Desde el inicio de la convivencia, los pacientes intentan afrontar la totalidad de las relaciones sociales. "Hacen las compras y las salidas como cualquiera de nosotros. La idea es que los beneficiarios sean ciudadanos de derecho como cualquiera de nosotros. Lo que ocurre es que inicialmente no tienen recursos económicos", explicó el coordinador. Sin embargo, se alegró cuando las beneficiarias le contaron que habían salido a bailar, "a buscar novio". "Uno las veía en el hospital y se notaba el estigma del que sufre una patología y tiene un deterioro global".
"Algunas están empezando a trabajar -destacó- y todas participan de los talleres protegidos del Hospital Moyano y cobran un peculio. Igual sirve para avanzar, porque el paso previo a la casa es la adquisición de pautas de autonomía. Eso se los dan los servicios de rehabilitación. El paso siguiente son las pautas sociales".
El profesional explicó que el apoyo inicial nuestro "es fuerte. Les gestionamos una tarjeta de ciudadanía porteña que les permite ir a ciertos supermercados y tienen dinero asignado para la compra de alimentos y elementos para la vivienda. En el resto de las cosas, el gobierno se hará cargo de los gastos de la casa durante un año, prorrogable en seis meses, con opción a seis meses más. En esa última instancia, si siguen en la casa, se tendrán que hacer cargo de los gastos".
- En Open Door, ¿se trabaja con un programa igual o tiene ciertos parecidos?
- Ellos tienen en marcha un proyecto similar. Lo que se está haciendo es un aporte muy mínimo a un proyecto de externación e integración social. Tienen gestiones por casa de medio camino y unidades convivenciales. La idea es que el PREASIS comience a salir a la provincia. Además, la gran mayoría de las personas que se atienden en Capital son de provincia.
- ¿Qué elementos son básicos para poner en marcha un programa como el PREASIS?
- Lo primero que tiene que existir es la voluntad política. La ley que nos ampara en el trabajo es del año 2000 y nosotros somos el primer dispositivo en marcha. Pasaron muchos años sin importar qué sucedía en los establecimientos. Ahora parece que se comienza a entender el beneficio global. Ni siquiera es conveniente desde lo económico que un paciente viva años y años en una institución.
- La experiencia estaría indicando que en Montes de Oca y en Cabred podrían encarar un proyecto como el PREASIS.
- Se podría. Para eso falta voluntad política y recursos humanos. Se tiene que pensar bien todo el proceso. Sabemos que el manicomio no es solamente la institución y la parte edilicia. El manicomio está en cada una de las personas que están fuera y dentro. Por eso, más que un trabajo caso por caso, hay que hacerlo desde lo institucional.
Para García Lizziero es esencial "romper con la hegemonía 'hospitalocéntrica' y abordar lo comunitario y lo social. A eso se suma cambiar la mística que existe en la sociedad, relacionada con el miedo al enfermo mental. Hoy, hay gente que les golpea la puerta a las beneficiarias para preguntarles si esa casa es la sede del Moyano".
- Es un proyecto que lo entusiasma.- Personalmente estoy muy entusiasmado. Me gusta y tiene mucho que ver con mi formación. Estuve en contacto con dispositivos intermedios y las expectativas son grandes, porque es un cambio radical para la psiquiatría. Se pasa de la vieja psiquiatría a un modelo nuevo de salud mental. Se reconoce mucho más a los sufrientes y no al paciente que ocupa una cama. (PUNTO CERO-El Civismo).

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