viernes, mayo 25, 2007

EL CASO SKANSKA. ALBERTO FILOSO CON DE VIDO Y OCAÑA

BUENOS AIRES, Mayo 25, (PUNTO CERO-La Política OnLine) Debate se sumerge hoy en las borrascosas aguas del caso Skanska de la mano de un extenso reportaje al jefe de Gabinete Alberto Fernández, en el que se despacha con filosas definiciones sobre su rival, el hasta hace poco poderoso ministro de Planificación, Julio de Vido.
"Hasta el día de hoy, y no tengo porqué pensar otra cosa, no hay ningún dato que indique que Julio De Vido esté involucrado en esto. Esta idea de escalar sobre De Vido me parece muy nociva. Además, yo vi a De Vido, que ha colaborado y ha aportado para saber lo que realmente pasó”, dice Fernández. Sorprende el desparpajo del jefe de Gabinete que remarca “hasta el día de hoy”, o sea que mañana puede ser distinto, esto es, Julio de Vido involucrado en la corrupción.
Hay que recordar que hasta hacer poco decir De Vido era decir Kirchner. Varios empresarios le comentaron en su momento a La Política Online, que en entrevistas con el ministro de Planificación, al preguntarle su opinión por algún tema controvertido, este solía responder: “Yo pienso lo que piense Néstor”. Obsecuencia, o alineamiento acrítico, que por lo visto, a la hora en que las papas queman no le sirvió demasiado.
Es más el deleite público de Alberto Fernández con las penurias de su colega de Gabinete, la ubicación en las áreas que manejaba de hombres del jefe de Gabinete y de Cristina Kirchner –y la posible captura del servidor de Planificación-, indicarían que en rigor es Néstor Kirchner, quien está molesto con Julio de Vido, por cosas que sólo ellos conocen, y que salieron a la luz con el caso Skanska.

El oscuro eje Ocaña-Stronelli
Más adelante, con la soltura que otorga la impunidad, Fernández abundó en la oscura intervención de la titular del Pami Graciela Ocaña, que aprovechó su amistad con el fiscal Carlos Stornelli, para que le anticipe las medidas sobre funcionarios en su investigación del caso Skanska. Pedido que increíblemente Stornelli aceptó.
Yo le había pedido a Graciela Ocaña que le preguntara al fiscal Stornelli, porque tiene una relación funcional con él ya que es fiscal en el PAMI, si había algún dato que involucrase a algún funcionario, para no pisar en falso. Y, en ese momento, la respuesta fue no. Pero, aún así, dije que si eventualmente había un funcionario involucrado actuaríamos inmediatamente. Eso fue lo que pasó.", sostuvo Fernández presentando como un hecho ético una evidente intromisión en la Justicia.
Luego, contrariando el propio discurso presidencial, que insiste de manera autista en que se trata de “coimas entre privados”, Alberto Fernández afirmó: "Es posible que alguno (por los funcionarios) tenga un desvío ético y haga una cosa de este tipo. Es malo que ocurra, pero lo que es definitivamente nocivo es que el Estado no reaccione.
Y acá el Estado reaccionó inmediatamente."También abundó Fernández sobre la redacción del polémico decreto que dejó fuera del Gobierno a Néstor Ulloa y Fulvio Madaro, y ya rozando la grosería, se quejó: "Que todos se rasguen las vestiduras con esto me parece parte de la hipocresía argentina. Y, la verdad, en algunos casos, una profunda imbecilidad." Freud o Lacan dirían que uno odia con más furia, lo que en definitiva es y se niega a reconocer. (PUNTO CERO-La Política OnLine).

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