jueves, julio 05, 2007

LANZAN PROGRAMA PARA IMPULSAR EL CONSUMO DE HORTALIZAS

BUENOS AIRES, Julio 05, (PUNTO CERO-La Política OnLine) La crisis energética escaló nuevamente hoy al más alto nivel del gobierno que se debate ante una obviedad: todo lo que hizo -o mejor no hizo hasta ahora- ya no funciona. Lo que se propone, no gusta. Esto es aumentar las tarifas y amplificar horarios y usuarios afectados a los cortes.
Lo curioso es que esta disyuntiva le plantea al kirchnerismo un debate interesante: ¿Qué es más grave aumentar ahora las tarifas y perder algunos votos o dejarle la bomba a Cristina para que la resuelva en su mandato?
Según publicó hoy Ambito Financiero la Primera Dama preferiría correr el riesgo de perder algunos votos, pero que sea su marido quien haga el trabajo sucio de aplicar un aumento largamente negado.
Es obvio el reclamo, que su marido y los suyos -por ejemplo Julio de Vido- le arreglen el problema que crearon, y paguen los consiguientes costos.
Sin embargo, este razonamiento no parece ser el preferido por el propio Kirchner quien hoy afirmó que "no hay previstos ni cortes de energía ni aumentos de tarifas. La verdad es que es una información poco seria y precaria. Parece ser que hay que buscar una forma de desequilibrar al Gobierno", agregó y muchos se preguntaron en la Casa Rosada si estaba enviando un mensaje al dormitorio.
Luego, cayendo en la cantinela habitual buscó victimizarse y haciéndose el malo agregó en un diálogo imaginario con los empresarios del sector, muchos de ellos como marcelo Midlin y Alejandro Ivanissevich de su más íntima confianza: "Despacio señores, sin extorsiones sin nada, produzcan, inviertan, cumplan con los compromisos que tienen y después iremos valorizando los temas que correspondan".
Una lectura atenta de sus palabras revela que no descartó el aumento o "valorización" como lo llamó, sino que simplemente se arrogó la potestad de manejar los tiempos del mismo.

El Plan Cameron
Esta interna se expresa en un segundo nivel entre las diferencias de criterio, enfoque y método con que el gobierno encara la crisis energética a través de dos funcionarios: el secretario de Energía Daniel Cameron y el secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno.
Como se sabe, Cameron es partidario de reajustar las tarifas, mientras que Moreno no parece tener ninguna idea en especial salvo la habitual práctica de insultar y presionar.
No es un dato menor que Cameron es uno de los funcionarios más cercanos a Cristina, mientras que Moreno parece ser el mejor alumno del método de los "portazos" que tanto agrada a Néstor.
Cameron incluso –antes del caso Skanska- era mencionado como un reemplazo de Julio de Vido en un eventual gobierno de Cristina Kirchner.
Como sea, La Nación revela hoy el plan de aumentos tarifarios que preparó Cameron. La idea es aplicarle un fuerte aumento en el costo de la energía a las casas particulares de más de 350 metros cuadrados. Y si es necesario extender a las industrias los cortes de las 8 horas diarias a todo el día.
¿Por qué medidas tan extremas? La crisis se agravó de manera alarmante con la sequía que afecta gran parte del país y que deja en evidencia la falla estructural del sistema energético nacional. Si no llueve, la próxima semana podría duplicarse los cortes, porque dejarán de funcionar las centrales de Piedra del Aguila y Alicurá. Si llueve algo, quizá todo se postergue algunos días.
Según también cuenta La Nación, este contexto de crisis extrema le permite a Moreno -el hombre que Kirchner ha decidido poner al frente de la crisis-, acrecentar su presión sobre las empresas energéticas.
"No sé cuál es la idea -se quejó ayer un ejecutivo al matutino porteño-. Viene, camina, mira, dice malas palabras y se va. No lo pusieron ahí porque entienda de electricidad: lo pusieron porque viene a patotear. Y lo que impera ahora no es quién sabe, sino quién grita más fuerte". Una descripción bastante eficaz de lo que se conoce como kirchnerismo.
En este marco, La Nación informa que todas las generadoras termoeléctricas recibieron el miércoles pasado una notificación de la Secretaría de Moreno. Les pedía, con 24 horas de plazo, datos sobre el listado de máquinas, capacidad instalada, cuánto generaba cada una y cuántas funcionaban realmente. Ayer llegó otro texto, más ambicioso: requería detalles de las centrales, listado de máquinas, potencia, tipos de combustible con que trabajan, combustible disponible y capacidad de almacenamiento en los tanques.
Lo raro, es que toda esta información que pide Moreno es ampliamente conocida por Cammesa, la administradora del sistema que preside Cameron.
La superposición no sólo muestra la interna dentro del Gobierno, sino la estrategia oficial. Lo explicó un ejecutivo de operaciones de una generadora: "Uno recibe notificaciones, viene el tipo, insulta a todos, husmea los números y entonces tenemos la sensación de que nos están espiando. Es presión psicológica".
Algo de eso debe estar sintiendo el propio Kirchner –y al parecer de uno de sus seres más cercanos-, que hoy volvió a encolerizarse desde el atril, como en sus buenos viejos tiempos, que al parecer ya empezaron a quedar atrás. Ahora hay otra voz que opina en los asuntos del poder. (PUNTO CERO-La Política OnLine).

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