sábado, septiembre 08, 2007

LUJAN, Open Door: el lado negativo del progreso. Vecinos afectados por silos cerealeros y transporte de piedras


LUJAN, Setiembre 08, (PUNTO CERO-El Civismo) Un sector de la localidad sufre los problemas que causan una planta de silos y el movimiento de piedras que se realiza en el predio de la estación de trenes.
El problema data de 2004 pero ante la falta de repuestas y soluciones, los reclamos se reactivaron en los últimos días.
En muchas ocasiones el progreso suele presentar un costado negativo. A juzgar por la denuncia que están haciendo vecinos de Open Door algo parecido está sucediendo en esta localidad.
Las obras viales de la futura autopista en lo que es hoy la actual ruta nacional 8, sumado a la instalación de una nueva planta de acopio de cereales, causan distintos trastornos a los pobladores.
En particular, a aquellos que tienen sus viviendas cerca de los silos ubicados en terrenos del ex ferrocarril San Martín, dando lugar a una situación que muchos habitantes no están dispuestos a seguir tolerando.
Las autoridades comunales están en conocimiento del asunto. El pasado 29 de agosto, el secretario de Medio Ambiente de la Municipalidad de Luján, Lic. Aníbal Sánchez Caro, recibió una nota con unas 25 firmas. Por medio del escrito, expresan los problemas que están soportando desde que el predio de la estación de trenes “Domingo Cabred” se convirtió en puerto para la descarga de piedras y de cereales, como así también playa de maniobra de pesados camiones con acoplados.
A pesar de todo, los vecinos reconocen que la planta cerealera y el movimiento de piedra para abastecer al obrador que está construyendo la autopista Pilar-Pergamino, genera trabajo a muchas personas del pueblo. Sin embargo, exigen a las autoridades pertinentes que arbitren las medidas necesarias para que pueda disminuirse todo lo posible el impacto que producen estas actividades, tanto en el medioambiente como sus efectos en la salud de los habitantes.

TRENES, CAMIONES Y TRACTORES
Desde que empezaron a arribar, los vagones con tolvas repletas de piedras y los camiones cargados con cereal que llegan al predio de la empresa Molca (perteneciente a Molinos Cañuelas y sospechados de estar excedidos en su peso permitido) circulan las 24 horas durante prácticamente los 365 días del año por las calles internas de la localidad. Sin duda, el ritmo del pueblo cambió y para más de uno fue para peor.
Las ventanas de las casas ya no pudieron abrirse, el pavimento de las calles empezó a resquebrajarse al no poder soportar las toneladas que arrastran los camiones, y durante el día y la noche se escuchan ruidos de motores provenientes de máquinas retroexcavadoras que trabajan en forma incesante. Los nervios de los vecinos comenzaron a alterarse, la salud de muchos ya no es la misma y la paciencia lentamente se está agotando.
“Es de imaginar la polución que genera esto y los ruidos correspondientes a las maniobras ferroviarias y de camiones, con bocinazos incluidos, a cualquier hora: es realmente intolerable”, dice la carta que llegó al despacho de Sánchez Caro.
“El polvillo que vuela puede observarse en las plantas, las hojas están negras, sobre los automóviles, en los techos, sobre la calle: eso es lo que respiramos. Además, no respetan horario alguno con el flujo de transporte. Es decir, que hay movimiento de camiones a cualquier hora y transitan por cualquier lugar”, agrega.
Esta semana EL CIVISMO estuvo en Open Door. Con sólo pasar un dedo por cualquier umbral de las viviendas que están situadas en calle Fray Justo Santa María de Oro es fácil darse cuenta por qué se quejan ahora los vecinos.
Una señora que hace un año se mudó a este sector de la localidad en busca de una mejor calidad de vida, hoy sufre serios problemas respiratorios. No es la única: su nieta depende de un broncodilatador para que se oxigenen sus pulmones. “Esto nos envenena, nos está quitando salud”, le contó a este medio.

NEGOCIO PARA ALGUNOS
A todo esto, dijo que en la farmacia del pueblo aumentó la venta de medicamentos, de manera alarmante, después que se instalara la última empresa acopiadora de cereal. “Desde que están los silos, nunca la gente estuvo tan enferma”, acotó en medio de evidentes dificultades para poder hablar y respirar.
Frente a esta situación, los vecinos que firmaron la nota lanzaron un ultimátum: “Pedimos con urgencia que se desactive la planta correspondiente a la empresa Molca y se discontinúe el operativo de piedras que se está llevando a cabo. Consideramos que no corresponde que funcionen en esta zona urbana”.
De todos modos, no será nada sencillo que esto ocurra. De acuerdo al testimonio de un vecino la empresa encargada de transportar la piedra empezó a abrir un camino en medio de un campo para que el movimiento de camiones deje de hacerlo por el pueblo. Una vez concretada esta alternativa, las piedras saldrían del predio de la Estación hasta el obrador, ubicado en ruta 6, sin atravesar el pueblo.
Pero hasta que la futura autopista no sea una realidad, la empresa no está dispuesta a dejar de trabajar por más que se opongan los vecinos, el municipio o se lo pida la Justicia, según dicen en Open Door quienes pudieron hablar con los responsables de la firma.
En tanto, Molca implementó algunas medidas para minimizar el impacto ambiental que causa el polvillo que se desprende de los silos: plantó pinos prácticamente en todo el perímetro, aunque los árboles apenas tienen un metro de altura.
El malestar que hoy cunde en este sector de Open Door es fruto de un largo proceso, en el cual muchos de los vecinos que se siente damnificados llevan adelante desde 2004.
Concretamente el 6 de abril de ese año, la concejal y vecina de Open Door, Liliana Molina, presentó un pedido de informe que el DE al día de hoy no respondió. El trámite, aprobado por el Concejo Deliberante, fue derivado el 2 de julio a la Dirección de Defensa del Consumidor donde quedó guardado en algún cajón.
En tanto, este martes a la mañana estaba prevista una reunión entre los responsables de las empresas y funcionarios municipales para regular la actividad de modo que la actividad no perjudique el medio ambiente.

Camiones causan molestias
Otro problema parecido tiene como protagonistas a los camiones que ingresan a Open Door por avenida Cabred. Recientemente reasfaltada, la obra vial llevada a cabo por la Municipalidad -a dos meses de las elecciones- corre serio riesgo de volver a destruirse en poco tiempo. Y todo por culpa, según dice muchos pobladores, de una cancha de taqueo para la práctica de polo que tiene la firma Molinos Argentinos en su predio y que suele ser utilizada por los responsables de la compañía.
En las tierras por donde suele despuntar el “deporte de los reyes” jugadores de escaso handicap, consideran los vecinos que debería haber un camino para que transiten los camiones que llevan cereal para los molinos. Como esto no sucede, ocurren hechos que pueden derivar en situación más grave.
Hace unos días, un camión con acoplado estacionó frente a un comercio. Cansado ya de que esto continúe ocurriendo, el comerciante cruzó una camioneta y advirtió que de seguir sucediendo este tipo de situaciones, está dispuesto a cortar la ruta si es necesario y no se encuentra una solución a la brevedad. Su idea cuenta con el apoyo de muchos vecinos.
En la nota que recibió el licenciado Aníbal Sánchez Caro se hace referencia también a este inconveniente. “Es necesario rediseñar la circulación de todo flujo vehicular y controlar fehacientemente el estudio de impacto ambiental por la polución que generan, obviamente efectuando el control correspondiente; pero no por funcionarios sino ver la posibilidad de que el poder de policía sea ejercido por los ciudadanos que nos perjudicamos”, propusieron.
Y agregaron: “¿Sabe qué pasa licenciado? Luján está muy lejos de Open Door y no pueden venir cuando los necesitamos. Es decir, cuando las nubes de polvillo vuelan alegremente o los camiones se estacionan a cualquier hora en la avenida ¿nos entiende?”. (PUNTO CERO-El Civismo).

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