miércoles, septiembre 19, 2007

POLÉMICA EMPRESARIAL. ¿LÁZARO BÁEZ COMPRÓ A FRANCO MACRI? Por Carlos Pagni

BUENOS AIRES, Setiembre 19, (PUNTO CERO-La Política OnLine) En su habitual columna del diario La Nación, el eximio periodista expone datos sobre una fuerte polémica empresarial, que vincula al patagónico Lázaro Báez con Iecsa, la empresa de Franco Macri. Aquí la imperdible nota
Veinticinco viajes dentro del país, de los cuales 9 están destinados a localidades de la provincia de Buenos Aires, tres a Santa Cruz y tres a Córdoba. Veinticuatro anuncios de obras o subsidios, con nueve inauguraciones concretas. Una reunión con sindicalistas y otra con empresarios. La visita a una basílica católica para inaugurar su restauración: más obra pública.
Fotos con un deportista y un showman. Y una obsesión: Santa Cruz, adonde harán dos visitas más. Es la agenda de los Kirchner hasta las elecciones del 28 de octubre. Leerla significa poner a contraluz una radiografía de sus intereses, sus prejuicios, sus recursos para seducir. Su visión del país. Su método.
La geografía electoral de Néstor Kirchner y su esposa presenta tres zonas en relieve. Santa Cruz, el conurbano, Córdoba. Allí se concentrará el esfuerzo de los próximos 35 días. El Presidente aparecerá hoy, otra vez, en su provincia. Inaugurará un acueducto de 120 kilómetros en San Julián. Ex funcionarios del gobierno de Santa Cruz calculan que habría costado 40% más de lo previsto. Habladurías de pueblo chico. La licitación la había ganado Esuco, de Wagner. Pero la obra la hizo Austral, de Gotti.
Los apellidos santacruceños se repiten en las obras que Kirchner prevé inaugurar, también en el conurbano. Sólo está ausente Lázaro Báez. Parece que lo discriminaran. Salvo que sea cierto lo que afirma el mercado y niega la empresa: que le compró Iecsa a Franco Macri, asociado a su sobrino Angelo Calcaterra. Si fuera así, llama la atención la cantidad de trabajos que ganó esa compañía: desde soterramientos ferroviarios en la Capital hasta la construcción de pasos a bajo nivel en Tigre o de hospitales en Florencio Varela.
Nada de esto importa en San Julián. Kirchner llegará hasta allí para controlar la adhesión a sus listas. La oposición no pudo articularse, pero en Olivos temen que el radical Eduardo Costa llegue al 30% de los votos contra el gobernador Daniel Peralta. La provincia se insubordinó. Kirchner tal vez piense hoy en Hernando de Magallanes, quien pasó el invierno en San Julián y cuando su tropa lo desobedeció, la pasó a degüello.
Es preferible apostar a la persuasión: el jueves volverá a la provincia, a Puerto Deseado. Kirchner cree que si en su distrito se le suelta un punto, la urdimbre que tejió en la Nación tardará poco en deshacerse.
Santa Cruz es la casa matriz de un proyecto político que ha constituido su sede central en el conurbano bonaerense. Duhaldismo puro. El matrimonio presidencial decidió arar esa superficie. De los 24 anuncios previstos sobre obras y subsidios, 10 se los lleva la provincia de Buenos Aires. Hasta el día de las elecciones, habrá contribuciones a hospitales, inaugurarán plantas de purificación de líquidos (Moreno), presentarán antecedentes de trenes (Buenos Aires-Mar del Plata), se firmarán convenios de obras (Berisso, Ensenada, San Martín), anunciarán arreglos de rutas provinciales (25 de Mayo), abrirán hospitales (Florencio Varela).
El 22 de octubre habrá una concentración en Bahía Blanca y, al día siguiente, otra en Mar del Plata. Los dos intendentes anfitriones, Cristian Breitenstein (un joven K doctorado en filosofía en Alemania) y Daniel Katz (radical que esperaba convertirse en ministro de obras públicas de la provincia pero será diputado nacional), vienen de insultarse con Felipe Solá. Será lindo mirar al escenario.
Para no olvidar el interior, Cristina hará visitas solitarias a ciudades importantes. Una por localidad: Rosario, Resistencia, Neuquén, Corrientes, Concordia, San Juan, La Rioja. Hay provincias por las que no hace falta pasar: fueron "escrituradas" por el PJ (Tucumán, Chubut, Formosa). Y otras que requieren, por su volumen electoral y el nivel de su crisis política, tratamiento prolongado.
Córdoba, por ejemplo. Habrá tres actos de campaña mientras el kirchnerismo se sigue cruzando denuncias de fraude: el viernes próximo Cristina aparecerá con José Manuel de la Sota en el Palacio Ferreyra y el 10 de octubre estará en Río Cuarto. Kirchner irá el 4 a Villa María. ¿Habrá alguna foto con Luis Juez? Seguro no la habrá con Ricardo Jaime, aunque buena parte del proselitismo de inauguración del gobierno fue organizada por él.
En la tabla de equivalencias de Cristina un intendente del conurbano equivale a tres o cuatro gobernadores, pero una estrella internacional cuadruplica a un intendente. Esta regla de tres explica por qué pasará tanto tiempo en el exterior.
Sobre todo en Nueva York, donde la esperan dos astros del firmamento progre: el juez Baltasar Garzón y Clinton (Bill, no Hillary), con quien habrá una entrevista por la que se movió, entre otros influyentes, un empresario mexicano con participación en la industria argentina de TV por cable.
Desde el punto de vista conceptual, los viajes a Estados Unidos, Brasil (donde a los gobiernos les está prohibido realizar inauguraciones tres meses antes de los comicios) o Chile compensan una campaña en la que el superávit fiscal, metabolizado en obras o subsidios, es un protagonista más visible que el candidato.
Sin embargo, para refutar a quienes sostienen que en el interior del Presidente sigue dominando el ya lejano intendente de Río Gallegos, el secretario general Oscar Parrilli salpimentó la agenda con un poco de capital simbólico. El 8 de octubre entrará en la Casa Rosada el basquetbolista estrella Emanuel Ginóbili y el 20 el matrimonio irá a Bolívar para inaugurar con Marcelo Tinelli un polideportivo que lleva el nombre del abuelo del showman. Será lo más cercano a una presentación cultural.
¿Religión? También poco. Apenas la inauguración, el sábado que viene, de las obras de la Basílica de Luján a las que Julio De Vido confía la salvación de su alma. Estará el bonachón Rubén Di Monte, obispo a quien ya Carlos Menem y Esteban Caselli recurrían en los 90 cuando había algún chisporroteo con el episcopado. Mensaje para Jorge Bergoglio.
Habrá intrigantes que pondrán la vista más abajo para mirar el 17 de Octubre en la agenda de los Kirchner. "Día de la Lealtad", casi una broma posmoderna. Cristina y su esposo irán a La Matanza para inaugurar una escuela-fábrica amadrinada por la UOM. Es el sindicato del que, dicen, saldría el heredero de Hugo Moyano en la CGT. Fantasías de quienes suponen que el Presidente romperá con el transporte. Aunque debería estar atento el camionero: la ruptura de Luis Barrionuevo fue coordinada al detalle con Kirchner a través de Juan Carlos Mazzón, el artífice de la política electoral de Catamarca.
El pacto no alcanzó, es cierto, para conseguir el indulto de la candidata: por los huevazos de 2003 esa provincia fue tachada del mapa electoral. (PUNTO CERO-La Política OnLine).

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