miércoles, enero 09, 2008

Relevaron de Luján Primera al capitán Marcelo Oberti

LUJAN, Enero 09, (PUNTO CERO) Tras una acalorada discusión entre la intendenta Rosso y el capitán Oberti durante la madrugada del 25 de diciembre por la clausura de un pub, el viernes fue removido de su cargo el titular de Luján Primera.
El cambio de comisario se produce en momentos en que circulaba la versión del posible traslado pero del inspector Hugo Santillán.
Al final, el local nocturno que derivó en el altercado en la seccional local volvió a abrir sus puertas.
El lunes 31 de diciembre el capitán de Policía, Marcelo Oberti, convocó a los medios a su despacho con la finalidad de efectuar un sencillo brindis por el año que estaba por terminar y desear mejores augurios para 2008. Fue uno de sus últimos actos como titular de la dependencia y el contacto final que tuvo con la prensa. Sin que ningún medio lo advirtiese en ese momento, el brindis sonaba a despedida.
Por dos motivos bien diferenciados, el capitán Oberti ya no volverá a pisar el edificio de Las Heras al 300 con sus jinetas de comisario en la chaqueta azul. Oficialmente, se afirma que, tal como tenía previsto hacerlo, salió de vacaciones hasta el 20 de enero y hasta el martes a la mañana no existía comunicado interno ni despacho por escrito que afirmara ni desmintiera lo que es un hecho consumado: el cambio obligado de puesto.
Sólo una muy remota confirmación del Ministerio de Seguridad podría devolverle a Oberti el cargo que ostentó entre junio de 2007 y los primeros días de enero. No obstante, desde la Distrital notificaron a la Jefatura Policial en La Plata los cambios implementados.
A última hora de la tarde del viernes, y cuando los medios gráficos ya estaban en proceso de impresión o distribución, se conoció la inesperada noticia. Acababa de concluir una maniobra tejida con astucia y paciencia entre el más alto poder político local conjuntamente trabajada con la jerarquía policial de este distrito.
En una semana cargada de rumores sobre posibles cambios policiales, se produjo el menos esperado. Por estos días, los corrillos apuntaban al presunto reemplazo del inspector Hugo Santillán, quien está al frente de la Policía Distrital. En su lugar, los mismos policías mencionaban la llegada del lujanense y capitán de Policía Marcelo Palmieri, merced a su amistad con el ex combatiente y ahora con influencia en el gobierno de Rosso, Marcelo Sánchez.
De haberse concretado el arribo de Palmieri, se hubiese producido un cimbronazo en la estructura policial difícil de medir sus consecuencias. Sin embargo, nada de eso ocurrió y al menos tres capitanes -como así también varios subalternos- respiraron aliviados al saber que esta propuesta no prosperaba.
En cambio, la sorpresa se produjo con el relevo de Oberti, quien terminó siendo el “pato de la boda” al quedar en el medio de un juego de intereses cruzados, donde no estuvieron ajenos fuertes lobbys por retener el poder y escalar puestos dentro de la institución sin que se respetaran lealtades entre colegas. De hecho, varios uniformados mencionan “off de record” palabras como “traición” y “vueltos” que recibió el ahora ex titular por parte de un sector del personal que al parecer creía tenerlo de su lado. Al mismo tiempo, miran de reojo hacia San Martín 550 porque entienden que en ese lugar empezó a tramarse el final de esta historia.
Desde el gobierno municipal confirmaron el cambio de titular de la principal dependencia policial de Luján y se apuraron en decir que la decisión corrió por cuenta “exclusiva” de Santillán, y hasta anticiparon, el viernes a la tarde, el nombre de su reemplazante en el cargo. Se trata del también capitán Sergio Fiore y hombre de confianza del inspector Santillán.
Si bien el cambio de comisario tomó por asombro a algunos, para otros era previsible, a tal punto que en horas de la mañana de ese mismo viernes personas cercanas al mundillo jurídico-policial daban como un hecho lo que por entonces no era más que una versión con aparente poco asidero. Inclusive, mencionaban nombres de posibles reemplazantes y de otros jefes policiales que desembarcarían en la seccional local dispuestos a empezar a prestar servicio en nuevo destino. En tal sentido, insinuaban que el capitán Luis Galar, actual jefe de Turno en la Distrital, iría a la Primera, pero ante el panorama que presenta la actual situación seguirá en el puesto que fue asignado.

EL NUDO DE LA CUESTIÓN
Resulta difícil no relacionar el relevo de Oberti con la tumultuosa noche de Navidad protagonizada por la intendenta Graciela Rosso, en su cruzada por cerrar locales nocturnos que no se ajustaban a las normas vigentes.
La madrugada del 25 de diciembre Rosso entró a la Comisaría Primera dispuesta a dejar en claro quién es la autoridad máxima de Luján. Cuentan los que fueron testigos de su presencia en la seccional, que la jefa comunal “lo levantó en peso” a Oberti al exigirle que procediera a mantener la clausura del pub “Infierno Grande”. Todo sucedió minutos después de que el dueño del bar violara la faja blanca en las puertas tras ser infraccionado por inspectores municipales que constataron la presencia de cientos de personas más que las permitidas.
El encuentro entre la intendenta Rosso y el capitán Oberti -insisten lo que estuvieron esa noche en la Comisaría- no fue precisamente en buenos términos. Puntualmente, señalan que Rosso se dirigió a la autoridad policial visiblemente ofuscada por lo que estaba pasando. Oberti, por su parte, hizo pesar su rango y le habría recriminado la forma de dirigirse hacia él. En otras palabras, no estaba dispuesto a dejarse gritar por más que la interlocutora de turno fuese la intendenta, aunque esto sellase su suerte.
Acto seguido, Oberti intentó explicarle que resultaba inconveniente ir al atestado pub con la fuerza pública tres horas después de las campanadas de Navidad y contando con apenas tres efectivos a su cargo. A todas luces, una tropa escasa para controlar una multitud de jóvenes dispuestos a dar riendas suelta a los festejos y a los excesos propios después del brindis. Estaba latente la posibilidad de una asonada, como sucedió hace algunos años en Mercedes entre la Policía y cientos de jóvenes que terminó en serios disturbios en las calles por causas similares.
Oberti, en su momento, minimizó el altercado verbal, aunque era un secreto a voces dentro de la fuerza policial el incidente ocurrido en la Comisaría. Haberle levantado la voz a una mujer terminó por costarle el puesto.

DE REUNIÓN EN REUNIÓN
Lo cierto es que Rosso y Santillán se reunieron recientemente en dos oportunidades. La primera reunión tuvo lugar días antes de las fiestas y trataron temas concernientes a la seguridad del partido de Luján. La segunda ocurrió días después del altercado verbal en la seccional.
El inspector Santillán dijo que ambos encuentros fueron “por razones de trabajo” y “por temas puntuales como los patrulleros, los ‘vigis’ nuevos que tienen que venir y no vienen, y por un barrio que pidió seguridad”. Otras fuentes policiales, por su parte, indicaron a este medio que en la segunda reunión Rosso tenía un tema excluyente a tratar: la remoción de Oberti.
En ese cónclave, sin divulgación oficial a los medios, quedó definida la suerte, dispar por cierto, tanto de Santillán como de Oberti. Mientras el inspector fue confirmado en su cargo, despejando así toda posibilidad de que su sillón lo ocupe Palmieri, el capitán Oberti tenía los días contados al frente de la seccional Primera.
Ante la consulta efectuada por EL CIVISMO, Santillán negó que la jefa de la comuna le haya solicitado el relevo de Oberti. “A mí no me pidió nada”, dijo, tratando de ocultar el sol con un dedo. Y minimizó las repercusiones que tomó -tanto dentro de la fuerza como fuera de ella- el cambio del titular de la Primera, aunque admitió que hubo “un entredicho” entre Oberti y Rosso.
“Hubo un sinceramiento entre ambos y consensuamos que lo mejor era que viniera a trabajar a la Distrital (...) quisimos cambiar un poco de aire y armar un gabinete nuevo en la Distrital”, acotó Santillán respecto de la charla que mantuvo con Marcelo Oberti.
Al final, Rosso y Santillán consiguieron lo que buscaban. Lo mismo ocurrió con “Infierno Grande”, el factotum del problema suscitado, ya que la semana pasada volvió a abrir sus puertas al acudir a la Justicia tras la controversial clausura que terminó, en definitiva, por costarle el puesto al capitán Marcelo Oberti. (PUNTO CERO).

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