viernes, abril 04, 2008

Ciberpolítica. Por Carlos Fara. Colaboración de Alejandro Prince (Director de Prince & Cooke).

BUENOS AIRES, Abril 04, (PUNTO CERO) "La multitudinaria marcha contra las FARC en Colombia fue citada a través de Internet. Obreros europeos hacen “huelgas virtuales” en Internet, con blogs para denunciar a sus empresas. Se estima que las campañas de las próximas elecciones de alcaldes y gobernadores en Venezuela van a incorporar el uso de la web 2.0 como herramienta de mercadeo político, difusión de información y reclutamiento de activistas.
La ciberpolítica ¿reemplazará a la tradicional política territorial de aparatos y punteros, o incluso a la más moderna de los medios masivos de comunicación? De ninguna manera. Así como la televisión no hizo desaparecer a la radio, ni Internet reemplazará a los libros o a los diarios, las acciones de campaña cara a cara (físicamente) tampoco dejará de existir. Pero un mundo nuevo se abre en la política.
Qué está pasando con el uso de Internet en la campañas electorales en América Latina?
Los usos que se le da a Internet en el ámbito de las campañas se podrían agrupar en dos áreas: para informarse políticamente (infopolítica) y para activarse (ciberactivismo). En un reciente estudio realizado por la especialista Carmen Beatriz Fernández para la Fundación Adenauer , llegó a la conclusión que en los países donde existe menor libertad de prensa existe un mayor uso de la red como instrumento de información política durante las campañas, implicando que los votantes buscan vías de escape cuando sospecha que existe alguna censura.
Por otra parte, en aquellos países donde existen menores libertades económicas se registra un mayor uso de activismo político a través de los cibercanales. Como dice Manuel Castells “Internet y libertad se hicieron para mucha gente sinónimos en todo el mundo”.

Hay ciberpolíticos?
La enorme mayoría de los políticos en el mundo aún no comprende el impacto de Internet en su “negocio”. Están acostumbrados a medios unidireccionales –diario, radio, televisión- en los cuales el destinatario no tiene no solo la posibilidad de preguntar o comentar las propuestas de un candidato, sino directamente pasar a la “ofensiva” y plantear su propio programa de gobierno, socializándolo inmediatamente con millones de votantes.
La lógica histórica de la política fue siempre vertical y unidireccional. El nueva esfera permite un esquema horizontal y de doble mano. Lo cual hace que el escenario comunicacional se multiplique al infinito, poniendo en duda todas las teorías relativas a la manipulación por parte de los llamados medios de comunicación masivos.
Los dirigentes siguen utilizando Internet como si fueran los medios tradicionales: colgando anuncios, como un boletín del partido o folletos electrónicos. Lo siguen viendo como un lugar más donde difundir sus mensajes, sin comprender el sentido de la interactividad, y lo que ello implica para el cibervotante.
Eric Schmit -presidente y director ejecutivo de Google- dijo que muchos políticos no entienden muy bien la realidad de Internet, en parte por la edad, y lo que aprenden es a través de sus colaboradores o sus hijos. Schmidt se pregunta: si la televisión creó la actual generación de políticos ¿qué hará Internet con la siguiente generación?
¿Acaso llegará el momento de los “candidatos digitales”, generados al margen de todo estructura partidaria, sin clientelismo, prebendas, y sin depender siquiera de recursos de grandes sumas de dinero, como apunta el especialista español Javier del Rey Morató?

Otra galaxia
Más que pensar en ciberpolítica, se debería hablar de ciberdemocracia, ya que al cambiar la dirección y el contenido del flujo de información, Internet abre espacio a otros actores políticos y sociales, permite debates y movilizaciones de grupos, que los medios electrónicos tradicionales no permitían.
Es ahí donde se abre una verdadera caja de Pandora con las llamadas redes sociales, que atraviesan todas las fronteras inimaginables y logran –al menos- concientizaciones auténticamente globalizadas." (PUNTO CERO).

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