domingo, febrero 07, 2010

El 'amanecer' de un año que se presenta complicado en la Pcia

(Infocielo). Victimas de un puñado de ellos que jugaron su propio juego tras la reunión en Pinamar, particularmente en la venta del mitín del que participaron 22 de los 37 integrantes del bloque oficialista, la mayoría de los diputados bonaerenses tuvo que salir, en la semana que termina, a dar muestras de fidelidad dentro del oficialismo. El cónclave que mostro un abroquelamiento del bloque de Diputados bonaerenses del FpV-PJ ilusionó a algún nostálgico que creyó ver en la reunión a orillas del mar, exagerado quizá, el primer paso para la refundación de una nueva Diputadora, con el nacimiento de una nueva etapa en la política provincial que les devuelva un mayor protagonismo.

Con las críticas a su conducción política en la Provincia repiqueteándole aún, pero convencido de que, si es que lo hay, el mayor malestar dentro del oficialismo apunta a la Casa Rosada, Daniel Scioli remendó en la semana que termina la relación con algunos de los sospechados de traición de la Cámara Baja, sabedor de que una virtual ruptura en el bloque oficialista como consecuencia de un descabezamiento terminaría configurando un escenario legislativo lapidario para sus necesidades ejecutivas.

Con ese fin, Scioli recibió en un almuerzo al titular del cuerpo, Horacio González, con quien coincidió en que la prolongación del conflicto y, más aún, cualquier tipo de castigo en contra de los sospechados, podría configurar un escenario parlamentario crítico que allane el camino a la oposición para alzarse con un poder de co-gobierno que hoy –todavía- no tienen, pero del que no están muy lejos en ese cuerpo.

El recule de los diputados, plasmado en la solicitada que publicarán los diarios en su edición dominical –y que anticipó INFOCIELO esta misma tarde- complementa el acuerdo con desconfianza mutua entre las partes con el que buscan volver a encarrilar la relación, despejar dudas y traer algo de alivio en el arranque de un año que se sabe complicado.

No todos podrán de todas formas esquivar el escarmiento kirchnerista. Los incondicionales del ex presidente, que se ramifican en la Capital bonaerense llevando al actual intendente Bruera a un escenario de virtual aislamiento político, se preparan para desembarcar en La Plata el próximo 24 de febrero en un acto en el Club Atenas al que, nada inocentes, hay quienes impulsan invitar al alcalde para enrostrarle en la cara el malestar que germinó en el oficialismo la manera en que jugó en las elecciones del 28 de junio último. Pero además, su inocultable protagonismo –aunque en las sombras- en la operación mediática que aprovechó “el Monopolio” para esmerilar al kirchnerismo fogoneando el germen de una rebelión, dentro del PJ, con foco en la figura del ex presidente, Néstor Kirchner.

En el medio de ese escenario, el Gobernador y su Vice, evidenciaron sus diferencias en una pulseada que hicieron pública alrededor de las elecciones del 28 de marzo, en Pinamar, para completar el mandato que dejó trunco el destituido Porreti. El ex motonauta bendijo, y defiende con uñas y dientes, la candidatura del vecinalista Blas Altieri, mientras que el matancero apuesta a lograr, en la Justicia, un fallo que habilite a Roberto Porreti, el titular del partido en esa ciudad balnearia, a competir con el sello oficialista. Puede no ser estrictamente cierto, pero hay quienes dicen que en su ausencia del pais, cuando viajó a los Alpes Suizos, además de para evitar las lógicas críticas –de las que, sin embargo, no logró zafar- no le avisó a Balestrini para evitar dejarlo formalmente a cargo de la Provincia, en medio de esa pulseada, que se acrecienta.

En el Senado aprovecharon el revuelo en la Casa lindera de sus primos, para enrostrarle con forma de reproche al Gobernador la preferencia del mandamás por los ahora sospechados que -creen ellos- dejó en evidencia el ex motonauta cuando les regaló un almuerzo exclusivo de despedida de año a los habitantes de calle 53, dejándolos a ellos abiertamente de lado. Hasta el Balestrini dicen que aprovechó el río revuelto para promocionar a Juan De Jesús al sillón de Raúl Perez.

Recorrida y amague del ‘colorado’

La semana que termina no mostró actividad sólo en el volcán en el que parece haberse convertido el oficialismo, también en las trincheras del PJ disidente hubo movidas que, aunque difusas, movieron el tablero de la política bonaerense.

Eternamente de campaña, el ‘colorado’, Francisco de Narváez, volvió a recorrer la provincia de punta a punta con la idea fija –dicen- de mantener el contacto “cara a cara” con los bonaerenses que le regalaron el triunfo ante Néstor Kirchner el pasado 28 de junio. Desde el atril y por los diarios, se postula como el sucesor de Daniel Scioli en la Provincia, pero su equipo trabaja e la elaboración de un planteo judicial que le allane el camino para anotarse en la presidencial dentro de dos años. No lo dice deliberadamente ni por motus propio, pero cuando se lo preguntan se encarga de dejar la idea latente: “no descarto ser candidato a presidente”, dice.

La estrategia del colorado que le valió el enojo de su socio porteño, Mauricio Macri, reconocido candidato a pelear por la sucesión de Cristina Kirchner dentro de dos años, descansa en la presentación de una declaración de certeza ante la Justicia que –sueña- termine habilitándolo para ser presidenciable. Aunque lo nieguen en su entorno, hay quienes aseguran que alguien de su equipo ya se comunicó con el equipo del ex Ministro del Interior menemista, Carlos Corach, para elaborar la presentación judicial con la que aspira eliminar las trabas constitucionales que le impone su nacionalidad colombiana.

Dicen que el equipo de abogados del ex dueño de Casa Tía, escarba por estas horas antecedentes jurídicos en la concurrida Mar del Plata. Busca allí, la presentación de un juez de nacionalidad holandesa que, en su momento se presentó ante la Corte en búsqueda de una habilitación que lo ascienda a camarista. Se trata del caso Hooft, un juez nacido en 1942 en Utrech, Holanda, y que habría elaborado una sólida presentación para saltear una barrera que, aunque no necesariamente idéntica, muy parecida a la que le impide por estas horas a de Narváez competir en una elección nacional. De aquella presentación, quieren los denarvaístas rapiñar alguno de sus argumentos.

La ruptura con Macri empieza a parecer inexorable. Es que si finalmente de Narváez mantiene sus pretensiones bonaerenses, apostará, dicen, a una eventual candidatura de Carlos Reutemann. Lo seduce más acompañar su boleta que la del Jefe de Gobierno porteño. Y, dicen desde Santa Fe, las preferencias son correspondidas.

Polémica en la antesala de la discusión salarial

Muestra gratis de las dificultades con las que deberá lidiar los próximos meses, el Ejecutivo protagonizó en la semana un cruce mediático con un sector clave de la administración pública provincial, los Docentes. Se trate del gremio que más poder de fuego tiene, en términos del impacto que sus medidas de fuerza generan en el (mal)humor social. El mismo sector que en la génesis de su mandato, le sacó a Scioli un aumento que marcó su gestión, mostrándolo débil en la mesa de negociación salarial. Quizá sea por eso que esta vez, ante la primer prepoteada sindical, el Ejecutivo sobreactuó una reacción, desinvitándolos de una mesa a la que, unos días antes, los había convidado a sentarse con la intención de empezar a negociar.

Aunque trillada, la excusa oficial tiene, es cierto, algo de sustento lógico: sin los parámetros salariales cerrados en la paritaria nacional, mal puede la Provincia fijar los nuevos sueldos para los maestros bonaerenses. Máxime cuando, se sabe, el pulso de esta negociación impacta, inexorable, en el resto de las demandas salariales a las que deberá hacer frente en un año financieramente complicado que necesitará respirador artificial para que la Provincia no se ahogue en el exorbitante rojo fiscal que muestran las cuentas públicas.

La tirantez que reflejó la relación entre Gobierno y Gremios Docentes en la semana que termina, se manifestó no sólo con la guapeza del Ejecutivo, sino –también- con la amenaza cierta de que –una vez más- se habrá de complicar el inicio del ciclo lectivo previsto para el 1º de marzo, y la advertencia docente de que podrían levantar una Carpa Blanca emulando a la que la Central Nacional, CTERA, levantó en el ocaso del gobierno de Carlos Menem frente al Congreso Nacional en reclamo de una Ley que financie las mejoras salariales para el sector. Una resolución menemista a un conflicto suscitado en pleno proceso sciolista. No parece tan ilógico. ¿No?

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