jueves, febrero 18, 2010

Prisioneros por la Constitución. Por Dr. Marcelo Castro Corbat.

El matrimonio presidencial ha perdido sostén ciudadano y poder político. Muchos predicen que no podrá revertir el rechazo de la opinión pública, pero esa visión no es la del matrimonio, que usará y abusará de los resquicios legales, forzará a su propia tropa y extorsionará a gobernadores, legisladores y jueces tibios, para continuar con la autocracia presidencial.
La perspectiva es mala para la inestable mayoría opositora de la Nación.
No puede descartarse que el matrimonio pague por el apoyo de algunos opositores proclives a caer en la corrupción o con afinidades políticas populistas o trasnochadas, lo que trastornará todo el panorama político.
El matrimonio que gobierna y sus seguidores, se aferran al poder y la oposición sabe que no puede producir un cambio político en el Gobierno. Es un empate institucional que, de acuerdo con el sistema presidencial de nuestra Constitución, hace impracticable la sustitución del Jefe de Gobierno en forma ordenada y sin quiebre institucional hasta la próxima elección presidencial. En el sistema parlamentario la sustitución es un proceso natural.
La perspectiva argentina para los próximos dos años, es de mayores tensiones políticas y sociales, paralización económica, pobreza y deterioro del nivel de vida, etc., que se podrían evitar.
Nuestro sistema presidencial está agotado y debe ser cambiado.

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