lunes, junio 14, 2010

Más del 50% de los argentinos tienen nódulos tiroideos

(Asteriscos Tv). Más de la mitad de los argentinos tienen nódulos tiroideos y no lo saben. El mayor peligro de esto reside en que habitualmente estos tumores no presentan síntomas, por lo que se recomiendan controles médicos y chequeos ecográficos.

Así se desprende de datos textuales proporcionados por Norman Jalil (MP: 19398), especialista en Cirugía General y Endócrina, en Cirugías Mínimamente Invasivas y director de la Clínica Privada Gallia, de Córdoba:

* “Más del 50% de la población tiene nódulos en la glándula tiroidea, pese a no mostrar síntomas”.

* “Los estudios estadísticos iniciales que se basaban en la palpación de nódulos por parte del médico, mostraban una incidencia del 15 al 20% en la población general. Esto se explica porque en general sólo se pueden palpar nódulos mayores a 1 cm. Sin embargo, el desarrollo de métodos de detección tales como la ecografía, permiten actualmente detectar nódulos de hasta 2 mm, motivo por el cual hoy sabemos que más de la mitad de la población tiene nódulos en la tiroides. Esto muestra la importancia de realizar controles médicos y chequeos ecográficos, aún en ausencia de síntomas”.

* “El nódulo es un tumor, entendiendo como tal a un grupo de células que se ha independizado y que crece de manera autónoma, sin responder a los patrones de control de crecimiento de la glándula. En la gran mayoría de los casos se trata de tumores benignos, aunque hay un porcentaje bajo de los mismos que son malignos”.

* Con respecto a los nódulos es importante saber lo siguiente:
1- Los nódulos no se van solos. Requieren de la intervención de profesionales médicos.
2- No hay un tratamiento médico que permita hacerlos desaparecer. En algunos casos, el tratamiento con hormona tiroidea puede evitar que los nódulos crezcan, o bien reducir el tamaño de una glándula que está aumentada por déficit hormonal (bocio). Pero no es posible reducirlos o eliminarlos con tratamiento médico.
3- Los estudios nos dan sólo una orientación sobre el diagnóstico. No existe ningún estudio que permita afirmar que un nódulo es benigno, sólo nos permiten orientarnos.
Por eso existe un grupo grande de nódulos a los que denominamos “sospechosos”, en los que si bien no hay en primera instancia criterios certeros de que existen células tumorales, otros elementos nos llevan a pensar que éstas podrían existir. En esos casos en general se aconseja un seguimiento minucioso, o bien se indica la cirugía.
4- La enfermedad tiene cura. En el peor de los casos, una cirugía adecuada permite extirpar el tumor maligno y los ganglios regionales hacia donde el mismo se pueda haber diseminado, logrando que el paciente se cure.

Métodos de detección
· “En general, salvo que exista una cuestión de tamaño o que el nódulo genere síntomas por su funcionamiento anormal, éste en sí no dan síntomas. Nos ha tocado operar a pacientes con tiroides de más de 300 gramos (cuando el peso normal no supera los 15 a 20 gramos), que no se habían enterado que tenían tal problema. Esto sucede porque crecen lentamente y se van acomodando primero en el cuello y luego en regiones vecinas sin generar molestias ni síntomas”.

* “Mucha gente pregunta por qué en la actualidad hay tantas personas que tienen nódulos si hace algunos años no era normal ver a pacientes con este problema. Sucede que actualmente los endocrinólogos saben que es importante chequear a los pacientes, aún sin que éstos manifiesten síntomas. Entonces, se les pide el perfil hormonal para ver cómo está la función, y una ecografía de rutina, en la que se detecta el nódulo. Por eso los pacientes expresan que se enteraron de que tenían un nódulo cuando, por ejemplo, en una consulta al endocrinólogo por exceso de peso, le solicitaron una ecografía de tiroides.”.

¿Qué controles efectuarse?
* “Actualmente un chequeo tiroideo incluye análisis de sangre que informan sobre el estado funcional de la glándula, y una ecografía de alta resolución que da información acerca de la morfología. Este estudio permite incluso detectar signos que correlacionan muy bien con la probabilidad de que un nódulo sea cancerígeno. Por ejemplo: que los bordes sean irregulares, que tenga muchos más vasitos que lo irriguen por fuera y por dentro, lo cual indica que es un tumor que está buscando crecer y se auto gestiona vasos sanguíneos para que le llegue más sangre; que tenga micro calcificaciones, o que sea hipo ecogénico, es decir que sea más oscuro que el resto de la tiroides”.

* “Por lo tanto, un estudio simple y rutinario, realizado con profesionales dedicados, nos va a dar una cantidad enorme de información que nos permitirá identificar el tipo de nódulo en cuestión y la conducta más adecuada a seguir”.

¿Cuándo es necesario operar?

* “Luego de estudiar un nódulo se determina si el mismo parece ser benigno, en cuyo caso se continua con tratamiento médico y controles periódicos, o si hay sospechas de que éste pueda ser maligno, en cuyo caso se aconseja la operación”.

* “Como en muchas oportunidades no se tiene un diagnóstico certero antes de la operación, se realiza una biopsia rápida mientras se está operando, para decidir la extensión de la cirugía y poder curar al paciente. Otras veces el paciente se opera porque el nódulo es de gran el tamaño o porque genera una alteración en el funcionamiento de la tiroides”.

* “Es importante recalcar que cuando un grupo de profesionales especializados en este tipo de problemas trabaja en equipo (endocrinólogos, cirujanos endócrinos, ecografistas, patólogos, especialistas en medicina nuclear, etc.) los resultados mejoran notablemente, y las cifras de curación en caso de cáncer de tiroides son elevados a largo plazo”.

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