lunes, enero 24, 2011

Malvinas Argentinas. Cuando de elegir profesor para el hijo se trata..

A raíz de algún reportaje hecho hace un tiempo, en la mente nos quedo dando vuelta una frase sobre distintos tipos de profesores que hay en disciplinas alternativas como puede ser actividades gimnasticas, danzas, artes marciales, Etc., y decidimos recabar información sobre ítems que hay que tener en cuenta al momento de elegir lo más idóneo para nuestros hijos.
Es así que a grandes rasgos se puede tipificar que hay tres estilos de profesores y varios formas de escuelas.

Si entramos en el terreno de distintos tipos de danzas podemos decir que está aquellos profesores que abarcan todo lo moderno, incluyendo lo que se considera de revista o Hollywood.
Después están los culturales que hacen hincapié en una cultura determinada, ya se árabe, portuguesa, alemana, libanesas, sirias o egipcias o como se dan en algunos casos combinadas entre si que son las llamadas danzas del vientre y están las escuelas de danzas arabes o danza de la mujer que son aquellas que abarcan gran parte de la tradición árabe y buscan que la mujer se encuentre con si misma y su cuerpo.

Estilos de profesores
Están las netamente comerciales que solo se preocupan por competir y recaudar plata, sin importar las lecciones que conlleva la danza mal aprendida.
Están los profesores que dictan profesorado con casi nada o nada de contenido teórico y la cual por bailar y competir dos años o los necesarios, según la especialidad que se trate, dan por aprobado el profesorado de sus alumnas.
Esto trae dos consecuencias: lesiones físicas y la falta de respeto con cada danza al no conocer el origen y motivo de cada unas de ellas y de donde provienen.
Eso provoca que muchas veces se malinterprete la danza, como sucede, por ejemplo, con la danza de los siete velos en la danza árabe.
Y están los profesores que buscan el respeto de la cultura y origen de lo que enseñan y son cuidadosos de la salud de sus alumnos por medio de la práctica y del contenido teórico. Enseñándoles que lo que bailan no es solo una danza más sino que es una cultura a la cual se le debe un respeto y un cuidado particular a sus significados
Volviendo al ejemplo de la danza de los siete velos, que es mal interpretada por muchos como una danza de desnudez y sexo, cuando interpreta en realidad los siete secretos del ser humano, cada uno de sus colores simbolizan algo de nosotros o para muchos la famosa historia de Salomé bailando para Heródes a cambio de que se le entregue la cabeza de Juan Bautista, el apóstol por haberla rechazado o la historia de Ishtar de Babilonia, donde Tammuz su amado pierde la vida y esta pasa por las siete puertas del submundo para recuperarlo.
O la danza del sable, el bastón o la daga que en realidad eran armas en la época de la guerra para los hombres o de sustento para los ancianos como es el bastón para caminar y sostenerse.
Hay pasos de las danzas que son acordes a cada edad y que requieren de cierta preparación física

Cómo hace uno para reconocer o saber si alguien es profesor/a en serio? ¿Cómo se puede saber eso?
O que es lo que certifica a alguien como profesor?

Hoy por hoy muchas son “profesores” con dos o cuatro meses de aprender, al existir tantos contenidos y videos en internet, muchos aprenden de ahí y dan clases.
La forma de reconocer si la profesora sabe o no, es fijarse desde el momento que se entra a una clase, es como se para, si explica los pasos uno por uno o si solo se para repasarlos siguiendo un contexto, lo que hoy se dice coreografías de exhibición.
Lo que acredita a un profesor, en estos casos puntuales de bailes, es el renombre de con quien estudio o de que escuela egreso; dado que la mayoría de las danzas no tienen matricula ni reconocimiento de universidades, por eso cuesta mucho reconocer a los verdaderos profesores.
A otro tipo de profesores se los reconoce, porque más que nada se dedican solo a competir, o a ir de torneo en torneo y hacen su trayectoria por medio de trofeos o medallas que muchos pagan por ganar.
Algo muy común en todos los ambientes.
Todo esto es muy aplicable, por citar otro ejemplo en el reggaetón, con la salvedad que se dicta a nivel gimnasio.
Muchos gimnasios dictan clases de reggaeton, pilates, jazz, salsa, Etc.
Hay que tener en cuenta que no es lo mismo decir profesora de danzas arabes-abogada; profesor de tango y karate; profesor de tae kwon do, pilates y salsa que decir profesor de danza con formación docente en educación física. En este caso el aval es distinto porque esa persona estudio para eso y se dedica al cuerpo de niños de 3 meses a mayores de 90. Sabe y conoce el cuerpo humano, que es mejor a cada persona y que puede trabajar y que no.
Por eso, a veces no es fácil, pero lo mejor que puede hacer un padre, es averiguar bien estudios, trabajos, antecedentes, de todo aquel que se ofrece como “profe” de baile, porque a veces bailar bien tal o cual determinado tema, no da la chapa ni el título habilitante para ejercer la docencia de manera responsable y coherente.
Es bueno que los niños y jóvenes puedan cultivar distintas actividades, pero es responsabilidad de los padres, fijarse en manos de quien se delega esa función.
En todos los rubros de la educación formal o no formal, la prioridad es estar atento, en quien delegamos la enseñanza de nuestros hijos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Y con la edad que pasa? Hay responsabilidad civil por parte del docente?Gracias la nota esta muy buena chicos.Alicia de San Miguel

Anónimo dijo...

Muy buena nota, agregaría que para dar clases, se debería tener algún tipo de certificado de aptitud o similar y que quien las quiera dar, tendría que hacer algún curso de formación docente para que tengan idea de como tratar a un chico.

Anónimo dijo...

Hola chicos me encanto la nota, pra las profes existen muchas que no saben tratar a los chicos pero para eso hay cursos de pedagogia si queres te paso algunos.

Prof. Hilda Graciela Pazos dijo...

Muy interesante el comentario y permite descubrir la necesidad de una ética profesional, que lamentablemente no todos tienen. ¡Felicitaciones a la autora!
Graciela de Villa Rosa