jueves, febrero 14, 2013

El crecimiento de la cirugía reconstructiva

La cirugía plástica reparadora es la solución para muchísimos casos de pacientes con quemaduras graves y permite restablecer la función y la forma de los tejidos tras accidentes o enfermedades graves. Su relevancia en la salud pública crece siguiendo una tendencia mundial. En apenas dos décadas se habría duplicado la cantidad de profesionales que se dedican a ella en Buenos Aires y GBA.

La publicidad acrecienta constantemente una obsesión por la estética que reviste de cierta frivolidad a la imagen que la mayoría de la gente tiene de la cirugía plástica, pero la estética no es la única rama practicada por los cirujanos plásticos.

Por el contrario, la cirugía reconstructiva o reparadora es la más requerida, tanto a nivel de los centros de salud privados como en las clínicas que atienden a las obras sociales y en los hospitales públicos, donde está al alcance de todo aquel que la necesite.

“La cirugía plástica comprende la cirugía estética o cosmética y la cirugía reconstructiva o reparadora, a través de la cual cubre importantes necesidades en el sistema de salud, dando solución a un sinnúmero de problemas de la población a través de las técnicas de cirugía maxilofacial, la cirugía plástica infantil, la cirugía plástica oncológica y la cirugía del quemado”, describe el doctor Ricardo Losardo, Presidente de la Sociedad de Cirugía Plástica de Buenos Aires (SCPBA), institución científica que agrupa a profesionales acreditados en esta especialidad, y que en este año cumple sus primeros 35 años de existencia.

Dos grandes mentores, a nivel nacional, tanto de la técnica como de la función social de la cirugía plástica argentina fueron los eminentes cirujanos Ernesto Malbec y Héctor Marino, quienes a partir de la década del 50 abogaron por la plena inclusión de esta compleja especialidad en el sistema público de salud de nuestro país, además de crear centros públicos y privados donde operaban tanto a celebridades como a personas sin recursos.

“Una adecuada y oportuna atención de un paciente quemado, de un niño con una malformación congénita, de un paciente accidentado con un traumatismo facial, de una mujer operada por un cáncer de mama y que debe reconstruir sus seno –cuenta Losardo–, son algunos de los problemas más comunes en los que la cirugía reconstructiva se vuelve útil e indispensable, y permite solucionarlos parcial o totalmente”.

Un amplísimo campo de acción
Hoy gran parte de los hospitales públicos argentinos cuentan con sus áreas de Cirugía Plástica encabezadas por especialistas de primer nivel. Allí realizan diversos procedimientos, desde cirugía estética a reparadora.

“La cirugía reconstructiva más frecuente está relacionada con los tumores de piel” explica el doctor Daniel Castrillón, secretario de la Sociedad de cirugía Plástica de Buenos Aires, son muy significativos los casos de pacientes ancianos, con tumores de más de cinco o seis centímetros en el rostro o en las manos, que revelan que se han dejado estar.

En estos casos, si bien el resultado estético es muy importante, el especialista debe actuar con un criterio que priorice en primer lugar la vida del paciente, en segundo lugar, la función de los tejidos y en tercer lugar, la estética”.

Castrillón concluye que la “prioridad es extraer todo el tumor para salvar la vida del paciente, luego, que la parte del cuerpo dañada pueda seguir funcionando, y por último la estética, que también es un aspecto muy importante para la calidad de vida”.

En Argentina y en el mundo
El doctor Losardo comentó que los procedimientos de cirugía reconstructiva “vienen aumentando sostenidamente a través de los años, porque los pacientes consultan más tempranamente y no llegan al hospital con lesiones tan avanzadas”.

Si bien no hay estadísticas firmes sobre la cantidad de estos procedimientos en el ámbito nacional, el presidente de la SCPBA asegura que “la cantidad de socios de la SCPBA –que en la actualidad son más de 500– se ha duplicado en los últimos veinte años, lo que da una idea clara del crecimiento de la demanda”.

Si bien es cierto que muchos de los especialistas se dedican a la rama más puramente estética de la especialidad, “ todos los médicos especializados en cirugía plástica han realizado, por lo menos en un principio, procedimientos de cirugía reparadora”.

La cirugía reparadora, por ejemplo, representa casi la mitad de los procedimientos que se realizan en el Hospital del Quemado de la Ciudad de Buenos Aires: según cifras publicadas por el Ministerio de Salud porteño, durante 2011 ingresaron en ese centro 1383 pacientes, de los que 661 debieron pasar por el quirófano.

En el Hospital de Oncología “María Curie”, por otra parte, el 41% de las internaciones efectuadas durante ese mismo año –736 de 1794– correspondieron al área de cirugía, y en los consultorios de cirugía plástica, maxilofacial, mamaria y estomatológica se recibieron en total en el año más de 2800 consultas de pacientes demandando este tipo de operaciones.

¿Qué ocurre en otras partes del mundo? En los Estados Unidos, la Sociedad Norteamericana de Cirujanos Plásticos (ASPS) detalló, en su último informe estadístico anual, que durante 2011 sus miembros realizaron en ese país 4,3 millones de cirugías de remoción de tumores, un 3% más que el año anterior y un 10% más que en 2005.

La reparación después de una enfermedad oncológica es, por lejos, el tipo de intervención más requerida dentro de la cirugía plástica, y dentro de ella adquiere especial importancia la cirugía reconstructiva de mamas, que está en permanente desarrollo para lograr cada vez mejores resultados.

El tipo de cirugías que más creció recientemente, según la ASPS, fue la maxilofacial (125% respecto del año anterior), que implica por lo general el trabajo sobre los huesos del cráneo y el empleo de colgajos.

También son muy altamente demandadas las cirugías de manos y el tratamiento de quemaduras y escaras (llagas por inmovilidad en los adultos mayores), que en total implican unos 600 mil procedimientos anuales.

Recuperar la imagen
Una de las tareas que más ocupa a la División de Cirugía Plástica y Maxilofacial del Hospital Ramos Mejía, encabezado por la doctora Nora Petralli, miembro de la SCPBA, es la reconstrucción mamaria en las mujeres que por un cáncer u otra afección han debido sufrir una mastectomía.

“En general, la mujer que ha atravesado esa circunstancia no acepta tener que quedar así todo el resto de su vida, y hoy tiene la posibilidad de acceder a la reconstrucción, siempre a partir del momento en que la autorice su oncólogo”.

El impacto psicológico de la reconstrucción para la paciente que, de pronto, deja de verse mutilada, relata la doctora, “es altísimo”.

Explica que existe una gran variedad de opciones para la reconstrucción mamaria: “Se puede hacer la reconstrucción mediante un expansor, que elonga la piel, y a partir de allí colocar una prótesis o bien utilizar tejidos de la propia paciente como del abdomen inferior o de la espalda”.

“El rostro suele ser la zona corporal de mayor exigencia a la hora de la cirugía reparadora” explica el Dr. Ricardo Losardo, quien además se desempeña como Jefe del Servicio de Cirugía Plástica del Hospital de Oncología María Curie y agrega “ello se debe lógicamente a la importancia que tiene en la vida social. En general se deben a secuelas de accidentes o tumores de piel, que dejan como resultado tanto cicatrices como defectos antiestéticos y muy visibles”.

Recuperar la función
"En el caso de un paciente que tuvo una fractura expuesta de tibia y peroné, relata el cirujano plástico Andrés Dimópulos, Jefe del Servicio de Cirugía Plástica del Hospital Durand, es necesario realizar un colgajo muscular, utilizando tejidos de otra parte del cuerpo del paciente para que la pierna pudiera volver a ser utilizada y así evitar su amputación".

Añade que "en estas cirugías también es muy importante el cuidado posoperatorio y la rehabilitación y que a veces los inconvenientes en este período impiden el resultado deseado".

"En los traumatismos maxilofaciales, las fracturas de cara por accidentes en la vía pública son las más frecuentes" explica el doctor Flavio Sturla, ex Presidente de la Sociedad de Cirugía Plástica de Buenos Aires y con más de 50 años de actividad asistencial, "en estos casos la atención temprana salva vidas y devuelve la función con las mejores posibilidades de curación total".

Un capítulo importantísimo de la cirugía reconstructiva es la cirugía plástica infantil, "la consulta temprana de un niño con problemas de fisura en su labio, paladar y/o nariz, le da más posibilidades para lograr un tratamiento exitoso", señala el Dr. Rubén Aufgang, Jefe del Servicio de Cirugía plástica del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, y agrega que "la consulta tardía de esta enfermedad dificultan los buenos resultados funcionales y estéticos".

Por su grado de complejidad y por la diversidad de técnicas que se deben emplear, la cirugía del quemado constituye una rama particular de la cirugía reconstructiva. Según lo explica el doctor Vicente Bertone, jefe de Cirugía Reconstructiva del Hospital del Quemado y miembro de la SCPBA, “la principal tarea en la cirugía del quemado es recuperar la función de los tejidos, que es lo primero que suele perderse a causa de las lesiones”.

En las quemaduras de cierta profundidad no solamente se ve afectada la parte más superficial del cuerpo, sino también los músculos y las articulaciones, y el cirujano plástico debe intervenir lo más rápidamente posible para poder devolverle a estos órganos la capacidad de movimiento.

“Hay intervenciones inmediatas en quemados agudos, que se deben realizar lo antes posible para poder asegurar el mejor de los resultados, y otras intervenciones que se realizan en forma mediata”.

La más avanzada de las técnicas para la colocación de colgajos en pacientes con quemaduras –o con otro tipo de lesiones– es la microcirugía, que se realiza con microscopio en el quirófano, y que consiste en el meticuloso trabajo de conexión de los vasos sanguíneos y las terminales nerviosas del colgajo con las del área receptora.

Las quemaduras en el rostro suelen producir el achicamiento de los orificios –párpados, boca, nariz–, con lo cual la intervención quirúrgica debe procurar reabrirlos: “Probablemente no podamos recuperar los movimientos del párpado o de los labios, pero se logra que el paciente pueda utilizar los ojos y la boca”, pone por ejemplo.

Otras de las partes que más frecuentemente pierden sus funciones ante accidentes de este tipo son las articulaciones, y la técnica para repararlas depende de la profundidad de la quemadura: “Puede requerir simplemente un injerto de piel, o puede ser necesario remplazar los tejidos que rodean a la articulación –explica el doctor Bertone–. En última instancia, incluso puede ser necesario realizar el reemplazo de la articulación por una prótesis, en cuyo caso tenemos que acudir a técnicas similares a las de la cirugía traumatológica”.

Al servicio de la salud pública
El perfeccionamiento permanente de la técnica y el logro de mejores resultados ha hecho que la cirugía plástica sea cada vez más popular. Según el propio presidente de la SCPBA, “cirugías reparadoras y estéticas llegan cada vez a más gente”.

El doctor Losardo señaló que, próxima a cumplir los 35 años desde su creación, la sociedad que preside –que con 500 médicos asociados es la regional más numerosa de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica y Reconstructiva (SACPER)– “se ha consolidado como una institución científica de prestigio, demostrando compromiso y liderazgo en la especialidad”.

La SCPBA pertenece a la Asociación Médica Argentina (AMA) y es una sociedad de membresía voluntaria, en la que sus integrantes participan de un proceso de educación médica continúa permanente, que les permite estar al tanto de todas las actualizaciones médicas de la especialidad.

“Nuestro principal desafío actual es llegar a la comunidad no médica, y por eso se ha profundizado este año nuestra actividad extramuros, con el fin de tener un mayor contacto directo con la población a través de charlas impartidas fuera de la institución –aseguró Losardo–. Estamos a disposición de cualquier entidad barrial y educativa, dispuestos a promover y difundir la atención temprana de las enfermedades que nos ocupan, con el propósito de ofrecer una mejor calidad de vida, una meta constante de la Organización Mundial de la Salud”. (Asteriscos TV).

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