jueves, marzo 28, 2013

Todos contra Scioli y Peralta: el kirchnerismo está decidido a hacerle la guerra a los dos Danieles


Una relación irrecuperable. En la Rosada se plantean "tumbarlos" como una prueba de praxis política. Similitudes y diferencias entre ambos. 
"Si no podemos voltear a estos dos tipos, no somos capaces de nada". La frase, contundente, explosiva, reveladora del pensamiento del ala más dura del Gobierno, fue pronunciada ante este medio por un encumbrado dirigente kirchnerista del sur, cercano al epicentro del poder donde se toman las decisiones más álgidas. Una interpretación de un presente turbulento que acaso adelante los próximos pasos de la Casa Rosada en su relación prácticamente irrecuperable con los gobernadores Daniel Scioli y Daniel Peralta.
El santacruceño ya rompió, se dice que lo del ex motonauta es una cuestión de tiempo. En todo caso Cristina Kirchnerdecidió no volver a enviarles más fondos y dejar libradas a ambas administraciones a su suerte, incluso si eso se traduce en una creciente tensión social en cada terruño. Eso, claro está, por este año. Para el 2014, si los números de las elecciones acompañan, el cristinismo avanzaría con la destitución de ambos, según los planes más acalorados.
Por eso la frase. En algunos despachos de la Casa Rosada se plantean "tumbar" a Scioli y Peralta como una inigualable prueba de praxis política, de buen desempeño. "Llegó la hora de sacarnos el lastre de encima", dicen. Así registran la eventual movida algunos caciques de La Cámpora de línea directa con Río Gallegos, donde el hijo presidencial Máximo Kirchner juega a ser Napoleón.
De acuerdo a esos cálculos, si no son capaces de dejar a un costado del camino a estos "díscolos", con quienes la convivencia ya es insostenible, el kirchnerismo como fuerza política no podría plantearse metas superiores y mucho más complejas como la democratización total de la Justicia o la reforma constitucional. "No seríamos capaces de nada", se sinceran.
Así está la tensa relación del poder central con los jefes de ambas administraciones. Las denuncias de Peralta fueron claras: "Quieren desestabilizar mi gobierno". ¿Qué dirán los iluminados de Carta Abierta, siempre tan receptivos a la presencia de ánimos destituyentes?

Entre los dos pasa un meridiano
Bien mirados, Scioli y Peralta tienen mucho en común. Ambos fueron hombres de Néstor Kirchner y, pese a ciertos vaivenes propios de toda relación política, nunca cayeron en desgracia en vida del ex presidente. La era de Cristina ejerciendo el poder desde la soledad los encontró marginados.
Los dos mantienen buenos lazos con el PJ de sus respectivas provincias, que resiste el avance de los jóvenes (y no tanto) de La Cámpora, de escasa militancia pero de sobrados recursos para sumar voluntades en los distritos. Ambos se vieron obligados a soportar no sólo la presencia de caras desconocidas en las listas de legisladores provinciales, sino también la imposición de vices que responden directamente a Balcarce 50 y El Calafate: Gabriel Mariotto en Buenos Aires yFernando Cotillo en Santa Cruz.
Con Mariotto, Scioli pudo desandar algo de ese camino farragoso. Peralta hoy no habla con su por entonces compañero de fórmula, a quien acusa de trabarle todos los proyectos en la Legislatura. En efecto, Cotillo es un camporista que reporta a Máximo Kirchner. La Cámpora santacruceña ya intentó sin éxito empujar a la renuncia al gobernador cuando le vació medio gabinete y plantó bandera de rebeldía en las cámaras. No funcionó, como todo lo que hasta ahora intentó Máximo Kirchner.
Peralta no tiene poder en la Legislatura, Scioli recuperó algo y se propone ganar otro tanto tras las elecciones de este año, en las que apoyaría por lo bajo a Francisco De Narváez. Su intención es "blindarse" para resistir el seguro embate que sobrevendría el año que viene, antes de las elecciones presidenciales.
Pero hay más puntos en común, porque Cristina no cejará en su determinación de ahogar financiaremante a ambos gobiernos. Peralta pilotea la tormenta, incluso con denuncias públicas a la Nación. Scioli no consigue fondos y hasta ahora debió soportar ocho días de paro docente, que incluso podrían pasar a 11 si el Frente Gremial concreta las 72 horas de medida de fuerza programadas para la semana del 8 de abril.

¿Rompe o lo rompen?
Si bien la intención del mandatario bonaerense era coexistir con el kirchnerismo hasta 2015, cuando se propone lanzarse a la Presidencia, los tiempos se precipitaron, un signo propio de la agenda de esta época. No fue suficiente que aclarara que sólo se postularía si CFK no impulsa una reforma constitucional, ni que definiera su proyecto como una "continuidad con cambios": en Balcarce 50 ya no le perdonarán ningún gesto de autonomía.
Por eso, más que romper por su cuenta, Scioli se verá obligado a sacar los pies del plato. "Lo rompen", bromeó un avezado cuadro técnico del peronismo. Lo que de todos modos no sería perjudicial para él: de sobrevivir, se evitaría el dolor de cabeza de tener que explicar una supuesta deslealtad, tan comunes en la vida del peronismo.
En esa línea, la solicitada de este miércoles no debe confundir: los intendentes la firmaron sólo por la necesidad de fijar posición sobre el conflicto docente, que tienen que salir a explicar a las familias de su territorio. Por eso se preocuparon por excluir del documento un punto de apoyo explícito al gobernador con el que se entusiasmaban Alberto Pérez yAlejandro Arlía. El respaldo es sólo en la "gestión educativa".
Sobrevivir será de todos modos difícil para Scioli sin una Legislatura controlada, lo que explica el acuerdo con De Narváez,adelantado en exclusiva por este medio. Primero fue en la campaña. En octubre será en las listas. (Agencia NOVA).

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