jueves, abril 25, 2013

Juventud Radical de Campana: ”No puede haber inclusión social sin educación”


Desde la llegada de Néstor Kirchner en 2003 se impuso un modelo que pretendió alcanzar niveles importantes de inclusión social e igualdad.
Diez años después el mismo proyecto ve con indiferencia la degradación de la educación pública. Salarios docentes bajos, escuelas con deterioro edilicio, y la falta de una política seria que apueste a la igualdad como base para un desarrollo prospero y sostenible.
En el año 2005 fue aprobada la ley 26075 conocida como "Ley de Financiamiento Educativo" la cual entendemos, tenía aspectos positivos, entre ellos destinar para el año 2010 el 6% del PBI consolidado de todas las jurisdicciones en educación, ciencia y tecnología, incluir al 30% de los alumnos en la jornada extendida priorizando a las zonas más desfavorecidas, avanzar en la universalidad del nivel de educación media, incorporar nuevas tecnologías, jerarquizar la carrera docente y mejorar salarios, etc.
Debemos decir, con honestidad intelectual, que algunos de estos objetivos fueron alcanzados, se logró destinar el 6% del PBI en inversión educativa y se incorporaron nuevas tecnologías por medio de la entrega de la "netbook", además producto de la AUH muchos niños se incorporaron a la educación primaria e inicial. Sin embargo estamos muy lejos de tener la jornada extendida -y menos aún en las zonas desfavorecidas-, de universalizar el nivel medio donde los niveles de deserción son muy altos, la calidad de las escuelas no mejora en los sectores más marginados y nivel general del sistema educativo no ha mostrado mejoras sustanciales a pesar de los esfuerzos económicos realizados, demostrando enormes problemas de gestión para poder hacer operativos esos gastos y que redunden en mejoras sostenibles.
Prueba de esto son los Informes PISA los cuales mostraron un alarmante retroceso en la primera década del nuevo milenio, perdiendo puntaje en la calificación internacional y quedando por debajo de otros países latinoamericanos como Chile, Uruguay, México, Colombia y Brasil.
Hoy en día, la sociedad argentina perdió la confianza en la enseñanza pública, dejándola a un lado, y aquellas personas que tienen ¨la posibilidad¨ para hacerlo, deciden enviar a sus hijos a escuelas privadas.
El debate plantea los siguientes interrogantes: ¿Podemos hablar de inclusión social e igualdad cuando aquellos que menos tienen sufren una clara desventaja? ¿Es verdad que todos tenemos las mismas posibilidades? ¿O la calidad de la educación de nuestros hijos depende de la posibilidad económica que tenga una familia para acceder a la educación privada?.
Si realmente planteamos una idea de igualdad, ¿por qué no empezar con la planificación seria de la educación pública, que será la base del futuro del desarrollo de nuestra patria y que permitirá una verdadera inclusión social?.
Hoy nuestra sociedad debe reflexionar de manera madura comprendiendo que la educación es un factor que nos compromete a todos: padres, alumnos, docentes, funcionarios, gremialistas, etc., donde cada uno de los actores deben participar con el nivel necesario de compromiso con el futuro de nuestra patria y de nuestros jóvenes.
La realidad nos ve divididos: docentes reclamando un salario digno, funcionarios especulando políticamente y padres con incertidumbre.
Según uniforme LA EXCLUSIÓN SOCIAL DE LOS JÓVENES EN ARGENTINA: CARACTERÍSTICAS Y RECOMENDACIONES, de la Universidad Católica Argentina, de agosto de 2012 en nuestro país el 24% de los jóvenes de entre 18 y 24 años no estudia ni trabaja. Otro dato llamativo es que a los 15 años ya un 6% de los jóvenes no estudia.
Según el mismo informe el 39,6% de los jóvenes no terminó la educación secundaria, la matrícula en este nivel educativo alcanza al 79% de los jóvenes, al último año del secundario solo llega el 48% de los jóvenes que finalizaron la primaria y se gradúan en edad normal solo el 43%.
LOS CIUDADANOS DE LA NACIÓN ARGENTINA NO PODEMOS SER INDIFERENTES FRENTE AL DETERIORO DE LA EDUCACIÓN PÚBLICA, Y FRENTE A LA DESIGUALDAD QUE GENERA PUESTO QUE ESTAMOS RIFANDO EL BIENESTAR Y EL FUTURO DE NUESTRO PAÍS.
Conclusión: Alumnos frustrados víctimas de un sistema que los margina, para más tarde responsabilizarlos de los males de una sociedad cada vez más desigual.
JUVENTUD RADICAL DE CAMPANA

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