martes, agosto 27, 2013

EL EMPRESARIO QUE PIENSA COMO FUNCIONARIO Y VICEVERSA. La matriz industrial de Tandil en discusión.

Como suele suceder, un caso testigo pone voz al resto. Las empresas metalmecánicas locales no están ni mejor ni peor que hace 15 días, pero el cierre de Apaz Madrid les dio visibilidad a ellas, a su situación y contexto, una visibilidad que ni siquiera habían logrado los recientes anuncios sobre el vaciamiento y posible cierre de Metalúrgica Tandil.
Es lo que suele llamarse habitualmente “movimiento espamódico” y es también habitualmente la contracara de un proceso, proyectado, controlado y regulado.  En otras palabras, lo que sucedió en Tandil con el caso Apaz Madrid, con el debate que desató acerca de una política industrial, con las críticas que arreciaron contra la gestión del área de Desarrollo Local y con las respuestas que intentan los industriales en forma particular, es la contracara de una “política pública” aplicada al desarrollo industrial.
El Estado Municipal salió a defender su gestión industrial con un “mamotreto” que condenaba más que defendía lo realizado, pero sobre todo demostró que la única reacción a un impacto en su matriz productiva era el área de Desarrollo Social, aportando garrafas, comida y subsidios para alquileres.  Cero información sobre el sector, cero proyección, cero anticipación, cero reacción. Desarrollo Local se viene convirtiendo, cada vez más, en una ventanilla de pequeños subsidios, cursos y “anfitrionismo” para los empresarios que quieren mudarse al Parque Industrial.
Y en el medio de esa charla de sordos, donde la oposición reclama una política industrial y el Gobierno apela a la estrategia básica de desentenderse del problema de fondo, focalizar las responsabilidades fuera del distrito y extender el brazo de la asistencia social, un industrial arrojó un concepto sobre la mesa que se parece en mucho a lo que debería hacer el funcionario a cargo del área.  Un concepto que no agota pero que es parte central de una política para el sector.
Fue el presidente del consorcio del parque industrial, Carlos Martínez quien dijo que la ciudad tiene que cambiar su “paradigma industrial” y así correrse de un problema que lo afecta periódicamente.  En otras palabras, habló de anticipación ante un fenómeno que empieza a dar señales y que inevitablemente ocurre.
Y explicó por qué Tandil quedo fuera de la discusión automotriz nacional, por qué los cambios en los paradigmas productivos dejan a la tradición industria metalmecánica local en offside.  “No podés estar toda la vida con los mismos problemas. Tenés que correrte”, sentenció
Y arriesgó que tal vez uno de los problemas de la industria local es que no se reconvirtió a la producción de “conjuntos” y que quedó en la producción de piezas, contraviniendo así una tendencia internacional y nacional.
Pero además fue más allá al alentar la búsqueda de otros productos y salir de los tradicionales que habitualmente entran en crisis por tener alta competitividad internacional.
Tal vez la mirada de Martínez no sea la única y se contraponga a otras.  Tal vez las complemente.  Pero el valor que suma a esta coyuntura es sustancial porque pone la discusión fuera de los ámbitos multisectoriales donde se tramita el “pobreteo” y lo lleva al de la anticipación y la planificación, que es, sin lugar a dudas, lo que se le debe reclamar a una gestión: anticipar, proyectar, articular, gestionar y controlar para volver a reajustar su estrategia.
Ningún Estado ni nacional ni provincial se negará a una propuesta de envergadura y a mediano y largo plazo.  El problema es que hoy no hay más imaginación que la que se requiere para pedir un subsidio.
Hoy el escenario es más complejo y se requiere que todos los sectores aporten ideas y compromisos.  Pero sobre todo se requiere de una gestión que no gaste todos sus cartuchos buscando culpables.  Se necesita antelación: definir cómo nos va a afectar lo que creemos va a ocurrir. Y luego planificar. Virar de la política de parques industriales a la de los clusters.  Darle forma y nombre a esa sinergia que no existe más allá de un directorio de un consorcio.
Y además complementar la visión del Estado y la de los empresarios, un desafío que suele chocar siempre tanto con la incapacidad de los funcionarios como con la reticencia de los privados a ceder  compartir y información.
Si es cierto que en toda crisis puede haber una oportunidad, éste puede ser el caso.  O no.  Y en un tiempo el tema volverá a la tapa de los diarios con nuevos despidos, nuevas acusaciones cruzadas y renovados culpables. Las víctimas, las verdaderas, siempre serán las mismas. (Política Tandil).

No hay comentarios.: