lunes, abril 21, 2014

En Tres Arroyos hay signos de envejecimiento de la población

(La Voz del Pueblo). LAS ESTADÍSTICAS REFLEJAN QUE LOS ADULTOS MAYORES CRECIERON DEL 15 AL 16% DE LOS HABITANTES, MIENTRAS QUE LOS MENORES DE 0 A 14 AÑOS DISMINUYERON DEL 24 AL 22% DESDE 2001 A 2010.
Es un fenómeno mundial, pero no por ello deja de inquietar a los científicos de la demografía, respecto a la evolución etaria de las poblaciones, con toda su significación. El envejecimiento de las estructuras por edades forma parte de lo que se denomina "transición demográfica", en la cual se va tornando más alto el nivel promedio de las edades porque crece la cantidad de adultos y longevos, produciéndose en forma simultánea un descenso de los más jóvenes.
El proceso de envejecimiento de una sociedad suele ser consecuencia de varios factores, pero entre ellos figura la baja natalidad -es decir la contención de la fecundidad propia de las naciones desarrolladas- coincidiendo con los adelantos médicos y sociales que permiten un crecimiento de las edades y mayor esperanza de vida. En cambio, los países en desarrollo o de menor aumento de sus riquezas ven que es mayor la natalidad y también aumenta la mortalidad.
En lo que hace a Tres Arroyos, hemos tomado en consideración los datos de los censos de 2001 y 2010 y de la comparación realizada entre los habitantes de 0 a 14 años en ambas fechas y los mayores de 60 o de 65 años. Surge que el proceso de envejecimiento ya se está desarrollando en nuestro medio, seguramente al igual que en nuestra provincia.
Si bien el proceso parece ser lento, se verifica en los dos sentidos: decrecen los jóvenes y aumentan los adultos y ancianos. Tomamos los dos niveles superiores de edad (desde 60 y desde 65 años) para mostrar que la tendencia es similar.
El descenso entre 2001 y 2010 en la infancia fue visible en varones y en mujeres, en porcentajes del orden del 9%.
Tanto en la cantidad de varones de más de 60 años como de más de 65, el incremento fue mucho mayor que en las mujeres: aunque mantiene su primacía en cuanto a cantidad de personas por arriba de dichas edades, el sexo femenino ha visto reducida su ventaja.
Tomamos dos niveles de edad adulta para adecuarnos en alguna medida a la fecha jubilatoria en la Argentina, aunque en materia demográfica se utiliza muchas veces los 60 años. De esos datos surge igualmente la cantidad de población económicamente activa, que en nuestro distrito se calcula alrededor del 45% del total de población.
Teniendo en cuenta que entre los dos censos la variación de habitantes del distrito fue ínfima, la tendencia creciente en los adultos y decreciente en los menores podría determinar que Tres Arroyos ha comenzado el ciclo de envejecimiento, que es generalizado en el mundo. Este proceso no tiene parangón en la historia del hombre.
A nivel mundial se espera que la cantidad de adultos supere la de los menores alrededor del año 2045, pero la escasa diferencia en Tres Arroyos, en el censo realizado tres años atrás, podría hacer prever que en nuestro medio ello ocurrirá antes, quizás en el censo nacional 2020.
Los especialistas indican que estos cambios tienen mucha influencia en la justicia intergeneracional como intrageneracional. Influye, dicen, en la solidaridad social, que es uno de los pilares de la sociedad humana.
En el ámbito económico, el envejecimiento influye en el ahorro, la inversión, el consumo, los mercados de trabajo, los impuestos y las transferencias entre generaciones.
Los especialistas sugieren, según señala la Universidad Argentina de la Empresa, que debe pensarse en más políticas inclusivas y nuevos sistemas de capacitación para reinsertar a las personas que terminan su vida profesional.
Naturalmente que influye decididamente en el sistema jubilatorio, ya que la cantidad de personas en estado pasivo determina que los haberes a repartirse sean cada vez más difíciles de fijarse en niveles altos. La extensión de la edad jubilatoria, llevándola por ejemplo a cerca de 70 años, es uno de los elementos que se analizan en el mundo, junto con mecanismos para que quien llegue a la edad adulta se reinserte en otras actividades.
En el nivel social influye en la composición familiar, la demanda de vivienda, las tendencias de la migración, la epidemiología y los servicios de salud.
Hasta en el ámbito político irá incidiendo, ya que puede alterarse el criterio de sufragio de las mayorías.

Esperanza de vida
El envejecimiento de la población es permanente y se espera que los adultos lleguen al 22% del total en el año 2045 (el Centro Latinoamericano de Demografía se inclina por 2035).
Los menores eran en 2001 el 24,2% del total de los habitantes y esa cifra se ha reducido al 22%, mientras que lo contrario se dio entre los adultos. Inclusive si se toma a los mayores de 60 años, nos estamos acercando a la cifra que se toma como posible de alcanzar en 2045.
En la Argentina el 15% de la población tiene más de 60 años, pero en Tres Arroyos el porcentaje es bastante mayor.
La mortalidad en la vejez continúa disminuyendo y la fertilidad decrece; no hace muchos días, un estudio de una consultora argentina determinó que cuando se trata de familias que trabajan ambos, especialmente si son profesionales, la cantidad de hijos supera raramente el único descendiente. En muchos países ha disminuido la cantidad de activos y crece la de jubilados, en proporciones de dos por uno.
En la Argentina la esperanza de vida oscila en 76 años, con un tope de 79 para las mujeres. Uno de los países con mayor esperanza de vida es el principado de Mónaco, donde se superan ampliamente los 80 años. Pero eso puede quedar retrasado si las condiciones de salud mejoran ostensiblemente, como ha ocurrido en el último medio siglo.
Un especialista, titular del Instituto de Ciencias Sociales de la UADE, ha destacado que mientras en Europa el proceso de envejecimiento demandó alrededor de 30 años, en la Argentina eso se cubrió en poco más de 10 años.  (La Voz del Pueblo).

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