jueves, octubre 27, 2016

Se firmó un acta de acuerdo entre la Escuela Primaria N° 23, la Delegación Municipal, el INTI y la Universidad Nacional de Luján. El proyecto incluye la construcción de un galpón de acopio, la adquisición de una enfardadora y la colocación de contenedores.

En las instalaciones de la Escuela Primaria N° 23, se llevó a cabo una reunión preliminar para avanzar en la creación de una cooperativa de reciclaje de residuos en la localidad de Olivera.

El encuentro contó con la presencia de la directora del establecimiento educativo, la docente Erika Añazco -promotora del proyecto-, la jefa del Departamento Educativo de la Universidad Nacional de Luján, Claudia Fidanza, el representante del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), Jorge Nuñez, el delegado municipal, Victor Keilis, y vecinos de la localidad.

La iniciativa cuenta con un antecedente iniciado en 2014 “por la maestra Añazco y un grupo de madres, que empezaron a juntar algunos residuos -cartones, vidrios, tetra packs y botellas de plástico- con el objetivo de reciclarlos. Se armó un proyecto, se sumó a los alumnos y se invitó a las familias a separar los residuos”, explicó a este medio Keilis. “Se hizo un lindo laburo, pero siempre en el ámbito de la Escuela. No se pudo expandir porque no había un espacio físico para los residuos, y entonces se dejó de hacer”, completó.

Con esta referencia en el pasado cercano, “el proyecto lo retomó la gente del INTI, que junto con la Universidad de Luján armaron un proyecto para hacer una cooperativa de servicios para juntar los residuos que se puedan reciclar. El proyecto viene con una ayuda económica bastante importante como para construir un galpón y comprar una enfardadora para compactar los residuos y facilitar su transporte”, indicó el funcionario.

En este marco, “ayer se hizo una reunión convocando a toda la comunidad. Fueron algunas madres que ya habían participado en la experiencia anterior y algunos vecinos nuevos. Se sumó la Delegación, la gente del INTI y de la UNLu. Se explicó lo que se quería hacer, la cantidad de gente que se necesitaba y lo que se podía conseguir”, agregó.

Cabe destacar que los vecinos que integren la cooperativa no recibirán una paga mínima por parte de algunos de los organismos involucrados, sino que tendrán que generarla a partir de los excedentes que genere el trabajo. “La idea es que todo el mundo pueda ser parte de la cooperativa. Los que trabajen, si se generan recursos, se van a beneficiar económicamente”, apuntó Keilis en este sentido. “Algunos padres también sugirieron que los recursos que se obtengan se utilicen para mandar a los chicos de la escuela a distintos viajes educativos”, añadió.

De concretarse la iniciativa que se puso en marcha con la rubricación de un acta de acuerdo, el INTI financiaría la construcción del galpón de acopio y de la enfardadora, la UNLu se haría cargo de la capacitación, y la Delegación colaboraría con la instalación de contenedores y la recolección de los residuos.

“Falta definir el terreno para el emplazamiento, que es uno que estaba en litigio con un vecino que se lo apropió, pero que pertenece a la Escuela 23. El Juzgado de Mercedes ya falló a favor de la Escuela y ordenó restituirlo, pero este señor todavía no lo entregó. Esperamos solucionarlo pronto y empezar a avanzar”, concluyó Keilis. (El Civismo).

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