viernes, enero 31, 2020

Pilar: Lorenzo Duarte, el doble femicida y descuartizador que podría ser un asesino múltiple.

Había estado preso por matar a una pareja. Asesinó a su última esposa y se suicidó cuando se vio rodeado. Además, se le atribuyen dos desapariciones de mujeres.

Cuando se vio rodeado por la policía y los peatones que habían visto lo que acababa de hacer, Lorenzo Esteban Duarte Martínez extrajo un cuchillo de entre sus ropas y se lo clavó en el corazón. Escapaba como podía entre unos pastizales, luego de haber desperdigado restos descuartizados de una mujer.

Con el correr de las horas se conoció la identidad de la víctima, pero también el temible prontuario de Duarte: ya había estado preso por otro femicidio, al tiempo que era el principal sospechoso por la desaparición de dos mujeres de las que todavía nada se sabe.

El recorrido criminal de este hombre de 57 años comenzó cuando era un adolescente, en 1983, implicado en un caso de “privación ilegal de la libertad” en el Departamento Judicial San Isidro. Tres años más tarde estuvo vinculado -en la misma zona- en una causa por “lesiones calificadas”. En 1989 por “hurto automotor”, y en 1992 por “abuso de arma, atentado y resistencia a la autoridad”.

A partir de 1993 los hechos fueron aumentando en gravedad: Duarte estuvo imputado en una causa por “robo y hurto, y violación” en la jurisdicción de Zárate-Campana.

Hasta que, en 2004, se produjo la desaparición de Viviana Altamirano, de 22 años y vecina del barrio Las Tunas, en General Pacheco. Familiares de la joven, al conocer la noticia a través de El Diario, expresaron: “Esteban Lorenzo Duarte (principal sospechoso de la desaparición de Vivi) está muerto”, aunque afirmaron sentir “tristeza por una persona más, que pudo haberse evitado si no lo largaban”.

Nidia Altamirano, la propia madre de Viviana, indicó que el ahora fallecido “nunca pagó, por falta de mérito, siendo que encontraron toda la ropa que llevaba puesta el día que desapareció, a pleno día”.

La familia siempre sospechó que fue un caso de trata de personas, e insiste buscando justicia hace 15 años. Una trama que no tendría un solo protagonista: “No quisieron cambiar la carátula, solo dejaron ‘averiguación de paradero’ –dice la madre de Viviana-.Toda la complicidad de las autoridades de turno”.

Femicidios
El terrible recorrido de Lorenzo Duarte siguió en 2005, cuando fue condenado por asesinar a su pareja de ese entonces. Recuperó su libertad a principios de 2019 (aún no existía la figura de “femicidio”) y rápidamente volvió a las andadas.

Su siguiente pareja conocida fue María Mercedes Gauto (46), vista por última vez en agosto del año pasado. Desde ese entonces no se sabe nada de ella y su hija Liz María -que siempre señaló a Duarte- no deja de buscarla.

En medio de esa odisea fue enterándose de quién era la pareja de su madre, sumando cada vez más datos escalofriantes. “Reconocía que había estado preso, pero por estafa –expresó a El Diario un allegado a Liz-, después nos enteramos que había matado a su esposa, hace unos años”. Y, nuevamente, la sensación de llamativa inmunidad: “Desde que lo denunciamos, nadie lo investigó…”.

Las andanzas de Lorenzo Duarte sumaron un último capítulo con la muerte y descuartizamiento de Antonia Acosta Brizuela (55), con quien se había casado en noviembre de 2019, pocos meses después de la desaparición de Gauto. Ambos vivían en José C. Paz.

Será un misterio por qué el asesino eligió deshacerse de los restos (aún no aparecieron en su totalidad) a plena luz del día y en la estación de trenes de Villa Astolfi, ante la vista de tanta gente. O quizás era un modus operandi habitual que esta vez no salió como esperaba.

Lo cierto es que se llevó con él un historial criminal extenso, que incluye dos muertes consumadas y otras dos que aún restan por comprobar.

El dato
Lorenzo Duarte Martínez tenía domicilio en Villa Ballester, aunque también se lo ubicaba en Tigre y José C. Paz, donde consumó su último delito. (Pilar a Diario).

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