En la renovación del gabinete que Daniel Scioli diseña para su eventual segundo mandato en la Gobernación, figura, en el capítulo de cambios estructurales, una "jerarquización" del área que se ocupa del tratamiento de las adicciones.
Esa dependencia formará parte, así, de una lista de áreas que -según el plan aún en elaboración-, en el criterio del mandatario provincial, "deberían ser jerarquizadas", y en la que figuran, además de Adicciones, Transporte, Juventud y dos estructuras que, en rigor, ya tienen el máximo rango político-funcional: el ministerio de la Producción y la Secretaría General.
En el caso de Adicciones, Transporte y Juventud, se trata de áreas que ahora tienen el formato de dependencias de segunda o tercera línea de estructuras superiores. El ámbito que se ocupa de la prevención de las adicciones y el tratamiento de quienes las padecen es una subsecretaría del ministerio de Desarrollo Social. Las áreas vinculadas al transporte terrestre y ferroviario fueron trasladadas durante esta gestión del ministerio de Infraestructura a una Agencia en el seno de la Jefatura de Gabinete, mientras que el área de Puertos continúa en el ministerio de la Producción. Y Juventud tiene formato de Consejo (con presidente y consejeros) con rango de subsecretaría -a cargo del dirigente de la JP Santiago Carreras- dentro del ministerio de Desarrollo Social.
La "jerarquización" de esas tres áreas pasaría básicamente, por lo tanto, por otorgarles, siempre en términos estructurales, mayor categoría político-funcional. Como se informó en ediciones anteriores, para Transporte, se evalúa reunir las dependencias actualmente dispersas en una Secretaría, un formato que tiene el mismo rango que un ministerio y constituye la primera línea de áreas, que dependen directamente del gobernador. Para Juventud, en la Gobernación se inclinarían por darle también estatus de Secretaría, aunque sectores del kirchnerismo -básicamente, La Cámpora, que aspira a conducir el área- buscarían que se la convierta en un ministerio.
UN AREA SENSIBLE
En ese marco, Adicciones también podría ser elevada a la categoría de Secretaría, si bien se analiza asimismo la posibilidad de que tenga rango de ente, instituto o cualquiera de los formatos que conllevan cierta autarquía funcional -y financiera en algunos casos.
Scioli habría planteado que Adicciones es un ámbito "diluido" en el equipo de gobierno, al que todavía "no se le ha encontrado el lugar y formato que requiere" para las sensibles funciones que debe desarrollar; y habría indicado, centralmente, que pase a ser un área que dependa directamente del gobernador.
Ciertamente, Adicciones, como estructura específica dentro del gobierno bonaerense, ha registrado idas y venidas a lo largo del tiempo que reflejarían cierta dificultad para "ubicarla". Fue creada por primera vez en los 90, durante la gestión de Eduardo Duhalde, como Secretaría con dependencia directa del gobernador. Y así se mantuvo hasta 2005, cuando pasó a ser una subsecretaría del ministerio de Salud, y volvió a ser "trasladada" en la actual gestión de Scioli, al ser incluida, también como subsecretaría, en el organigrama del ministerio de Desarrollo Social, y a cuyo frente está Gabriela Torres.
CARTERAS CON MAS FUNCIONES
En materia de "jerarquizaciones" de áreas, por último, la administración Scioli evalúa, como se dijo, incluir en ese plan a un ministerio y una secretaría que, como es obvio, ya tienen la máxima categoría formal, de modo que su fortalecimiento y su eventual mayor significación política y funcional pasaría por sumarles áreas y atribuciones que actualmente están en otras dependencias.
Son los casos del ministerio de la Producción -que dejará vacante Martín Ferré para asumir una banca de diputado provincial, y a quien tal vez reemplace Santiago Montoya-; y de la Secretaría General, de la que saldría Javier Mouriño para cumplir otro rol -no definido- en el gobierno, y para la que hay hasta ahora dos candidatos: el asesor de Scioli Juan Courel y el contador General de la Provincia, Carlos Machiaroli.
Mientras tanto, la reforma estructural ya virtualmente definida, daría lugar, como se ha venido informando, a un megaministerio, con las fusiones de las carteras de Economía e Infraestructura.
Esa dependencia formará parte, así, de una lista de áreas que -según el plan aún en elaboración-, en el criterio del mandatario provincial, "deberían ser jerarquizadas", y en la que figuran, además de Adicciones, Transporte, Juventud y dos estructuras que, en rigor, ya tienen el máximo rango político-funcional: el ministerio de la Producción y la Secretaría General.
En el caso de Adicciones, Transporte y Juventud, se trata de áreas que ahora tienen el formato de dependencias de segunda o tercera línea de estructuras superiores. El ámbito que se ocupa de la prevención de las adicciones y el tratamiento de quienes las padecen es una subsecretaría del ministerio de Desarrollo Social. Las áreas vinculadas al transporte terrestre y ferroviario fueron trasladadas durante esta gestión del ministerio de Infraestructura a una Agencia en el seno de la Jefatura de Gabinete, mientras que el área de Puertos continúa en el ministerio de la Producción. Y Juventud tiene formato de Consejo (con presidente y consejeros) con rango de subsecretaría -a cargo del dirigente de la JP Santiago Carreras- dentro del ministerio de Desarrollo Social.
La "jerarquización" de esas tres áreas pasaría básicamente, por lo tanto, por otorgarles, siempre en términos estructurales, mayor categoría político-funcional. Como se informó en ediciones anteriores, para Transporte, se evalúa reunir las dependencias actualmente dispersas en una Secretaría, un formato que tiene el mismo rango que un ministerio y constituye la primera línea de áreas, que dependen directamente del gobernador. Para Juventud, en la Gobernación se inclinarían por darle también estatus de Secretaría, aunque sectores del kirchnerismo -básicamente, La Cámpora, que aspira a conducir el área- buscarían que se la convierta en un ministerio.
UN AREA SENSIBLE
En ese marco, Adicciones también podría ser elevada a la categoría de Secretaría, si bien se analiza asimismo la posibilidad de que tenga rango de ente, instituto o cualquiera de los formatos que conllevan cierta autarquía funcional -y financiera en algunos casos.
Scioli habría planteado que Adicciones es un ámbito "diluido" en el equipo de gobierno, al que todavía "no se le ha encontrado el lugar y formato que requiere" para las sensibles funciones que debe desarrollar; y habría indicado, centralmente, que pase a ser un área que dependa directamente del gobernador.
Ciertamente, Adicciones, como estructura específica dentro del gobierno bonaerense, ha registrado idas y venidas a lo largo del tiempo que reflejarían cierta dificultad para "ubicarla". Fue creada por primera vez en los 90, durante la gestión de Eduardo Duhalde, como Secretaría con dependencia directa del gobernador. Y así se mantuvo hasta 2005, cuando pasó a ser una subsecretaría del ministerio de Salud, y volvió a ser "trasladada" en la actual gestión de Scioli, al ser incluida, también como subsecretaría, en el organigrama del ministerio de Desarrollo Social, y a cuyo frente está Gabriela Torres.
CARTERAS CON MAS FUNCIONES
En materia de "jerarquizaciones" de áreas, por último, la administración Scioli evalúa, como se dijo, incluir en ese plan a un ministerio y una secretaría que, como es obvio, ya tienen la máxima categoría formal, de modo que su fortalecimiento y su eventual mayor significación política y funcional pasaría por sumarles áreas y atribuciones que actualmente están en otras dependencias.
Son los casos del ministerio de la Producción -que dejará vacante Martín Ferré para asumir una banca de diputado provincial, y a quien tal vez reemplace Santiago Montoya-; y de la Secretaría General, de la que saldría Javier Mouriño para cumplir otro rol -no definido- en el gobierno, y para la que hay hasta ahora dos candidatos: el asesor de Scioli Juan Courel y el contador General de la Provincia, Carlos Machiaroli.
Mientras tanto, la reforma estructural ya virtualmente definida, daría lugar, como se ha venido informando, a un megaministerio, con las fusiones de las carteras de Economía e Infraestructura.
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