BUENOS AIRES, Octubre 08, (PUNTO CERO-La Política On Line) Hace poco más de dos semanas, y bajo una reserva absoluta que contó con la participación únicamente de otros dos invitados -uno por cada lado- el ministro del Interior Aníbal Fernández y el ministro de Gobierno bonaerense, Florencio Randazzo, mantuvieron un encuentro en el que hablaron sobre las candidaturas del año próximo.
Desencantado con la decisión de su ex jefe político el gobernador Felipe Solá, de avanzar con una nueva reelección, Randazzo dio el paso que venía madurando hace meses y que en los hechos impilcó la ruptura con el proyecto político de su antiguo amigo. Es necesario aclarar que este encuentro se produjo antes de la desaparición del testigo de cargo de la causa Etchecolatz, el albañil Julio López, y el tiempo daba para estos temas.
La continuidad de Randazzo en el gabinete bonaerense se ha convertido hoy en una formalidad, ya que este ministro recibe ordenes directas de la Casa Rosada. Como se sabe, el motivo de la ruptura con Solá está vinculado con la incapacidad de Randazzo de procesar la frustración que le causó ver postergado su propio proyecto para la gobernación, que según tenía entendido contaba con el respaldo de Solá.
Desde entonces, la información de esta disputa fue creciendo, al punto que se habló de una posible renuncia o un despido del ministro de Gobierno bonaerense.
Tan enojado está Randazzo con su ex jefe que no dudó en causarle una de las mayores afrentas imaginables: reunirse nada menos que con su archirival, el ministro del Interior Aníbal Fernández, y otro de los aspirantes al sillón más importante de la provincia.
Si bien se trató de una reunión exploratoria, fuentes del peronismo bonaerense deslizaron que en la reunión se habría sobrevolado la oferta a Randazzo de que sea el compañero de una fórmula encabezada por Fernández o bien que conserve su cargo en un eventual mandato del ministro del Interior.
A cambio, el ministro del Interior le habría pedido el respaldo de la estructura territorrial que con mucha templanza ha sabido construir Randazzo este tiempo. Ambos acordaron mantener el encuentro en el máximo sigilo y desde que explotó el caso López no volvieron a mantener contacto. Sin embargo, Aníbal y Randazzo habrían logrado construir cierta atmósfera de confianza –en el marco de una relación política- y habrían coincidido en un objetivo común: impedir que Felipe Solá continúe otros cuatro años. (PUNTO CERO-La Política On Line)
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