La gente necesita cada vez más ingresos para adquirir los mismos bienes y productos. El consumo se posterga y sólo se piensa en la supervivencia. La recesión persiste.
Se nota en los changuitos del supermercados, y también en el precio promedio por unidad de cualquier compra que se realiza. Si antes con un billete de $ 100 se adquirían 10 productos, ahora se compran siete, y con suerte.
Para comprar un auto, un empleado en blanco necesitaba el año pasado el equivalente a 15,8 sueldos.
Este año, en cambio, necesita 17,2.
Existe una pérdida del poder de compra que viene teniendo el ingreso de la población por el efecto corrosivo de la inflación, situada entre el 25% y el 45% según consultoras privadas, y en el 15% de acuerdo con el INDEC.
Para la consultora Abeceb, "comparar los ingresos de los trabajadores en la Argentina con los precios locales de bienes y servicios es un ejercicio que hasta hace no mucho favorecía al salario. Sin embargo, hoy los precios pasaron a ganar la pulseada y, de hecho, el salario real es casi 2% menor al de hace un año para los trabajadores registrados y de 7,5% para los no registrados".
El año pasado con un sueldo se llenaban 6 tanques de nafta. Ahora con un salario equivalente se puede llenar solamente 4 tanques de combustible. Desde setiembre de 2013, cuando el kilo de asado costaba en la Ciudad de Buenos Aires $ 42,29 el kilo, el trabajador perdió un 19% de su capacidad de compra de este bien.
Lo mismo ocurrió en la yerba, que registró un aumento del precio del 80%, y la pérdida de poder adquisitivo fue del 27,3%.
El informe de Abeceb formuló estas consideraciones suponiendo un aumento de los salarios registrados del 31% en el último año (a $ 6.534 promedio) y del 23% (a $ 2.952 también promedio) en el caso de los no registrados.
El caso más evidente es el de los alquileres. Mientras que para un empleado en blanco, la cuota de un alquiler le puede insumir hasta el 70% de su sueldo, el no registrado ni siquiera puede pensar en hacerlo ya que le demandaría un 154% de su ingreso mensual. Un empleado en blanco debe trabajar casi un año y medio para poder comprar su primer auto, mientras un trabajador no registrado debería destinar la totalidad de sus ingresos de más de tres años para lograrlo.
En el caso de los salarios más altos de la población, además de haber sentido con fuerza los efectos de la inflación, suman el impacto provocado por el impuesto a las Ganancias.
Los asalariados alcanzados por este tributo perdieron hasta 12% del poder adquisitivo de su sueldo, de acuerdo con un trabajo presentado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf). El aumento de precios y la pérdida de poder adquisitivo del salario es actualmente una de las principales preocupaciones de los dirigentes sindicales, aun de los más allegados al Gobierno.
Por eso, están reclamando un "plus" salarial de fin de año, para recuperar al menos lo acordado en las últimas negociaciones paritarias. (Asteriscos TV).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario