BUENOS AIRES, Junio 27, (PUNTO CERO) En la gélida noche bonaerense de ayer, mientras el presidente Kirchner destilaba su frustración por las tremendas derrotas del domingo descargando su monserga habitual contra los medios, mientras Cristina maceraba la frustración de su candidatura nuevamente postergada, mientras Filmus se discupaba por decir que a él lo habían votado los "que piensan", un movimiento sutil pero trascendental se ponía en marcha: los capitostes del peronismo bonaerense se reunían -sin enviados de la Casa Rosada- a redefinir su estrategia ante la evidencia de que el kirchnerismo ya no será lo que fue.
Un encuentro indicado para agitar la paranoia presidencial y denunciar "conspiraciones" en Página 12, se produjo anoche en un salón de la Avenida de Mayo y Piedras, donde los ¿ex? coroneles de Eduardo Duhalde decidieron por su cuenta convocar a un Congreso del PJ bonaerense para la segunda quincena de julio.
Entre el titular del Concejo peronista, el "Mono" Díaz Bancalari, y el intendente de Avellaneda Baldomero "Cacho" Álvarez, el apoderado Jorge Landau, el secretario Julián Domínguez y el diputado Osvaldo Mercuri se resolvió convocar al Congreso para una fecha tentativa que podría ser el 20 o 21 de julio.
La intención formal de ese encuentro es sellar la alianza entre el peronismo y el Frente para la Victoria, en un único arco que se llamaría al igual que en 2003 Frente Justicialista para la Victoria, y que ungiría como su candidato al vicepresidente Daniel Scioli.
Pero se sabe que en la idiosincracia peronista convocar a un congreso partidario es símbolo de crisis política, y en consecuencia, necesidad de discusión abierta del rumbo a seguir. Saludable práctica democrática que no es para nada del agrado del paladar "mandón" de Kirchner y los suyos.
El "miting" se realizó además justo cuando una fuerte oleada de rumores empezaba a abrigar a Daniel Scioli, quien según el razonamiento de Eduardo Duhalde "es lo único que le queda a Kidchner", y se empezaba a especular con dos opciones: o que enfrente a los Kirchner en la presidencial, o que sea ungido gobernador, pero como hombre del peronismo bonaerense, no de la Casa Rosada.
Descubierta la amable tertulia por los sagaces cronistas de La Política Online, cundió cierta inquietud y luego de expresar un confuso temario explicativo, se limitaron a señalar que: "Se trató de una reunión ordinaria, nada más". ¡Ja!
Rebelión en la granja
Lo cierto es que con un Kirchner en franco retroceso, las cabezas del justicialismo bonaerense ya preparan el encuentro en donde se convocará a los 907 congresales, entre ellos la senadora Hilda Chiche Duhalde, y algunos invitados especiales como su esposo, Eduardo Duhalde. Y además, engalanaría la tenida, un invitado especialísimo: Daniel Scioli. ¿Habrá una foto para la ocasión?
A meses de los comicios bonaerenses, una imagen entre el vicepresidente y su antiguo jefe, o su mujer, podría cristalizar lo que muchos temen en la Casa Rosada: el interés del vicepresidente por recuperar importantes cuotas de autonomía, vocablo que no entra en el limitado diccionario kirchnerista. ¿Será por eso que ayer uno de sus colaboradores le dijo a este medio, casi eufórico: "El gabinete de Daniel lo armamos nosotros?"
En este particular marco político, Scioli estuvo la semana que pasó reunido durante tres horas con el gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota. Un encuentro que jamás trascendió, pese a que voceros de ambos lados se esforzaron en remarcar que fue un diálogo sobre "cuestiones netamente técnicas". "Es que Daniel quiere impulsar una reforma de ministerios en Agencias como hizo José", explicaron, sin dejar en claro, entonces, porque tanto misterio rodeó esa charla.
Hay que recordar que hace dos días, un resbaloso Ramón Puerta salió a marcar la cancha y dijo que Scioli sería un excelente candidato presidencial para desalojar al kirchnerismo del poder, y anticipó que seguramente "le harán el ofrecimiento".
Marco interesante para decodificar las sugerentes declaraciones que el presidente formuló esta mañana, cuando sin decir "agua va", ofreció un desubicado apoyo a Scioli: "Van a decir que hago campaña, pero me cuesta decirte vicepresidente, me gusta más decirte gobernador", palabras que le dijo mirando a los ojos al propio Scioli. Lo acompañaba su mujer, la senadora Cristina Fernández de Kirchner.
Al unísono, su derrotadísimo vocero, Albero Fernández, agregó en un lamentable mea culpa a los medios que combinó con las fanfarronadas de siempre: "Todo esto de que Scioli puede ser el candidato, de qué pasa con Blumberg, qué pasa con López Murphy... todos estos problemas que ocupan tantos minutos de las radios es el resultado de que nosotros tenemos los dos mejores candidatos". ¿Será tan así?
Final de fiesta
El domingo por la noche, mientras el matrimonio presidencial miraba con espasmos la derrota capitalina y la más impensada en Tierra del Fuego, el ex presidente Eduardo Duhalde habría mantenido un certero diálogo con un hombre de máxima influencia en el peronismo: "Avancen con el Congreso del PJ, ya, en un mes, no hay que esperar más tiempo".
Casualidad o causalidad, ese encuentro rodeado de intriga se produjo ayer por la noche. Y para fines de julio se avecina un Congreso que puede matizar un elemento clave a esta altura: ¿Será Daniel Scoli el candidato del kirchnerismo, o será encumbrado en el sillón de Felipe Solá como dirigente más cercano a los antiguos e históricos aliados de Duhalde? Preguntas sin respuestas (por ahora).
En el mismo Congreso se definirá, además, una Comisión de "notables" que deberá comenzar a gestionar con el Frente para la Victoria la conformación de las listas. Menuda disputa de poder que incluye nombres, cargos y ubicación de senadores, diputados, concejales e intendentes.
Como si fuera poco, otro dato confirmado: la próxima semana se avecina otro encuentro de la cúpula del PJ, para terminar de definir cuestiones "practicas". Eso dicen. (PUNTO CERO).