(Asteriscos Tv). La leptospirosis se presenta bajo una forma clínica que causa hemorragia pulmonar, con una mortalidad del 50 por ciento. Este año causó 15 muertos. En un taller realizado en Buenos Aires, expertos recomendaron mejorar programas de detección y tratamiento
“La leptospirosis se presenta bajo una forma clínica cada vez más grave que aumentó notablemente su letalidad: antes era una típica ‘ictericia febril’, pero desde hace una década el 65% de los afectados en nuestro país ingresa a hospitalización por neumonía; un porcentaje importante se agrava y sufre hemorragia pulmonar con distrés respiratorio, con una mortalidad que alcanza la mitad de los casos”, dijo hoy el doctor Alfredo Seijo, jefe del Servicio de Zoonosis del hospital Muñiz y director científico del taller “Una mirada integral sobre la problemática de la leptospirosis”, que Mundo Sano y la Academia Nacional de Medicina en conjunto con la Fundación Prosaia organizaron ayer en Buenos Aires y donde hubo más de un centenar de concurrentes, especializados tanto en salud humana como animal.
Seijo agregó que 2010, con 15 fallecimientos hasta ahora –todos en la provincia de Santa Fe- es el año récord en mortalidad por leptospirosis, enfermedad causada por una bacteria presente en la orina de roedores urbanos, que no la padecen pero la contagian a otros animales –caninos, bovinos, porcinos, equinos- y a los seres humanos.
En 2003, durante el desastre hídrico en Santa Fe, hubo casi 500 casos aunque ninguno fatal; en 2007, un año de fuertes precipitaciones en la zona central del país, se notificaron 720, y en lo que va de éste hay 230 casos informados, “pero estos números están muy por debajo de la realidad –puntualizó Seijo-. Hay desconocimiento de la enfermedad y se confunde con otras, consulta tardía y carencia de programas de atención primaria, junto con dificultades en la notificación: se van sumando ‘casos probables’ que en realidad no pueden confirmarse porque falta alguna prueba de laboratorio”.
El doctor Jorge Bolpe, director de Zoonosis Rurales del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, indicó que en el último decenio aumentó entre 8 y 9 veces la letalidad por leptospirosis en todo el territorio bonaerense y que a lo largo de ese período se registraron 15 casos fatales en la provincia de Buenos Aires “fruto de un mejor diagnóstico pero también de una presentación clínica más grave, que causa mayor número de muertes”, dijo el médico veterinario.
La directora general de Mundo Sano, Licenciada Sonia Tarragona, manifestó que una de las preocupaciones es “el acceso de la población a la atención”, si se tiene en cuenta que –como expuso claramente Seijo- si bien en nuestro país la leptospirosis está ligada en el 55% de los casos a las inundaciones, en términos ambientales castiga a los sectores más postergados, quienes viven en zonas vulnerables, barrios con zanjas, calles de barro y construcciones precarias, basurales, alta presencia de roedores y perros, crianza de animales para la subsistencia (cerdos o pollos) en inadecuadas condiciones de higiene, ausencia de excretas y agua potable.
Algunos oficios y profesiones (fuerzas armadas, recolectores de residuos, trabajadores rurales, obreros de la industria cárnica, veterinarios, etc.) están especialmente expuestos al contacto con la bacteria y si bien la la leptospirosis es una enfermedad de denuncia y notificación obligatoria y está contemplada dentro de la Ley Nacional de Riesgo del Trabajo (Ley 24557, decreto 658/9) la vacunación no es obligatoria, aunque existen vacunas tanto para grandes como para pequeños animales y también para las personas.
El doctor Carlos Van Gelderen, de Fundación Prosaia, señaló que “el 75% de las enfermedades infecciosas emergentes en el mundo son zoonosis” y, en este sentido, enfatizó la importancia de prestar atención a los animales domésticos “ya que las mascotas son ahora de compañía, y están cada vez más en contacto estrecho con la gente, en especial con los niños y los mayores. Por eso hace falta una nueva visión de la salud, que integre el medio ambiente, tanto humano como animal en un concepto que denominamos ‘one health initiative’”, señaló.
En este sentido, el doctor Exequiel Scialfa, del Servicio de Zoonosis Rurales del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, señaló que un riesgo importante son los perros de refugios y callejeros, que en la mitad de los casos tienen o han tenido contacto con la bacteria leptospira. “Pueden cursar la enfermedad en forma asintomática –dijo el médico veterinario-, y por eso debería verificarse que no padezcan la infección antes de ser entregados en adopción, para evitar que la contagien a los humanos.”
Si bien en la Argentina el 98% de los casos se registran en las provincias de Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires, asociados básicamente a las inundaciones y al régimen de lluvias, en 2007 se registraron las primeras notificaciones en la Patagonia y “se la considera por lo tanto una enfermedad de alcance nacional”, dijo Seijo, quien señaló que también se han registrado casos en zonas impensadas de la Capital Federal, como por ejemplo el barrio de Belgrano, después de las inundaciones registradas este verano a consecuencia de las lluvias.
“La leptospirosis se presenta bajo una forma clínica cada vez más grave que aumentó notablemente su letalidad: antes era una típica ‘ictericia febril’, pero desde hace una década el 65% de los afectados en nuestro país ingresa a hospitalización por neumonía; un porcentaje importante se agrava y sufre hemorragia pulmonar con distrés respiratorio, con una mortalidad que alcanza la mitad de los casos”, dijo hoy el doctor Alfredo Seijo, jefe del Servicio de Zoonosis del hospital Muñiz y director científico del taller “Una mirada integral sobre la problemática de la leptospirosis”, que Mundo Sano y la Academia Nacional de Medicina en conjunto con la Fundación Prosaia organizaron ayer en Buenos Aires y donde hubo más de un centenar de concurrentes, especializados tanto en salud humana como animal.
Seijo agregó que 2010, con 15 fallecimientos hasta ahora –todos en la provincia de Santa Fe- es el año récord en mortalidad por leptospirosis, enfermedad causada por una bacteria presente en la orina de roedores urbanos, que no la padecen pero la contagian a otros animales –caninos, bovinos, porcinos, equinos- y a los seres humanos.
En 2003, durante el desastre hídrico en Santa Fe, hubo casi 500 casos aunque ninguno fatal; en 2007, un año de fuertes precipitaciones en la zona central del país, se notificaron 720, y en lo que va de éste hay 230 casos informados, “pero estos números están muy por debajo de la realidad –puntualizó Seijo-. Hay desconocimiento de la enfermedad y se confunde con otras, consulta tardía y carencia de programas de atención primaria, junto con dificultades en la notificación: se van sumando ‘casos probables’ que en realidad no pueden confirmarse porque falta alguna prueba de laboratorio”.
El doctor Jorge Bolpe, director de Zoonosis Rurales del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, indicó que en el último decenio aumentó entre 8 y 9 veces la letalidad por leptospirosis en todo el territorio bonaerense y que a lo largo de ese período se registraron 15 casos fatales en la provincia de Buenos Aires “fruto de un mejor diagnóstico pero también de una presentación clínica más grave, que causa mayor número de muertes”, dijo el médico veterinario.
La directora general de Mundo Sano, Licenciada Sonia Tarragona, manifestó que una de las preocupaciones es “el acceso de la población a la atención”, si se tiene en cuenta que –como expuso claramente Seijo- si bien en nuestro país la leptospirosis está ligada en el 55% de los casos a las inundaciones, en términos ambientales castiga a los sectores más postergados, quienes viven en zonas vulnerables, barrios con zanjas, calles de barro y construcciones precarias, basurales, alta presencia de roedores y perros, crianza de animales para la subsistencia (cerdos o pollos) en inadecuadas condiciones de higiene, ausencia de excretas y agua potable.
Algunos oficios y profesiones (fuerzas armadas, recolectores de residuos, trabajadores rurales, obreros de la industria cárnica, veterinarios, etc.) están especialmente expuestos al contacto con la bacteria y si bien la la leptospirosis es una enfermedad de denuncia y notificación obligatoria y está contemplada dentro de la Ley Nacional de Riesgo del Trabajo (Ley 24557, decreto 658/9) la vacunación no es obligatoria, aunque existen vacunas tanto para grandes como para pequeños animales y también para las personas.
El doctor Carlos Van Gelderen, de Fundación Prosaia, señaló que “el 75% de las enfermedades infecciosas emergentes en el mundo son zoonosis” y, en este sentido, enfatizó la importancia de prestar atención a los animales domésticos “ya que las mascotas son ahora de compañía, y están cada vez más en contacto estrecho con la gente, en especial con los niños y los mayores. Por eso hace falta una nueva visión de la salud, que integre el medio ambiente, tanto humano como animal en un concepto que denominamos ‘one health initiative’”, señaló.
En este sentido, el doctor Exequiel Scialfa, del Servicio de Zoonosis Rurales del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, señaló que un riesgo importante son los perros de refugios y callejeros, que en la mitad de los casos tienen o han tenido contacto con la bacteria leptospira. “Pueden cursar la enfermedad en forma asintomática –dijo el médico veterinario-, y por eso debería verificarse que no padezcan la infección antes de ser entregados en adopción, para evitar que la contagien a los humanos.”
Si bien en la Argentina el 98% de los casos se registran en las provincias de Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires, asociados básicamente a las inundaciones y al régimen de lluvias, en 2007 se registraron las primeras notificaciones en la Patagonia y “se la considera por lo tanto una enfermedad de alcance nacional”, dijo Seijo, quien señaló que también se han registrado casos en zonas impensadas de la Capital Federal, como por ejemplo el barrio de Belgrano, después de las inundaciones registradas este verano a consecuencia de las lluvias.