¿Es la eyaculación precoz “cosa de jóvenes”? ¿Y la disfunción eréctil “algo de adultos y gente mayor? El Dr. Néstor Daffinoti, sexólogo y asesor científico del Boston Medical Group para Argentina, aclara algunos de estos conceptos y dudas.
Es frecuente que algunas enfermedades y patologías estén asociadas a una franja etárea. Así, calificamos como enfermedades de la infancia al sarampión, a las “paperas” y a otras enfermedades eruptivas como la varicela.
De igual modo, cuando pensamos en “osteoporosis” imaginamos a una mujer post-climaterio; y con la ateroesclerosis, la enfermedad coronaria o la hipertensión, nos figuramos un señor de 50 años para arriba. Más allá de que hay miles de excepciones, estas asociaciones tienen cierta razón.
Con la disfunción eréctil suele pasar algo similar: es rápidamente asociada a las personas mayores. Sin embargo, esto es incorrecto y la cosa no es tan lineal, ya que “un buen porcentaje -entre el 18 y el 24%- de los pacientes que atendemos no llegan a los 40 años de edad”, explica el sexólogo Néstor Daffinoti, quien además es asesor del Boston Medical Group en Argentina.
El especialista agregó que “son innumerables las causas (enfermedades, medicamentos, factores psico-emocionales, cirugías, etc.) que pueden producir una disfunción sexual en cualquier edad”.
El prejuicio de que “son cosas de adultos” se convierte en un serio problema para el joven, ya que son muchos los que no consultan (quizás por vergüenza) con el especialista y dejan pasar la oportunidad de corregir y superar el problema. “Lo que hace más compleja la cuestión es que no saben que cuanto más se demoran, más difícil será resolver el caso favorablemente”, explica Daffinoti.
La eyaculación precoz: un caso similar
Algo parecido pero a la inversa, sucede con la eyaculación precoz: es costumbre asociarla a un hombre muy joven, de entre 20 y 30 años.
“Sin embargo, llegan a nuestra consulta pacientes en buen porcentaje (30-35%) que superan largamente los 40 años”, comenta el sexólogo y continúa: “Lo curioso de estos casos es que en su gran mayoría son hombres que padecen eyaculación precoz “desde siempre” y por distintas razones jamás se animaron a aceptar o a intentar solucionar su problema. Uno, como médico, a veces se pregunta cuántas dificultades habrán tenido que atravesar a lo largo del tiempo y sin embargo no pudieron -o no supieron cómo- buscar ayuda”.
La combinación más temida
Daffinoti manifiesta que ambas disfunciones sexuales deben tratarse lo antes posible, independientemente de la edad que se tenga, ya que “además de lo antes comentado respecto de que cuanto más tiempo pase sin atenderse la patología, más difícil será solucionarla, se suma otro problema, y es el de la combinación de ambas disfunciones. Esto sucede cuando a la eyaculación precoz se le va agregando un grado de ansiedad que finalmente integra el cuadro mixto de ambas disfunciones. Esto puede ocurrir a cualquier edad y en cualquier etapa que esté transitando el hombre, por eso la importancia de hacerse ver por un especialista lo antes posible”, finaliza el sexólogo. (Asteriscos TV).
De igual modo, cuando pensamos en “osteoporosis” imaginamos a una mujer post-climaterio; y con la ateroesclerosis, la enfermedad coronaria o la hipertensión, nos figuramos un señor de 50 años para arriba. Más allá de que hay miles de excepciones, estas asociaciones tienen cierta razón.
Con la disfunción eréctil suele pasar algo similar: es rápidamente asociada a las personas mayores. Sin embargo, esto es incorrecto y la cosa no es tan lineal, ya que “un buen porcentaje -entre el 18 y el 24%- de los pacientes que atendemos no llegan a los 40 años de edad”, explica el sexólogo Néstor Daffinoti, quien además es asesor del Boston Medical Group en Argentina.
El especialista agregó que “son innumerables las causas (enfermedades, medicamentos, factores psico-emocionales, cirugías, etc.) que pueden producir una disfunción sexual en cualquier edad”.
El prejuicio de que “son cosas de adultos” se convierte en un serio problema para el joven, ya que son muchos los que no consultan (quizás por vergüenza) con el especialista y dejan pasar la oportunidad de corregir y superar el problema. “Lo que hace más compleja la cuestión es que no saben que cuanto más se demoran, más difícil será resolver el caso favorablemente”, explica Daffinoti.
La eyaculación precoz: un caso similar
Algo parecido pero a la inversa, sucede con la eyaculación precoz: es costumbre asociarla a un hombre muy joven, de entre 20 y 30 años.
“Sin embargo, llegan a nuestra consulta pacientes en buen porcentaje (30-35%) que superan largamente los 40 años”, comenta el sexólogo y continúa: “Lo curioso de estos casos es que en su gran mayoría son hombres que padecen eyaculación precoz “desde siempre” y por distintas razones jamás se animaron a aceptar o a intentar solucionar su problema. Uno, como médico, a veces se pregunta cuántas dificultades habrán tenido que atravesar a lo largo del tiempo y sin embargo no pudieron -o no supieron cómo- buscar ayuda”.
La combinación más temida
Daffinoti manifiesta que ambas disfunciones sexuales deben tratarse lo antes posible, independientemente de la edad que se tenga, ya que “además de lo antes comentado respecto de que cuanto más tiempo pase sin atenderse la patología, más difícil será solucionarla, se suma otro problema, y es el de la combinación de ambas disfunciones. Esto sucede cuando a la eyaculación precoz se le va agregando un grado de ansiedad que finalmente integra el cuadro mixto de ambas disfunciones. Esto puede ocurrir a cualquier edad y en cualquier etapa que esté transitando el hombre, por eso la importancia de hacerse ver por un especialista lo antes posible”, finaliza el sexólogo. (Asteriscos TV).