El miércoles pasado, en horas de la tarde la tarde, el Grupo Génesis -integrado por no videntes y disminuidos visuales- y los miembros del Consejo Municipal para las Personas con Discapacidad elaboraron más de 60 pizzas para su posterior venta. Uno de los objetivos fue recaudar fondos para la compra de elementos necesarios y la atención de algunos gastos. Pero detrás de la experiencia hay mucho más.
El lugar donde trabajaron arduamente fue la sede del Centro de Jubilados San Martín, sito en calle Stegmann al 200.
Las tareas llevadas a cabo por Génesis consistieron en la colocación de la salsa, el jamón y el queso y armar las cajas para ser entregadas a los compradores, quienes superaron la demanda que se había planificado en un principio. Las prepizzas fueron realizadas por Juan Carlos Yañez, persona allegada al grupo.
El costo de la pizza de jamón, queso y morrones fue de $10 para el público. Al margen de la venta, los promotores de esta idea compartieron una comida todos juntos.
“Lo más satisfactorio de todo esto es el trabajo en conjunto y la excelente relación que tenemos entre todos. No nos importa recaudar dinero, nuestra intención es que la comunidad vea que podemos hacer cosas y hacerlas bien. Eso era lo que más nos interesaba. Los más gratificante fue la forma de trabajar”, indicó Daniel González Lara, Coordinador del Área de Discapacidad y Tercera Edad de la Dirección de Desarrollo Social y Trabajo de la comuna.
El dinero recaudado, Génesis lo destinará a un fondo económico de apoyo del grupo; para la movilidad de las personas no videntes que viven en Indio Rico y la creación de una memoria, relatando la historia de la agrupación, en braille.
Las personas que conforman Génesis son veinticuatro, a quienes se les sumarían sus acompañantes. Lara detalló que al grupo ha llegado mucha gente con problemas de depresión y, a raíz de la socialización con otras personas, han podido superar esos problemas.
En primera persona.
Rodolfo Rapetti es el Presidente de la comisión recientemente creada en el grupo Génesis, que nuclea a no videntes y disminuidos visuales. “Yo perdí la vista de grande, hace aproximadamente un año y medio. Venía con problemas desde hace 7 años atrás y con el tiempo fui perdiendo la vista muy lentamente. A mí me tomó de sorpresa y obviamente que no voy a tener las mismas habilidades que tiene un chico que nació sin poder ver. Tenemos un chico de Indio Rico que nació ciego y es una maravilla porque toca la guitarra, escribe y lee en braille. Yo fui como 10 veces a Buenos Aires y tuve 7 operaciones grandes y no me daba cuenta que iba perdiendo la vista hasta que no pude ver más”.
Este es el testimonio de uno de los tantos pringlenses que sufre problemas en la visión y que pese a esa dificultad, rompen barreras y se proponen desafíos. Hoy fueron las pizzas, mañana será otro emprendimiento. El concepto es demostrar que a pesar de perder uno de los sentidos, la vida continúa y que las ganas y el poder hacer cosas es para siempre.