Alcances del proyecto que se implementaría en el Ramayón
Propone el paso “de un modelo de agronegocios a uno de soberanía alimentaria”. Se plantea un esquema de transición hacia la agroecología y un modelo de comercialización con menos intermediarios y mejores precios. Sus promotores resaltan beneficios para el pequeño productor, los consumidores y el medio ambiente con producciones más sanas.
Hace aproximadamente tres semanas, pequeños productores del Gran La Plata, organizados en la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), decidieron ocupar tierras en el Instituto Ramayón, ante el incumplimiento de promesas realizadas por dependencias del Estado Nacional. Como síntesis de esa acción, lograron un compromiso del Ministerio de Agricultura para la próxima implementación de un proyecto que tiene por nombre Colonia Agrícola Integral de Abastecimiento Urbano (CAIAU) e implica la radicación de quinteros en el lugar. La propuesta fue presentada hace dos años por la organización social y, como respuesta, el Estado les propuso su desarrollo en el predio del Ramayón, aunque pasó todo el 2014 y nunca se implementó.
La ocupación y posterior acuerdo generó toda clase de especulaciones en el ambiente político y social local. El propio intendente Oscar Luciani se manifestó en contra de la situación, aunque no se expresó –posiblemente por desconocimiento- sobre el proyecto agrícola. En términos similares se orienta un proyecto de resolución presentado por el bloque de concejales del Frente Renovador que conduce Federico Guibaud (ver "Oposición"). Entre los vecinos de Jáuregui, en tanto, circularon versiones que apuntaban a la supuesta instalación de una villa miseria, versión que no tardó en despertar oposición.
Al margen de los distintos transcendidos, el proyecto que se plantea para el predio del Instituto Ramayón está sustentado en una fundamentación que propone el paso de "un modelo de agronegocios a uno de soberanía alimentaria" dirigido a beneficiar a los productores pero también a los consumidores locales.
En el texto al que tuvo acceso EL CIVISMO se enumeran, a modo de síntesis, las ventajas para los distintos actores involucrados: "Se beneficia a las familias de productores, inmediatamente impacta generando un ordenamiento territorial, impacta sobre el precio de la renta (ya que se retiran del mercado 50 familias), se generan instancias de comercialización con precios populares, y se transita hacia una forma de producción amigable con el medio ambiente y los consumidores, por lo que de a poco se va transformando el modelo de agronegocio hacia la soberanía alimentaria".
EL CONTEXTO
Los pequeños productores que llegaron al predio que se ubica en la Ruta 5, a la altura de Jáuregui, provienen del cordón productivo que rodea a la capital provincial. Se trata de una región que en los últimos años ha experimentado un importante crecimiento en la producción hortícola. Ese incremento que convirtió a la zona en una de las más importantes del país en el rubro, sin embargo, no significa necesariamente mejores condiciones de vida para quienes dedican su tiempo a la cosecha de muchas de las verduras que diariamente se consumen en el área metropolitana de la Ciudad de Buenos Aires.
"Este modelo exitoso en términos cuantitativos de producción, conlleva serios problemas estructurales y sobre todo se sostiene sobre una vida precarizada, explotada y pauperizada de las familias productoras", se expresa en el proyecto.
Como dato concreto, un altísimo porcentaje (se estima que más del 75%) de las familias productoras no son dueñas de la tierra en la que trabajan y viven. Se suman también efectos ambientales adversos como consecuencia del uso intensivo del invernáculo y de los agroquímicos. Al respecto, se marca que "los invernáculos impermeabiliza literalmente gran parte del suelo hortícola de La Plata", lo que genera que "la lluvia no puede infiltrarse en la tierra por la presencia de la cubierta plástica, formándose cada vez que llueve una gigantesca masa de agua que busca una salida de la región hortícola, utilizando para ello cauces naturales e improvisando en otros lados". Por su parte, el uso excesivo de agroquímicos, con frecuencias y dosis mayores a las indicadas, con medidas de seguridad prácticamente nulas y drogas de gran toxicidad, "no sólo es responsable de una contaminación de la tierra y el agua, sino que también del trabajador, su familia y claro está, el consumidor de estas hortalizas".
LA PROPUESTA
El proyecto contempla el acceso colectivo a la tierra por parte de cooperativas de pequeños productores mediante créditos blandos, con una planificación de 2,5 hectáreas por familia para producir y vivir dignamente. Se estiman unos 50 grupos familiares.
La UTT plantea la articulación de gestiones para la compra comunitaria de tierras buscando "reducir el monto a pagar por cada hectárea; posibilitar que, mediante cuotas similares a las que pagan actualmente por arriendo, un número significativo de arrendatarios pase a ser propietario". De esa manera, "se busca al retirar un número de productores del mercado de tierras arrendadas, reducir su altísimo costo para el resto".
En cuanto a las formas de producción, la Colonia Agrícola se propone, al menos en una primera instancia, una transición hacia la agroecología, entendida como una práctica que elimina los peligrosos químicos utilizados en la agricultura convencional. También se planifica una producción diversificada: "Se promoverá la producción familiar y cooperativa de granja integral (cerdos, huevos, pollos, leche y derivados). Para esto es necesario un acompañamiento y asistencia técnica por parte de instituciones y organismos del Estado. Esto mejorará la producción de alimentos en calidad y diversidad, al mismo tiempo que se libera de la dependencia del "paquete tecnológico" del agronegocio, lo que significa trabajo y alimentos sanos, mas el cuidado del ambiente".
Además del camino hacia un modelo de producción alternativo, la Colonia Agrícola apuesta a nuevos mecanismos de comercialización mediante canales propios: puestos en los mercados zonales, ferias y mercados populares, y aprovisionamiento al Estado de alimentos como forma de mejorar los ingresos de los productores y reducir el valor de los productos para los consumidores.
Otro de los puntos refiere a las condiciones de trabajo de las familias productoras: "Es necesario una mejor regulación del desarrollo del trabajo hortícola y florícola, y en la CAIAU, debido a la situación estructural más beneficiosa para el productor, esto puede darse en sentido de salir del trabajo explotado, anular el trabajo infantil, contar integralmente con aportes jubilatorios y obra social (a través del Monotributo Social Agropecuario)".
Esas condiciones, sumadas a un ingreso mayor al que se percibe actualmente (debido a la mejora en los canales de comercialización), y una reducción de los costos de producción (debido al no pago de alquiler, menos insumos y maquinaria colectiva), podrán prefigurar el desarrollo de un trabajo digno.
"Otro elemento importante de la CAIAU es la posibilidad de la mejora integral en la calidad de vida, debido a los cambios en el desarrollo del trabajo y la posibilidad de arraigo y proyección familiar por la tierra propia. Como mencionamos antes, este proyecto se sostiene sobre la organización preexistente, y profundiza y proyecta esa forma de vida cooperativa. Planificando un Salón de Usos Múltiples en cada CAIAU, y con una estructura organizativa establecida y participativa de todas las familias", agregan.
EL ESTADO
El proyecto enumera distintas instancias de articulación con el Estado. En ese camino, se propone "conformar una mesa de trabajo interministerial para abordar el proyecto. Si bien pareciera que es un proyecto que le compete al Ministerio de Agricultura, en realidad es transversal y desde los distintos estamentos del Estado puede intervenirse: Ministerio de Trabajo, Ministerio de Desarrollo Social, Ministerio de Industria, Secretaría de Comercio, INTA, INTI, INAES".
Otro punto vinculado a dependencias estatales apunta al otorgamiento de créditos para la compra de tierras. También se marca la necesidad de "designar a técnicos de terreno para el acompañamiento del proyecto en lo productivo, y sobre todo en el proceso de transición hacia la agroecología; y otorgar un subsidio para la maquinaria y movilidad colectiva para las labores de la tierra y la comercialización".
Agregan la importancia de "generar instancias de comercialización directa al consumidor mediante permiso de feria" y la implementación de "un programa de abastecimiento del Estado en verduras por parte de las cooperativas de pequeños productores".
Precios
El principal circuito de comercialización de hortalizas se realiza mediante el sistema de consignación, a partir del cual el productor le entrega la mercadería a un consignatario que, sin tomar en propiedad el producto, presta el servicio de venta en los mercados concentradores, cobrando una comisión por ello. Ese subcanal le permite al productor reducir ciertos costos de transacción como ser el tiempo de negociación y presencia en el mercado. Sin embargo, el ingreso final percibido por la mercadería también es menor.
Según se describe en el proyecto de Colonias Agrícolas, "la falta de información en un marco de informalidad del mercado (casi no se realizan facturas, y la sub-facturación del volumen y del precio son frecuentes) y la volatilidad del precio y de los volúmenes ofertados, generan una situación de vulnerabilidad e indefensión del productor que posibilita que el consignatario se apropie en forma fraudulenta de márgenes mayores a los estipulados".
Si se analiza el circuito que recorre una jaula de lechugas desde que es producida en la quinta hasta que es consumida por una familia en un barrio, "puede llegar a haber hasta tres intermediarios, llegando a incrementarse en este trayecto hasta 24 veces esa jaula (una jaula de 12 kilos se paga en quinta a 10 pesos, mientras que en la verdulería llega a estar hasta 30 pesos el kilo).
La situación "genera no sólo una merma en los ingresos de los pequeños productores hortícolas y florícolas, sino que además este agente es responsable de mayores precios a nivel consumidor". Por eso, los pequeños productores nucleados en la Unión de Trabajadores de la Tierra plantean como alternativa la venta directa a los consumidores.
Ejes
La propuesta de establecer una Colonia Agrícola se articula en cinco ejes:
- Producción agroecológica, lo que implica menores costos, alimentos más sanos y cuidado del medio ambiente.
- Créditos para el acceso a la tierra por parte de los pequeños productores.
- Maquinaria de uso cooperativo.
- Condiciones dignas de trabajo.
- Venta cooperativa sin intermediarios para lograr mejores ingresos y menores costos de ventas. (El Civismo).