El acto para presentar "Proyecto Peronista" generó más bronca que adhesión en el macrismo. La aparición de cuestionados punteros, el enojo del jefe de gobierno y la furia contra Jorge Macri y Juanjo Álvarez. Además, la notoria ausencia de Puerta y los peronistas porteños, quienes reclaman retomar la alianza con De Narváez.
No fue un acto más para el macrismo. Se trataba del lanzamiento de "Proyecto Peronista", acaso la pata justicialista de la provincia de Buenos Aires que busca apoyar a Mauricio Macri para el 2011.
Bajo estos pergaminos, el primo del jefe de gobierno, Jorge Macri (titular del PRO bonaerense y quien comenzó a socavar la relación con Francisco De Narváez, hoy en punto muerto), el vicepresidente de la Legislatura porteña, Diego Santilli y el ex gobernador de Misiones (y amigo íntimo de Macri), Ramón Puerta junto a “Juanjo” Álvarez fueron quienes organizaron el evento.
Sin embargo el acto, llevado a cabo en el Club Español de la Capital Federal, no fue lo que en el macrismo auguraban.
Por empezar, hubo una notoria ausencia de los peronistas porteños que tienen buen diálogo con Eduardo Duhalde (entre otros, los legisladores Cristian Ritondo, Daniel Amoroso y el propio Santilli) y, en especial del propio Puerta.
Altas fuentes del PRO confiaron a LPO que esto se debió, básicamente, a un fuerte enojo de los dirigentes con “Juanjo” y con Jorge Macri, a quienes acusan de haber llevado a serie de cuestionados punteros con oscuro pasado.
Es el caso del diputado nacional Rubén Ledesma, quien fuera secretario de Acción Social de los Empleados de Comercio que dirige el denunciado Armando Cavalieri, y titular del gremio de Comercio de la zona oeste.
Ledesma es un histórico peronista de La Matanza y se acercó a los Kirchner en 2001, a tal punto que llegó a ser nombrado como asesor de la Presidencia.
El año pasado, fue candidato a intendente y, aunque pensaba que contaría con el aval del Frente para la Victoria, fue Fernando Espinoza (delfín de Alberto Balestrini) quien recibió el apoyo decisivo del gobierno para quedarse con el distrito. Allí, pego el “borocotazo” y saltó al macrismo.
También participaron algunos dirigentes bonaerenses de poco peso como el concejal PRO de Lomas de Zamora, Carlos Fiorentino, y el dirigente de Avellaneda, Marcelo Marciano, cuyos antecedentes no conforman en el macrismo para armar un PJ propio.
Ante la falta de figuras de peso, llamaron, con súplicas, al ministro de Hacienda de la Ciudad y vicepresidente del PRO en la provincia de Buenos Aires, Néstor Grindetti, quien sí forma parte del círculo de confianza del macrismo.
De esta manera, y en este marco, tanto Puerta como Santilli decidieron no estar presentes (inclusive el vicepresidente de la Legislatura adujo que debía estar en un acto con el príncipe de Bélgica, en cuya ceremonia también participó el propio Macri).
El acto
A regañadientes, y visiblemente enojado, el jefe de gobierno llegó casi sobre la hora y sólo habló tres minutos luego de que su primo casi lo obligara a decir algunas palabras pasándole el micrófono intempestivamente ni bien ingresó al salón.
"Valoro mucho este trabajo que están haciendo en una provincia tan necesitada de soluciones. Solamente con mejor política vamos a tener una mejor calidad de vida", expresó.
"No estamos en política para pelear espacios de poder vacíos. La inseguridad es el tema que más preocupa. Crecen la violencia y el flagelo de la droga. Tenemos que trabajar para recuperar la educación pública gratuita, la salud y que todos tengan las mismas posibilidades. Desde PRO vamos a apostar a la convivencia constructiva", sostuvo y rápidamente se retiró.
Frente a él, sentado en primera fila, su jefe de asesores y titular del PRO, José Torello, y una serie de punteros del PJ.
Según pudo saber este medio, por lo bajo, dentro de la cúpula del macrismo se oyeron fuertes críticas: “Hay un desconocimiento total del funcionamiento del peronismo en la provincia. Si vamos a poner como interlocutores a Torello y a Jorge (Macri), estamos mal”, confió a este medio un justicialista del espacio que conoce de cerca el entramado político bonaerense.
“Macri quedó como un inexperto, no tendría que haber ido a ese acto. Siquiera estuvieron muchos de sus dirigentes peronistas”, agregó.
Ahora, el jefe de gobierno le quedarán dos opciones: o bien rearmar una alianza con el duhaldismo para intentar tener una base de sustentación para las presidenciales de 2011, o bien, tal como pretende Jorge Macri, “no ser rehenes” del ex presidente y armar un PJ propio.
A todo esto, en las oficinas de Francisco de Narváez, todavía no pueden disimular las risas que les provocó el acto.
Piden por De Narváez.
En este contexto, el diputado de la Ciudad, Cristian Ritondo, consideró que "hay que rearmar la alianza con De Narváez"De esta manera, Ritondo mostró sus diferencias con los dirigentes que integran "Proyecto Peronista", quienes aseguraron que el empresario se encuentra "trabajando con Eduardo Duhalde".
"Yo creo que el Pro tiene buenos candidatos en la Ciudad, como Gabriela Michetti, que para mí es la mejor candidata que tiene el Pro. Horacio Rodríguez Larreta tiene gran capacidad de trabajo, Diego Santilli que deja de ser legislador y también podría ser candidato", aseguró Ritondo en fm Global Station este miércoles por la mañana.
"En la provincia de Buenos Aires tenemos que rearmar la alianza con De Narváez que es un buen candidato.
El Pro de la provincia de Buenos Aires tiene derecho a diseñar su política, pensar en el 2011 significa mantener la alianza con De Narváez, imponer una división a partir de decir que Francisco se fue al duhaldismo, es achicar la visión. No hay duda que los que estamos con Macri creemos en un proyecto nacional que tenga como cabeza a Macri. A mí no me pareció bien lo que se hizo en la provincia", agregó.