Se aplicará una "tasa de reciprocidad". Lo recaudado se destinará a financiar una actualización de la informatización de las delegaciones de la Dirección de Migraciones.
El gobierno nacional aplicará una "tasa de reciprocidad" a los ciudadanos de todos los países que exigen que los argentinos tramiten visas y paguen aranceles especiales para ingresar en su territorio.
O sea, a partir de la vigencia de la medida, que sería inmediata, la Argentina le cobrará a cada ciudadano extranjero que ingrese en el país lo mismo que su nación le cobra a un argentino por el trámite de visado.
Esto implica que los habitantes de los países que no cobren tasas de ingreso no deberán pagar; en cambio, por ejemplo, los norteamericanos deberán abonar 131 dólares, tal la suma que se paga en la embajada de ese país para el trámite de solicitud de visa. Se trata de una decisión adoptada por el ministro del Interior, Florencio Randazzo. Según explicó el funcionario al diario LA NACION, lo recaudado servirá para financiar una actualización de la informatización de todas las delegaciones de la Dirección Nacional de Migraciones. Además, se busca dotar de mayor seguridad el sistema migratorio. "No se comenzarán a exigir visas, sino que solamente se cobrará una tasa de ingreso.
No será necesario realizar trámites previos en las embajadas argentinas en el exterior", informó un vocero del Ministerio del Interior. Estados Unidos, Canadá y Australia concentran la mayor cantidad de turistas que ingresan en la Argentina provenientes de países que les exigen visa a los argentinos. Otras naciones que requieren ese trámite son Arabia Saudita, Botswana, Bulgaria, China, Cuba, Puerto Rico, Egipto, Estonia, Ghana, Guyana, India, Kenya, Nigeria, el Líbano, Rumania, Rusia, Siria, Taiwán y Vietnam. En algunos de los casos, el trámite sólo implica la presentación del pasaporte y fotos, y completar un formulario.
En otros, como Nigeria, exigen una carta de invitación o una carta de garantía de un banco. En el caso de China, se exige un pago de 20 dólares. LA NACION quiso conocer qué efectos tendrá la medida para el turismo, ya que Estados Unidos es el segundo país en cantidad de visitantes que aporta a la Argentina, después de Brasil.
En 2007, llegaron vía Ezeiza 286.240 estadounidenses y 32.925 canadienses. Según se informó desde la Secretaría de Turismo de la Nación, esto representa el 10% del turismo extranjero en el país. Entre 2006 y 2007, se incrementó en 7% la llegada de estadounidenses a la Argentina y 19% el arribo de canadienses. Sorpresa La decisión sorprendió a los operadores que trabajan con visitantes extranjeros. Desde la Secretaría de Turismo se habló con cautela y cierta sorpresa.
Fuentes cercanas al secretario, Enrique Meyer, informaron que se evaluará la medida para determinar cómo afectará la afluencia de visitantes. Desde la embajada de los Estados Unidos, fuentes diplomáticas señalaron a LA NACION que la cancillería argentina todavía nada les había informado al respecto y deslizaron que aún no estaban interiorizados de los alcances de la medida. "Estamos esperando mayor información para poder pronunciarnos sobre el tema", señaló una fuente diplomática.
"Nuestro objetivo es proteger el dinamismo del turismo y el comercio entre ambos países junto con los intercambios estudiantiles", señaló, y dejó trascender que, por una cuestión de reciprocidad, no era objetable que la Argentina demandara visas a los turistas estadounidenses. El hecho de que no sea un trámite de visa sino una tasa de ingreso implica que deberá abonarse cada vez que un extranjero visite el país.
En cambio, la visa estadounidense se paga una vez y tiene una validez que puede ser desde meses hasta diez años. La embajada de Canadá tiene otro sistema: se pagan 245 pesos argentinos por una sola entrada en ese país, $ 485 por entradas múltiples y $ 1295 por ingreso de un grupo familiar. Australia cobra 100 dólares la visa.
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