No cabe duda que Alberto tiene cierta debilidad por la mujer a la hora de encontrar aliados políticos. Tal vez ensimismado en la imagen de transparencia y confianza que suele trasmitir lo femenino en un ámbito asqueado de machismo como este, esto no sólo hace referencia a un devoto admirador de la belleza –como señalan sus más cercanos al jefe de ministros- sino que deja en evidencia una clara tendencia política de "refrescarse" con algún perfume de mujer que traiga nuevos aires a la conversación diaria.
Tantos son los lazos del funcionario de Néstor Kirchner y tan fuertes con dirigentes del sexo opuesto, que podría armarse su propia Selección: un equipo de fútbol completo cubriendo cada puesto con un jugador de primer nivel. No de casualidad es desde el principio el principal impulsor de la candidatura de Cristina Kirchner, su jefe de campaña y el encargado de dejar en manos de varias mujeres los designios de esa campaña.
La Política Online presenta las once mujeres más cercanas a Alberto Fernández, las cuáles esperan –de confirmarse la victoria de la primera dama- sostenerse en el poder de la mano de su padrino. Aquí, la Selección de Alberto.
Sandra Bergenfeld: la legisladora porteña es los ojos, los oídos y hasta a veces las manos del jefe de Gabinete en la Legislatura porteña. Fue la encargada de motorizar la embestida que desprestigió a uno de los peores enemigos políticos de Alberto, Jorge Telerman, cuando se denunció que no poseía título de "Licenciado". Podría presidir la Auditoría General de la Ciudad, puesto clave donde el líder del kirchnerismo porteño quiere alguien de extrema confianza.
Graciela Ocaña: La titular del PAMI sigue ascendiendo dentro de la estructura del gobierno. Sonó para varios puestos, incluso como posible compañera de fórmula de Scioli en la provincia de Buenos Aires, pero por ahora sigue manejando los designios de la obra social de los jubilados. Podría llegar a algún cargo de más jerarquía o hasta ir en la boleta de legisladores bonaerenses.
Patricia Vaca Narvaja: La hermana del ex Montonero Fernando Vaca Narvaja es cordobesa, pero se transformó en un referente del porteño Alberto en la Cámara de Diputados, algo así como Bergenfeld en la Legislatura. Fue señalada por Juan Schiaretti junto a Ocaña, tras la crisis en Córdoba, como las "empleadas oligarcas" enviadas por Alberto a Córdoba para operar por Luís Juez.
Vilma Ibarra: por algo la ubicó como segunda en la lista a diputados porteños detrás del ministro Carlos Tomada y por algo es de las más activas en el albertismo porteño, incluso enfrentando a la lista de legisladores nacionales por la ciudad que respalda su hermano Aníbal, la de Diálogo por Buenos Aires que encabeza Miguel Bonasso.
La señalan como la activista más fuerte en el ámbito judicial –de donde proviene- del jefe de Gabinete, lugar al que quisiera acceder en el próximo gabinete cristinista. Su relación es tan estrecha que vive rodeada de rumores.
Mercedes Marcó del Pont: la economista ganó tanto terreno en los últimos meses que hasta sonó como posible reemplazante de Felisa Miceli en Economía, cuando renunció por el escándalo de la bolsa con dólares. Hoy, la diputada secunda al ministro Daniel Filmus como candidatos del kirchnerismo al Senado, sitio al que podría acceder no sólo si el Frente para la Victoria suma los votos suficientes en la ciudad, sino también si se confirma que Filmus continuará en Educación con la llegada de la primera dama.
Romina Picolotti: tras la embestida del propio diario Clarín contra la secretaria de Medio Ambiente, con una fuerte denuncia que hubiese terminado en despido, fue el mismo Alberto quien salió a bancarla y a acompañarla en la conferencia de prensa donde anunciaba que continuaría en funciones.
El traspaso de la secretaria bajo el ala de la jefatura de Gabinete y la insistencia de Alberto por colocar allí a la ambientalista demuestran la incondicionalidad de su jefe. Lo mismo el uso de superpoderes para transferirle fondos de otros ministerios.
Gabriela Cerruti: supo ser la funcionaria más cercana al archienemigo de Alberto, el jefe de Gobierno Jorge Telerman. Sin embargo, tras la derrota del 3 de junio, fue la primera en abandonar el barco telermanista y pasarse a la vereda del gobierno nacional, poniéndose al servicio del albertismo en la construcción y el armado de la campaña de Cristina. Sus muestras de fidelidad hasta aquí no conocieron de límites, e integrará el próximo bloque K en la Legislatura porteña, donde compartirá el espacio con diputados a los que supo enfrentar con dureza, como Diego Kravetz.
Beatriz Nofal: Otra que tuvo el respaldo de Alberto, como Picolotti, cuando se conocieron turbios manejos de fondos en su cartera, la Agencia Nacional de Inversiones. En ese ámbito, supo construir un espacio cada vez más grande, transformándose en una obediente albertista, y una influyente funcionaria a la hora de las finanzas.
Juliana Marino: La diputada nacional cobró reelevancia en los últimos días, encargada de responder con dureza al cardenal Jorge Bergoglio, como impulsora de un proyecto de ley para autorizar el aborto en casos de violación. También integra la mesa "Cristina Presidente".
María José Libertino: ex diputada, titular del Instituto Nacional contra la Discriminación (Inadi) y protegida de Fernández. De imagen "progre" y feminista, fue el jefe de Gabinete quien la colocó allí.
Rosario Lufrano: como directora ejecutiva de Canal 7, es la mano del Alberto en el canal estatal y prestidigitadora del tratamiento de las noticias en la pantalla pública. Cuestionada por algunas coberturas de excesiva dependencia, la periodista quedaría en su cargo con Cristina. Vive internamente una crisis institucional fuerte en el canal, con una puja sindical que aún continúa y amenaza con subir la temperatura.