MALVINAS ARGENTINAS, Setiembre 13, (PUNTO CERO-www.aquilanoticia.com) El Frente Para la Victoria de Malvinas Argentinas no logra conformarse como tal. Hay sectores que quedaron relegados y la oposición que pretendió protagonizar se diluye a medida que se acerca el 28 de octubre.
Si bien la crisis del 2001 alentó aires de cambio en la política argentina, trasvasado a todos los ámbitos desde el Nacional al Municipal, fueron muchos los que lograron “reciclarse” o “reinventarse” a la sombra de aquellos que pudieron obtener la aceptación ciudadana.
En cierta forma el propio Néstor Kirchner vino a representar ese cambio y logró, con la estabilidad económica y los índices hacia arriba, que el electorado lo ratificara ampliamente en las elecciones del 2003. Y allí se sumaron algunos dirigentes que pretendieron “reciclarse” ante los ojos, desprevenidos, de los vecinos que se inclinaron en un amplio apoyo a la gestión estabilizadora.
El caso de Malvinas Argentinas fue emblemático. Esas elecciones del 2003 marcaron la primer derrota del PJ malvinense que juró lealtad al duhaldismo mostrando coherencia ideológica y que después, cuando el propio Presidente abrió su Frente, llamando a la unidad, también cumplió con el viejo mandato peronista: el que gana conduce y el que pierde acompaña.
Aquel Frente partidario, propuesto por el propio Kirchner en el 2003 con la idea de la transversalidad, donde Solá tuvo mucho que ver, en algunos lugares sumó a quienes quisieron lograr espacios políticos. Y en el afán de sumar en política, también Perón había sido muy gráfico al explicarlo con el ejemplo de la fabricación de ladrillos, había que sumar. Que vengan de donde vengan… a veces el precio del “cambio” puede ser muy caro.
Lo cierto es que el Frente Para la Victoria, en Malvinas Argentinas, con la candidatura a Senadora de Cristina Fernández de Kirchner a la cabeza hizo una buena elección, llevando a Luis Vivona, Julio Alegre y José Luis Benítez, entre otros, como candidatos a concejales que luego ocuparon sus bancas.
Ahora pretenden ir por la Intendencia, lugar que ocupa Jesús Cariglino desde el nacimiento del distrito, allá en 1994.
A dos años de aquel triunfo no fue mucho lo que pudo lograr ese espacio político en el distrito malvinense. Si bien desde un comienzo pudo haber logrado el control del Concejo Deliberante para forjar una oposición seria y cuestionar, como lo venía haciendo en aquella campaña, el accionar del intendente pero desde un lugar institucional, desperdició ingenuamente esa oportunidad. Algo que a muchos llamó la atención porque los dirigentes, de amplia experiencia por cierto, no supieron hacer pesar ese triunfo y se ausentaron de la sesión clave en la legislatura local para elegir a sus autoridades. A partir de allí el Frente Para la Victoria en ese distrito no pudo lograr demasiado. Incluso el oficialismo logró copar esos espacios o “acercamientos” no supo o no quiso llenar, al punto que hoy por hoy no contiene a todos los sectores que el propio Presidente supo aglutinar.
Era el momento de cerrar filas y sumar la mayor cantidad de poder posible. Esta vez volvieron a elegir el mismo discurso de crítica y confrontación con temas difíciles de probar, como la descentralización de la salud en momentos en que esa área es reconocida por la gobernación, la falta de asfaltos o de obras de infraestructura, temas en los que la administración cariglinista puso su mayor énfasis, y donde los ahora opositores protagonizaron junto al Intendente.
Pero la historia del Frente malvinense tiene sus particularidades que pasa por sus principales integrantes. Es decir, para los vecinos es historia conocida.
Ya que los que encabezan el mismo tienen un largo recorrido en la política local, sólo que en estos momentos están en una postura opuesta al oficialismo.
No hace mucho tiempo que el dirigente de Villa de Mayo y actual candidato a Intendente por el Frente, Luis Vivona, ocupó cargos en el ejecutivo malvinense como responsable de la Unidad Ejecutora de Obras y Viviendas (administrando esa dependencia encargada de la construcción de las viviendas que se realizan en el distrito). La trayectoria de Vivona se extiende también a una banca de legislador local, desde donde defendió a la administración de Cariglino ocupando una banca en el Concejo Deliberante –llegando incluso a ocupar la Presidencia del cuerpo- durante los primeros años de vida del Partido malvinense, manteniéndose dentro del PJ oficial encabezado por Cariglino durante nueve años.
En esta línea política también están Luis Benítez, Julio Alegre y Reinaldo Ferrau, coincidentemente los tres también fueron concejales (el primero en el viejo General Sarmiento) y participaron en la administración cariglinista a la que hoy critican desde la vereda de enfrente.Entre ellos y Cariglino hay una vieja historia que el jefe comunal pretende dejar en el pasado encargándose de subrayar, en cuanta oportunidad creyó necesario, que aquellos funcionarios fueron desplazados en su administración por desprolijidades, mal desempeño y hasta se animó a sugerir corrupción.
Si bien la crisis del 2001 alentó aires de cambio en la política argentina, trasvasado a todos los ámbitos desde el Nacional al Municipal, fueron muchos los que lograron “reciclarse” o “reinventarse” a la sombra de aquellos que pudieron obtener la aceptación ciudadana.
En cierta forma el propio Néstor Kirchner vino a representar ese cambio y logró, con la estabilidad económica y los índices hacia arriba, que el electorado lo ratificara ampliamente en las elecciones del 2003. Y allí se sumaron algunos dirigentes que pretendieron “reciclarse” ante los ojos, desprevenidos, de los vecinos que se inclinaron en un amplio apoyo a la gestión estabilizadora.
El caso de Malvinas Argentinas fue emblemático. Esas elecciones del 2003 marcaron la primer derrota del PJ malvinense que juró lealtad al duhaldismo mostrando coherencia ideológica y que después, cuando el propio Presidente abrió su Frente, llamando a la unidad, también cumplió con el viejo mandato peronista: el que gana conduce y el que pierde acompaña.
Aquel Frente partidario, propuesto por el propio Kirchner en el 2003 con la idea de la transversalidad, donde Solá tuvo mucho que ver, en algunos lugares sumó a quienes quisieron lograr espacios políticos. Y en el afán de sumar en política, también Perón había sido muy gráfico al explicarlo con el ejemplo de la fabricación de ladrillos, había que sumar. Que vengan de donde vengan… a veces el precio del “cambio” puede ser muy caro.
Lo cierto es que el Frente Para la Victoria, en Malvinas Argentinas, con la candidatura a Senadora de Cristina Fernández de Kirchner a la cabeza hizo una buena elección, llevando a Luis Vivona, Julio Alegre y José Luis Benítez, entre otros, como candidatos a concejales que luego ocuparon sus bancas.
Ahora pretenden ir por la Intendencia, lugar que ocupa Jesús Cariglino desde el nacimiento del distrito, allá en 1994.
A dos años de aquel triunfo no fue mucho lo que pudo lograr ese espacio político en el distrito malvinense. Si bien desde un comienzo pudo haber logrado el control del Concejo Deliberante para forjar una oposición seria y cuestionar, como lo venía haciendo en aquella campaña, el accionar del intendente pero desde un lugar institucional, desperdició ingenuamente esa oportunidad. Algo que a muchos llamó la atención porque los dirigentes, de amplia experiencia por cierto, no supieron hacer pesar ese triunfo y se ausentaron de la sesión clave en la legislatura local para elegir a sus autoridades. A partir de allí el Frente Para la Victoria en ese distrito no pudo lograr demasiado. Incluso el oficialismo logró copar esos espacios o “acercamientos” no supo o no quiso llenar, al punto que hoy por hoy no contiene a todos los sectores que el propio Presidente supo aglutinar.
Era el momento de cerrar filas y sumar la mayor cantidad de poder posible. Esta vez volvieron a elegir el mismo discurso de crítica y confrontación con temas difíciles de probar, como la descentralización de la salud en momentos en que esa área es reconocida por la gobernación, la falta de asfaltos o de obras de infraestructura, temas en los que la administración cariglinista puso su mayor énfasis, y donde los ahora opositores protagonizaron junto al Intendente.
Pero la historia del Frente malvinense tiene sus particularidades que pasa por sus principales integrantes. Es decir, para los vecinos es historia conocida.
Ya que los que encabezan el mismo tienen un largo recorrido en la política local, sólo que en estos momentos están en una postura opuesta al oficialismo.
No hace mucho tiempo que el dirigente de Villa de Mayo y actual candidato a Intendente por el Frente, Luis Vivona, ocupó cargos en el ejecutivo malvinense como responsable de la Unidad Ejecutora de Obras y Viviendas (administrando esa dependencia encargada de la construcción de las viviendas que se realizan en el distrito). La trayectoria de Vivona se extiende también a una banca de legislador local, desde donde defendió a la administración de Cariglino ocupando una banca en el Concejo Deliberante –llegando incluso a ocupar la Presidencia del cuerpo- durante los primeros años de vida del Partido malvinense, manteniéndose dentro del PJ oficial encabezado por Cariglino durante nueve años.
En esta línea política también están Luis Benítez, Julio Alegre y Reinaldo Ferrau, coincidentemente los tres también fueron concejales (el primero en el viejo General Sarmiento) y participaron en la administración cariglinista a la que hoy critican desde la vereda de enfrente.Entre ellos y Cariglino hay una vieja historia que el jefe comunal pretende dejar en el pasado encargándose de subrayar, en cuanta oportunidad creyó necesario, que aquellos funcionarios fueron desplazados en su administración por desprolijidades, mal desempeño y hasta se animó a sugerir corrupción.
Aquellos, en silencio, se ocultaron e intentaron varias veces conformar una oposición que nunca pudo consolidarse por sus propias traiciones internas, pero que ahora, colados en la oportunidad “kirchnerista” vuelven a reflotar, lustrándose y sacando “chapa” de “nueva política”. (PUNTO CERO-www.aquilanoticia.com).
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