BUENOS AIRES, Febrero 28, (PUNTO CERO- La Polítiuca On Line).
El jefe de Gobierno porteño, cercado por el kirchnerismo, apuesta a financiarse en el 2009 con la ayuda de los hermanos Rodríguez Saá que manejan un fondo anticíclico de San Luis de cientos millones de dólares. La operación sería parte de un acuerdo político más amplio.Mauricio Macri ha edificado su trayectoria política bajo un talismán: La gestión. Su capital y promesa no es un discurso cautivante o uno de esos carismas arrolladores, lo que el ex presidente de Boca promete es en todo caso su capacidad de llevar adelante un gobierno sensato y eficiente que le mejore la vida cotidiana a los porteños.
En esa línea, es bastante razonable que se establezcan puentes con la San Luis de los Rodríguez Saá –una de las provincias mejor administradas del país-, que comparten además con Macri el enfrentamiento político con los Kirchner.
El gobernador Alberto Rodríguez Saá, blanqueó públicamente estos contactos al afirmar a la prensa que intentará sumarse al espacio opositor que empezaron a conformar Macri, Felipe Solá y Francisco De Narváez, profundizando así el sesgo peronista del armado político que empieza a desplegar el jefe de Gobierno, con la intención de sostener su candidatura presidencial en el 2011. “Seguramente vamos a conformar un frente opositor con Macri, Solá y De Narváez”, afirmó Rodríguez Saá.
Pero detrás de esta alianza política, funcionarios porteños y puntanos avanzan en una trabajosa negociacion, para que San Luis asista financieramente a la Ciudad de Buenos Aires. Las megociaciones las lleva adelante Grindetti en contacto con su par puntana, la contadora Lucía Teresa Nigra.
Es que los Rodríguez Saá, entre otros numerosos aciertos de gestión, lograron conformar un fondo anticíclico de cientos de millones de dólares, que en épocas de crisis y mercados internacionales cerrados, se transforman en oro líquido.
El macrismo trabaja sobre un primer acuerdo, que permita a la Ciudad conseguir un préstamo por parte de los puntanos, para empujar las obras porteñas que Macri no está dispuesto a resignar.
Ahogo financiero
Macri y su ministro de Economía, Néstor Grindetti, vienen sufriendo desde el año pasado el boicot del gobierno nacional a todas sus iniciativas para financiar la Ciudad. En el despacho del ministro de Economía de la Nación, Carlos Fernández, duerme desde hace más de 6 meses, por orden de Néstor Kirchner, la autorización para que la Ciudad pueda emitir un bono en los mercados internacionales por más de 500 millones de dólares. Se trata de una irregularidad, ya que no existen razones técnicas para negar la autorización de uno de los distritos que mejor califican financieramente.
Conciente de esto semanas atrás Fernández respondió a la Ciudad con una serie de preguntas y objeciones los reclamos de Grindetti para que emita el permiso.“Contestó cosas que no tenían nada que ver con el trámite y nosotros se lo hicimos saber.
Todavía no tuvimos respuesta”, confirmó Grindetti en el programa Puro Periodismo de radio El Mundo, días atrás. Como sea, esa vía de financiamiento continúa cerrada.Al igual que la toma denuevos créditos de organismos internacionales como el Banco Mundial o el BID, que requieren de avales de la Nación.
El boicot a las Letes
Cerrado el camino del endeudamiento externo, el macrismo intentó que la Anses acepte invertir en los bonos porteños, pero hasta ahora su titular, Amado Boudou, no contestó los pedidos de audiencia de Grindetti.
Mientras esperan una respuesta de Boudou, en el Ministerio de Hacienda porteño se lanzó una emisión de Letes que en su primer tramo fue por 90 millones y sobre el último minuto sólo se alcanzó a suscribir 27 millones.
La Política Online confirmó en el mercado que hubo una intervención directa del secretario de Comercio Guillermo Moreno, que llamó a los principales bancos de la City para que no suscriban el bono. Por ejemplo, el Itaú que estaba muy interesado en este negocio, finalmente no participó.
El macrismo optó por no denunciar esta nueva maniobra de boicot kirchnerista, porque algunos asesores le recomendaron al jefe de Gobierno que evite “victimizarse” o aparecer quejoso frente a las dificultades propias de hacer política y gobernar en la Argentina.
Es en ese marco que comenzó a explorarse la opción puntana, que se verá en las próximas semanas si finalmente llega a buen puerto.