(Asteriscos Tv). Las causas que ocasionan la diabetes son desconocidas, sin embargo, además del riesgo hereditario que es del 25%, existen otros factores que favorecen e incrementan la probabilidad de padecerla.
Uno de estos factores es la obesidad, pues las grasas acumuladas interfieren la función de la insulina y provocan una resistencia a ésta. Otro factor, incluye una dieta con exceso de carbohidratos simples (azúcares). Por su parte, el hábito de fumar representa uno de los factores más importantes; existe una firme asociación entre el tabaquismo y el riesgo de padecer diabetes y ambos son factores principales en la aparición de enfermedades cardiovasculares.
De todos modos, cabe destacar que el mayor problema con los diabéticos no es la posibilidad de entrar en coma por exceso o falta de glucosa, sino la enfermedad arterial.
“La diabetes ataca tanto a las arterias, que alguna vez se ha dicho que en realidad es una enfermedad de las arterias que cursa con elevado nivel de glucosa en sangre”, explica el Dr. José Álvarez, miembro del Comité Organizador del Congreso SOLACI - CACI 2010.
Las arterias perjudicadas son tanto las pequeñas como las grandes. En el caso de las primeras, se afectan especialmente los nervios (neuropatía), los riñones (insuficiencia renal) y la visión (retinopatía y glaucoma). En las grandes arterias, se ve afectada principalmente la circulación coronaria (insuficiencia coronaria, infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca), las piernas (falta de irrigación que puede llevar a la amputación) y la circulación cerebral (mayor riesgo de accidentes cerebrovasculares).
“Se calcula que en el mundo hay 170 millones de diabéticos y que para el año 2030 habrá más de 350 millones, por lo que si bien no es una enfermedad infecciosa se está considerando una verdadera pandemia, es decir una epidemia a nivel mundial” agregó Álvarez.
Por la forma en que esta enfermedad afecta a las arterias, la principal causa de muerte de un paciente diabético son las enfermedades cardiovasculares. Se calcula que estos pacientes tienen entre cuatro y seis veces más probabilidades de tener un problema cardiovascular que la población general, lo que constituye un importante problema sanitario a nivel mundial.
Cuando hay obstrucciones en las grandes arterias, muchos de estos pacientes necesitan de cirugía de by pass o angioplastia con stents, pero a pesar de que ambas mejoran significativamente a los pacientes con déficit de irrigación importante, los resultados en el largo plazo son peores que en los pacientes no diabéticos con la misma enfermedad arterial. En el caso de las cirugías de by-pass, el riesgo operatorio es mayor en pacientes con diabetes.
En cuanto a las angioplastias con stent, los pacientes diabéticos tienen más riesgos de ver nuevamente obstruidas sus arterias por el desarrollo de una cicatriz exagerada que se mete dentro de éstas y obliga a repetir la angioplastia (reestenosis). O en otro caso, formar coágulos que obstruyen bruscamente el vaso, que aunque sea poco frecuente, cuando sucede se traduce en su mayoría, en un infarto de miocardio que puede ser o no fatal.
Nuevos medicamentos anticoagulantes
Las plaquetas son elementos de la sangre que participan en la formación de los coágulos que detienen las hemorragias. Sin embargo, bajo determinadas circunstancias, su actividad exagerada puede provocar formación de trombos (coágulos dentro de las arterias) provocando falta de irrigación de una parte del organismo, especialmente en corazón, cerebro y piernas. La aspirina es el medicamento más utilizado en todo el mundo para regular la actividad anormal de las plaquetas desde la década del setenta, pero posteriormente un grupo de medicamentos llamados tienopiridinas, con acción similar a la de la aspirina, ha logrado mejorar la evolución de los pacientes con enfermedad vascular, especialmente cuando se dan asociados a la aspirina.
Sin embargo, en los pacientes con diabetes la acción de estas drogas no es tan efectiva, por lo que fue necesario desarrollar nuevos medicamentos, uno de los cuales, el prasugrel, ya se vende en el país.
"Según estudios publicados en las revistas Circulation y New England Journal of Medicine, el prasugrel (una tienopiridina de tercera generación) tiene mayor actividad antiplaquetaria que el clopidogrel y, cuando es utilizada en pacientes diabéticos con episodios coronarios agudos, disminuye la posibilidad de tener un nuevo infarto en un período de un año que fue el tiempo que se controló la población examinada", señala Álvarez.
Nuevos stents
En cuanto a los stents, son dispositivos que se colocan dentro de las arterias cuando hay una obstrucción para mantenerlas permeables en un procedimiento que se llama angioplastia. Aquí también, la diabetes juega un papel nocivo y en muchos casos, a pesar de una angioplastia bien hecha, el stent se obstruye nuevamente y los síntomas reaparecen (reestenosis).
En los últimos años, se han desarrollado nuevos stents con medicamentos que reducen la posibilidad de que las arterias vuelvan a obstruirse luego de la angioplastia (reestenosis), y los resultados del seguimiento alejado de éstos están demostrando su seguridad y efectividad.
En el Congreso de la Sociedad Latinoamericana de Cardiología Intervencionista que se desarrollará en Buenos Aires entre los días 11 y 13 de agosto, se presentarán los resultados de los últimos estudios realizados con estos medicamentos anticoagulantes y stents. Los más de 3.500 médicos de toda América y del resto del mundo que asistirán, analizarán, entre otros temas, los beneficios de utilizarlos masivamente y el impacto que esto pueda tener para mejorar la sobrevida de los pacientes.
Uno de estos factores es la obesidad, pues las grasas acumuladas interfieren la función de la insulina y provocan una resistencia a ésta. Otro factor, incluye una dieta con exceso de carbohidratos simples (azúcares). Por su parte, el hábito de fumar representa uno de los factores más importantes; existe una firme asociación entre el tabaquismo y el riesgo de padecer diabetes y ambos son factores principales en la aparición de enfermedades cardiovasculares.
De todos modos, cabe destacar que el mayor problema con los diabéticos no es la posibilidad de entrar en coma por exceso o falta de glucosa, sino la enfermedad arterial.
“La diabetes ataca tanto a las arterias, que alguna vez se ha dicho que en realidad es una enfermedad de las arterias que cursa con elevado nivel de glucosa en sangre”, explica el Dr. José Álvarez, miembro del Comité Organizador del Congreso SOLACI - CACI 2010.
Las arterias perjudicadas son tanto las pequeñas como las grandes. En el caso de las primeras, se afectan especialmente los nervios (neuropatía), los riñones (insuficiencia renal) y la visión (retinopatía y glaucoma). En las grandes arterias, se ve afectada principalmente la circulación coronaria (insuficiencia coronaria, infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca), las piernas (falta de irrigación que puede llevar a la amputación) y la circulación cerebral (mayor riesgo de accidentes cerebrovasculares).
“Se calcula que en el mundo hay 170 millones de diabéticos y que para el año 2030 habrá más de 350 millones, por lo que si bien no es una enfermedad infecciosa se está considerando una verdadera pandemia, es decir una epidemia a nivel mundial” agregó Álvarez.
Por la forma en que esta enfermedad afecta a las arterias, la principal causa de muerte de un paciente diabético son las enfermedades cardiovasculares. Se calcula que estos pacientes tienen entre cuatro y seis veces más probabilidades de tener un problema cardiovascular que la población general, lo que constituye un importante problema sanitario a nivel mundial.
Cuando hay obstrucciones en las grandes arterias, muchos de estos pacientes necesitan de cirugía de by pass o angioplastia con stents, pero a pesar de que ambas mejoran significativamente a los pacientes con déficit de irrigación importante, los resultados en el largo plazo son peores que en los pacientes no diabéticos con la misma enfermedad arterial. En el caso de las cirugías de by-pass, el riesgo operatorio es mayor en pacientes con diabetes.
En cuanto a las angioplastias con stent, los pacientes diabéticos tienen más riesgos de ver nuevamente obstruidas sus arterias por el desarrollo de una cicatriz exagerada que se mete dentro de éstas y obliga a repetir la angioplastia (reestenosis). O en otro caso, formar coágulos que obstruyen bruscamente el vaso, que aunque sea poco frecuente, cuando sucede se traduce en su mayoría, en un infarto de miocardio que puede ser o no fatal.
Nuevos medicamentos anticoagulantes
Las plaquetas son elementos de la sangre que participan en la formación de los coágulos que detienen las hemorragias. Sin embargo, bajo determinadas circunstancias, su actividad exagerada puede provocar formación de trombos (coágulos dentro de las arterias) provocando falta de irrigación de una parte del organismo, especialmente en corazón, cerebro y piernas. La aspirina es el medicamento más utilizado en todo el mundo para regular la actividad anormal de las plaquetas desde la década del setenta, pero posteriormente un grupo de medicamentos llamados tienopiridinas, con acción similar a la de la aspirina, ha logrado mejorar la evolución de los pacientes con enfermedad vascular, especialmente cuando se dan asociados a la aspirina.
Sin embargo, en los pacientes con diabetes la acción de estas drogas no es tan efectiva, por lo que fue necesario desarrollar nuevos medicamentos, uno de los cuales, el prasugrel, ya se vende en el país.
"Según estudios publicados en las revistas Circulation y New England Journal of Medicine, el prasugrel (una tienopiridina de tercera generación) tiene mayor actividad antiplaquetaria que el clopidogrel y, cuando es utilizada en pacientes diabéticos con episodios coronarios agudos, disminuye la posibilidad de tener un nuevo infarto en un período de un año que fue el tiempo que se controló la población examinada", señala Álvarez.
Nuevos stents
En cuanto a los stents, son dispositivos que se colocan dentro de las arterias cuando hay una obstrucción para mantenerlas permeables en un procedimiento que se llama angioplastia. Aquí también, la diabetes juega un papel nocivo y en muchos casos, a pesar de una angioplastia bien hecha, el stent se obstruye nuevamente y los síntomas reaparecen (reestenosis).
En los últimos años, se han desarrollado nuevos stents con medicamentos que reducen la posibilidad de que las arterias vuelvan a obstruirse luego de la angioplastia (reestenosis), y los resultados del seguimiento alejado de éstos están demostrando su seguridad y efectividad.
En el Congreso de la Sociedad Latinoamericana de Cardiología Intervencionista que se desarrollará en Buenos Aires entre los días 11 y 13 de agosto, se presentarán los resultados de los últimos estudios realizados con estos medicamentos anticoagulantes y stents. Los más de 3.500 médicos de toda América y del resto del mundo que asistirán, analizarán, entre otros temas, los beneficios de utilizarlos masivamente y el impacto que esto pueda tener para mejorar la sobrevida de los pacientes.
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