(La Política OnLine. Por Javier Laquidara).El panradicalismo se unió en la Legislatura bonaerense para impulsar un proyecto que dé más autonomía a los municipios. Además de crear un cargo para reemplazar al intendente cuando está ausente, quieren que los municipios reciban una mayor coparticipación. El oficialismo trabaría el proyecto, aunque tiene en sus filas a legisladores que lo ven con buenos ojos.
La oposición bonaerense se unió para impulsar en la Cámara de Diputados un proyecto que crea la figura del viceintendente, desdobla las elecciones municipales de las provinciales y estipula una mayor coparticipación para los 134 distritos que configuran el territorio bonaerense.
El proyecto lleva la firma de los diputados de la Coalición Cívica y cuenta con el apoyo de la UCR y el Gen, ya que se viene trabajando sobre él desde las épocas no tan lejanas en las que el ARI y el partido de Margarita Stolbizer conformaban un solo bloque.
Los ex integrantes del Acuerdo Cívico y Social intentarán ahora conseguir el aval de la bancada de Unión Pro.
Pero la traba la pondrá lógicamente el oficialismo, que pese a no contar con la mayoría que ostentaba en la primera mitad de la gestión de Daniel Scioli, tiene el número suficiente de diputados para trabar cualquier norma que requiera los dos tercios de los votos, como es el caso en este proyecto que sería una enmienda a la Constitución de 1994.
El vice
La oposición busca crear la figura de viceintendente para que no cuando el respectivo jefe comunal se ausente o se tome vacaciones, no tenga que ser un concejal quien lo reemplace, como sucede en la actualidad.
Entonces plantean que este nuevo cargo sea parte de una fórmula electoral, como ocurre a nivel provincial y nacional, para que el reemplazante del intendente sea alguien elegido por el pueblo para la función ejecutiva y no para la legislativa como los concejales.
“Produce más conflicto que se elija a alguien del Concejo Deliberante”, sostienen en la Coalición Cívica. Sin embargo, los intendentes no estarían muy de acuerdo con esa aseveración, ya que tener un vice puede representarles tanto un respaldo como una amenaza. Sobre todo para los llamados “barones” del Conurbano, más acostumbrados a centralizar el poder en sus propias figuras.
“Es crear más problemas a los municipios de los que hay”, dijo a La Política Online el intendente de Tres de Febrero, Hugo Curto, que fue más allá y señaló que la aparición de un vice “no creo que sea productivo para la democracia”.
Las trabas
De todos modos, si bien la figura de viceintendente no sería un impedimento, ya que en provincias como Corrientes y La Rioja ya existe, en los otros dos puntos el oficialismo no estaría dispuesto a negociar.
La posibilidad de desdoblar las elecciones municipales de las provinciales, surgiría a partir de conferir a los municipios sus propias cartas orgánicas, que permitirían al intendente definir el día de las elecciones, una atribución que en la actualidad tiene únicamente el gobernador, que en el caso de la provincia de Buenos Aires, además está atado a lo que defina el Gobierno nacional.
En diciembre pasado, el actual presidente provisional del Senado, Federico Scarabino, impulsó una reforma política similar, que terminó con la intervención del propio Néstor Kirchner, que sabiendo que los intendentes intentarían separarse de los comicios nacionales para no quedar pegados a su lista, obligó a la Legislatura a dar marcha atrás con ese punto.
En tanto que el artículo que aumentaría el porcentaje de coparticipación que reciben los municipios de la provincia de un 16,4 a un 20 por ciento tendría el aval de los intendentes, sobre todo los del interior, pero el rechazo a rajatabla del Ejecutivo bonaerense, que perdería unos 3 mil millones de pesos por año.
Sin embargo, el gobierno de Scioli deberá hacer frente a la presión de los intendentes en este punto. El propio Curto, que es oficialista, dijo a La Política Online que “debe darse una mayor coparticipación”.
“Los servicios salen muy caros, como la basura, el gasoil, la luz; y no se pueden aumentar las tasas porque la gente no las puede pagar”, advirtió sutilmente el intendente de Tres de Febrero.
Los infiltrados
Como sea, según pudo saber este medio, el proyecto ingresó hace un mes en la comisión de Asuntos municipales y está esperando el dictamen. Si bien el oficialismo tiene mayoría en esa comisión por un miembro, el texto podría obtener dictamen favorable en las próximas semanas.
Sin embargo, una vez que lo obtenga, el proyecto debería pasar por la comisión de Asuntos Constitucionales, una de las más importantes de la Cámara, donde el oficialismo tiene la presidencia y la mayoría y difícilmente le dé dictamen.
De todos modos, como pudo saber este medio, hay diputados del oficialismo que mantendrían un “acuerdo en off” con el proyecto de enmienda, ya sea por pertenecer al interior –en donde la coparticipación llega mermada por la cantidad inferior de habitantes-, por haber sido intendentes o haber sido convencionales constituyentes en 1994 y por ende estar de acuerdo con saldar una vieja deuda de autonomía de los municipios planteada en la Carta Magna.
“La línea política no los deja”, sostienen en la oposición y por eso quieren unificar a las bancadas extraoficialistas en un solo pedido, para que el viento de la reforma sople más fuerte.
Si el proyecto llegara a prosperar pese a estas trabas, como enmienda constitucional necesitaría el aval de un plebiscito a realizarse en la elección general más próxima a su aprobación en la Legislatura.
Es por es que como dijeron a este medio desde la oposición, están buscando acelerar su tratamiento para que en caso de ser aprobada, la enmienda sea votada en un referéndum en las elecciones generales del año que viene.
El proyecto lleva la firma de los diputados de la Coalición Cívica y cuenta con el apoyo de la UCR y el Gen, ya que se viene trabajando sobre él desde las épocas no tan lejanas en las que el ARI y el partido de Margarita Stolbizer conformaban un solo bloque.
Los ex integrantes del Acuerdo Cívico y Social intentarán ahora conseguir el aval de la bancada de Unión Pro.
Pero la traba la pondrá lógicamente el oficialismo, que pese a no contar con la mayoría que ostentaba en la primera mitad de la gestión de Daniel Scioli, tiene el número suficiente de diputados para trabar cualquier norma que requiera los dos tercios de los votos, como es el caso en este proyecto que sería una enmienda a la Constitución de 1994.
El vice
La oposición busca crear la figura de viceintendente para que no cuando el respectivo jefe comunal se ausente o se tome vacaciones, no tenga que ser un concejal quien lo reemplace, como sucede en la actualidad.
Entonces plantean que este nuevo cargo sea parte de una fórmula electoral, como ocurre a nivel provincial y nacional, para que el reemplazante del intendente sea alguien elegido por el pueblo para la función ejecutiva y no para la legislativa como los concejales.
“Produce más conflicto que se elija a alguien del Concejo Deliberante”, sostienen en la Coalición Cívica. Sin embargo, los intendentes no estarían muy de acuerdo con esa aseveración, ya que tener un vice puede representarles tanto un respaldo como una amenaza. Sobre todo para los llamados “barones” del Conurbano, más acostumbrados a centralizar el poder en sus propias figuras.
“Es crear más problemas a los municipios de los que hay”, dijo a La Política Online el intendente de Tres de Febrero, Hugo Curto, que fue más allá y señaló que la aparición de un vice “no creo que sea productivo para la democracia”.
Las trabas
De todos modos, si bien la figura de viceintendente no sería un impedimento, ya que en provincias como Corrientes y La Rioja ya existe, en los otros dos puntos el oficialismo no estaría dispuesto a negociar.
La posibilidad de desdoblar las elecciones municipales de las provinciales, surgiría a partir de conferir a los municipios sus propias cartas orgánicas, que permitirían al intendente definir el día de las elecciones, una atribución que en la actualidad tiene únicamente el gobernador, que en el caso de la provincia de Buenos Aires, además está atado a lo que defina el Gobierno nacional.
En diciembre pasado, el actual presidente provisional del Senado, Federico Scarabino, impulsó una reforma política similar, que terminó con la intervención del propio Néstor Kirchner, que sabiendo que los intendentes intentarían separarse de los comicios nacionales para no quedar pegados a su lista, obligó a la Legislatura a dar marcha atrás con ese punto.
En tanto que el artículo que aumentaría el porcentaje de coparticipación que reciben los municipios de la provincia de un 16,4 a un 20 por ciento tendría el aval de los intendentes, sobre todo los del interior, pero el rechazo a rajatabla del Ejecutivo bonaerense, que perdería unos 3 mil millones de pesos por año.
Sin embargo, el gobierno de Scioli deberá hacer frente a la presión de los intendentes en este punto. El propio Curto, que es oficialista, dijo a La Política Online que “debe darse una mayor coparticipación”.
“Los servicios salen muy caros, como la basura, el gasoil, la luz; y no se pueden aumentar las tasas porque la gente no las puede pagar”, advirtió sutilmente el intendente de Tres de Febrero.
Los infiltrados
Como sea, según pudo saber este medio, el proyecto ingresó hace un mes en la comisión de Asuntos municipales y está esperando el dictamen. Si bien el oficialismo tiene mayoría en esa comisión por un miembro, el texto podría obtener dictamen favorable en las próximas semanas.
Sin embargo, una vez que lo obtenga, el proyecto debería pasar por la comisión de Asuntos Constitucionales, una de las más importantes de la Cámara, donde el oficialismo tiene la presidencia y la mayoría y difícilmente le dé dictamen.
De todos modos, como pudo saber este medio, hay diputados del oficialismo que mantendrían un “acuerdo en off” con el proyecto de enmienda, ya sea por pertenecer al interior –en donde la coparticipación llega mermada por la cantidad inferior de habitantes-, por haber sido intendentes o haber sido convencionales constituyentes en 1994 y por ende estar de acuerdo con saldar una vieja deuda de autonomía de los municipios planteada en la Carta Magna.
“La línea política no los deja”, sostienen en la oposición y por eso quieren unificar a las bancadas extraoficialistas en un solo pedido, para que el viento de la reforma sople más fuerte.
Si el proyecto llegara a prosperar pese a estas trabas, como enmienda constitucional necesitaría el aval de un plebiscito a realizarse en la elección general más próxima a su aprobación en la Legislatura.
Es por es que como dijeron a este medio desde la oposición, están buscando acelerar su tratamiento para que en caso de ser aprobada, la enmienda sea votada en un referéndum en las elecciones generales del año que viene.
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