La facturación total de la industria musical del país aumentó 11,4% en 2016 para una ganancia anual de 7.700 millones de dólares, la más alta desde 1998, según la Asociación de la Industria de la Grabación de Estados Unidos.
Sin embargo, solo representó la mitad del volumen de negocios registrado a finales de la década de 1990 antes de la revolución de la música en línea.
Más de la mitad de los ingresos de la industria de la música en 2016 (51%) provienen del streaming y de suscripciones pagadas a servicios digitales como Spotify, Apple Music y Tidal, frente a sólo el 9% en 2011.
La relevancia del streaming en Estados Unidos, el mayor mercado de música en el mundo, confirma la tendencia global de los últimos años.
Otra organización, la Federación Internacional de la Industria Fonográfica, con sede en Londres, también registró un crecimiento histórico en 2015.
Las cifras de 2016 se darán a conocer en las próximas semanas.
El streaming, que permite a los usuarios escuchar en línea canciones de su elección, causó pérdidas en otros formatos, históricamente los mayores generadores de ingresos para los artistas.
Los ingresos procedentes de las descargas digitales en plataformas como iTunes cayeron un 22% en 2016. Las ventas de CD disminuyeron 21%.
Una excepción es el vinilo, que disfruta de una nueva vida gracias al interés de los coleccionistas. Aun así, los ingresos del vinilo aumentaron modestamente, alrededor del 4% en 2016.
Las principales compañías discográficas han acogido la llegada de streaming como un nuevo modo de estimular la industria de la música, después de años de lucha contra las descargas ilegales a finales de los '90.
Algunos artistas se quejan, no obstante, de no beneficiarse del avance del streaming, y de que los ingresos para ellos son limitados, a pesar de que es un nuevo soporte de ventas.
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