Hace días los habitantes del conurbano y de la Ciudad de Buenos Aires conviven con una gran población de mosquitos charqueros, Aedes albifasciatus según su nombre científico, y es probable que con las recientes lluvias hayan eclosionado más huevos y los mosquitos continúen por un buen tiempo ya que pueden vivir varias semanas si las condiciones son adecuadas, explica el ecólogo Carlos Ruggerio, coordinador de la licenciatura en Ecología de la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS).
“Coincidió en que hubo un temporada de lluvias con temperaturas más o menos elevadas, que no son usuales para esta época del año, y eso provocó que apareciera una explosión de mosquitos de esta especie en particular”, cuenta Ruggerio.
La característica del mosquito charquero es que resiste las bajas temperaturas, por lo que puede aparecer en invierno en esta región e incluso vivir en ambientes muy fríos como en Tierra del Fuego. Como su nombre lo indica, ponen huevos en charcos, en plantas donde se acumule agua o en rejillas de patios. Las evidencias científicas indican que esta especie de mosquito no transmite enfermedades como el Dengue, el Zika o la fiebre Chikungunya pero si son muy agresivos. “Si te ven, te pican”, dice el ecólogo.
“Tienen una gran cantidad de lugares donde pueden poner huevos con lo cual me parece que vamos a convivir con los mosquitos un tiempo más”, resalta el investigador del Instituto del Conurbano.
Ruggerio junto al biólogo Rubén Lombardo, también del Área de Ecología de la UNGS, y a estudiantes y graduados de la licenciatura en Ecología trabajan con el municipio de San Miguel en el monitoreo del Aedes aegypti con el objetivo de determinar la distribución espacial del mosquito en el distrito. “Esperamos articular el monitoreo con otras acciones como campañas de concientización y descacharreo, que llevan adelante un equipo de personas del plan Argentina Trabaja coordinado por la subsecretaria de salud del municipio, para que poco a poco vaya disminuyendo la población de mosquitos”, cuenta Ruggerio.
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