Instituto Grassi,
la nave insignia de la región.
Ya es una frase
común en todos los ámbitos, la crisis argentina, la pandemia, la cuarentena han
dejado profundas huellas y cambios. Y en el caso del instituto Grassi, se le
suma el hecho de la partida de la subdirectora artística en busca de nuevos
destinos y embarcada en un nuevo proyecto. Recambio de profesores, en sintesís,
para quienes no estamos en el día a día, y viendo desde afuera, en teoría un
panorama demasiado complicado.
Sin embargo, este
lunes 26 de diciembre, demostró porque tiene más de seis décadas de existencia
y dio cátedra como armar un show, que muy bien podría estar en cualquier
cartelera nacional y simplemente lo puede sintetizar con que la realidad superó
con creces a las expectativas previas.
A lo largo de estos
días iremos entrando en detalles.
Pero desde la perspectiva
de lo que conoce Punto Cero, venimos apreciando en muchos lugares, en diversas
presentaciones.
Esta muestra, por
todo lo que significaba, volver a la presencialidad, en el Teatro Niní Marshall,
con 156 alumnos y profesores en escena. Con un espacio con una asistencia de
público como en sus grandes jornadas y muy próximo a poner el cartelito de
localidades agotadas.
Con un sonido e
iluminación que solo se puede definir con una palabra, excelencia.
Y una
coordinación en el escenario, con una agilidad y unas transiciones de perfección
pocas veces visto. Los detalles, para próximas entregas. Instituto Grassi, se
dobla pero no se rompe, la leyenda continúa.
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