La Justicia de Quilmes condenó a 10 años de prisión a Nahir Grisel Carrizo, la agente de la Policía Bonaerense que en el año 2021 mató de dos disparos en la cabeza a quien abusó de ella y de sus hermanas menores, identificado como Lucio González Larramendia, luego de que la hermana menor de la implicada le contara a un familiar que había sido abusada por este hombre de nacionalidad paraguaya.
El crimen tuvo lugar el 22 de junio del año 2021 en el cruce de Camino Real Norte y la calle 455 en la localidad de Juan Gutiérrez, partido de Berazategui: Carrizo tomó su arma reglamentaria y, pasadas las 20 horas, fue hasta la casa del abusador, lo confrontó y le disparó con su Bersa Thunder calibre 9 milímetros reglamentaria, causándole la muerte en el acto.
Por este hecho la Fiscalía la imputó por “homicidio agravado bajo el empleo de arma de fuego”, y en principio no se contemplaron la circunstancias del suceso. Carrizo fue desafectada de la fuerza provincial y estuvo detenida durante tres meses.
El abogado particular Lautaro Slpizer consiguió un fallo en el Juzgado de Garantías que le permitió esperar el juicio en su casa, con prisión domiciliaria, planteo que fue convalidado por la Cámara de Apelaciones y Garantías. El veredicto por el caso se dio a conocer en estas horas.
Tras esto el juez que emitió el fallo desde el Tribunal Nº 5 sostuvo que la acusada “se constituyó en el escenario de los hechos con un arma de fuego, pretendiendo de esta manera hacer justicia por mano propia, extremo este totalmente vedado en un sistema democrático”, resaltó.
Slpizer apelará el fallo en Casación, y al respecto sostuvo que “queremos que se convalide que mi clienta actuó bajo emoción violenta”.
El fallo
El juez Gustavo Darío Farina consideró que Carrizo actuó de manera impulsiva e irracional, en el fallo al que accedió ANDigital el magistrado sostiene que la imputada no actuó con responsabilidad y profesionalidad a pesar de ser agente de la Policía Bonaerense. Farina no se expresó sobre la circunstancia de que Carrizo y sus hermanas habían sido abusados. Incluso el juez agregó dos agravantes: la condición de policía de la acusada y el hecho de que usó su arma reglamentaria para perpetrar el homicidio.
El juez expone en su voto: “Si bien la aquí acusada reconoció haber sido la autora de los disparos mortales, la misma introdujo, sin sustento alguno, una circunstancia que a esta altura no se encuentra acreditada por prueba alguna; es decir, que haya efectivamente actuado bajo un estado de emoción violenta”.
En su fallo el magistrado agregó: “Al respecto debo decir que sus dichos se encuentran a esta altura huérfanos de todo tipo de apoyatura y además contradicen evidencia científica, como es el resultado de operación de autopsia el que establece que la víctima presentaba ‘impacto de proyectil de arma de fuego en la cabeza, con orificio de entrada en la región témporo parietal derecha, sin orificio de salida, con una posible trayectoria de atrás hacia adelante, de arriba hacia abajo y de derecha a izquierda...’. La característica de esta lesión y la trayectoria descripta no resulta ser compatible con el relato de la acusada respecto de la mecánica de los hechos”, explicó.
No obstante, y gracias al planteo que hizo el letrado Slpizer, el juez hizo lugar al pedido para que la pena a cumplir de Carrizo sea bajo el régimen de prisión domiciliaria: “Lo concedió porque mi asistida tiene una hija menor de 5 años que la necesita, yo he solicitado el sobreseimiento en todas las instancias pero ni la fiscalía, ni el Juzgado de Garantías y mucho menos el Tribunal acompañaron a Nahir en los planteos previos”, sostuvo el abogado, ante la consulta de ANDigital.
Ahora Carrizo debe cumplir una condena de 10 años y 8 meses de prisión bajo la condición de domiciliaria. Si bien la pena fue impuesta bajo un juicio abreviado, al revisar todo el proceso penal es claro que los funcionarios del Poder Judicial continúan lejos de estar a la altura de las circunstancias. (ANDigital).
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