Tras acordar una quita en la deuda financiera, el fondo Inverlat inició negociaciones con los proveedores de la mayor cadena de electrodomésticos del país.
El fondo Inverlat acaba de acordar con los principales bancos acreedores y poseedores del mandato de venta de Garbarino una fuerte quita de la deuda para, a cambio, hacerse cargo de las operaciones de la mayor cadena de venta de electrodomésticos del país.
El acuerdo implicaría una reducción de entre el 65% y el 75% de los $5.000 millones que acumula como deuda con varios bancos entre los que se encuentran el Santander, el Galicia que, a su vez poseen el mandato de venta de la empresa.
En las últimas horas, los ejecutivos del fondo inversor a cargo de negociar la compra de Garbarino avanzaron con la operación y ahora buscan acordar una rebaja similar con los bancos provinciales Bapro y Córdoba para terminar de resolver el 85% de la deuda bancaria y con un grupo de entidades bancarias más chicas que tienen el 15% restante.
Se trata del paso más importante de estas negociaciones debido a que este grupo de bancos es poseedor de la mayoría accionaria de Garbarino que heredaron tras el pacto de renegociación del pasivo financiero con los actuales dueños de la cadena.
Ese acuerdo contempló el diferimiento para mediados de este año la aplicación de las tasas de interés sobre el total de esa deuda que Garbarino había acumulado producto de la fuerte recesión del mercado y caída de las ventas que también afecta a otras grandes marcas de este sector como Musimundo, Ribeiro y Frávega.
También le permitió a los bancos convertir el pasivo en acciones de Garbarino que ahora negocian vender al fondo dueño, entre otras empresas, de la cadena Havanna.
Fuentes cercanas al deal admitieron a iProfesional el acuerdo "de palabra" con los bancos y explicaron que a partir de ahora se iniciará el proceso de due diligence y las negociaciones con los proveedores.
Negociación a contrareloj
Es más que posible que en este tramo la cadena igual enfrente ciertos problemas de pago y por eso, en el mercado advierten que si Inverlat no logra acordar una quita de deuda también con los proveedores, la cadena tiene los días contados y se encaminaría a una quiebra segura.
Las conversaciones acaban de comenzar y el objetivo del fondo es reestructurar $7.000 millones que la firma adeuda a las empresas que le proveen mercadería a Garbarino y que la firma no cumplió.
Pero las negociaciones van contra reloj porque si las próximas dos o tres semanas, no se logra cerrar un acuerdo el futuro de la cadena que posee el 22% del market share del mercado de venta de artículos electrodomésticos es incierto.
Esto porque hasta ahora no existe otro interesado en comprarla más que Inverlat, un fondo financiero liderado por ex banqueros precisamente especializados a la compra y reestructuración de empresas con graves problemas financieros.
Por eso, el acuerdo se basa en alcanzar una fuerte quita en la deuda del orden del 50% al 70% del total, tanto con los bancos como con los proveedores de Garbarino.
Se trata de una fórmula que el grupo liderado por ejecutivos vinculados al mundo financiero como son Carlos Giovanelli; Guillermo Stanley; Damián Pozzoli y Osvaldo Pieruzzin ya probó con éxito en otras empresas que forman parte de su pool de activos.
Cambio de gestión
Despejado el camino con los bancos, en el caso de los proveedores, el objetivo es también normalizar las relaciones, ya que en la actualidad las empresas dejan a Garbarino mercadería en consignación.
En Inverlat no ven con buenos ojos este estilo de lazo comercial, más allá de que la fórmula minimiza los riesgos de incobrabilidad. Por eso buscarán capitalizar los vínculos comerciales para que sean estables y poder ofrecer a esos proveedores las 200 sucursales y el canal online para que puedan potenciar sus marcas de la mano ofertas, promociones y planes de cuotas.
Con esa fórmula intentarán que los fabricantes puedan recuperar parte de lo que ya perdieron debido a la crisis de Garbarino, para luego arrancar con la segunda etapa del plan para reflotar la marca.
Otra de las principales medidas pensada por Inverlat en este camino es la de recomponer la compra de productos y dejar de que la mercadería llegue a consignación o se complemente con el stock de la propia cadena.
El objetivo es volver a los números del 2018, cuando los niveles de mercadería eran elevados para que el camino de la recuperación de Garbarino arranque casi de manera automática.
Si esto ocurre, el plan de Inverlat para dar vuelta la negativa situación de la compañía de manera inmediata pasa por una fuerte y millonaria inyección de fondos, potenciar las ventas online, mantener la actual estructura de sucursales físicas y ofrecer financiamiento a los clientes.
En el fondo saben que Garbarino es la principal cadena de venta de electrodomésticos de la Argentina, que tiene una marca potente, que su tamaño físico no es un problema con sus 200 locales y que el market place por el cual utilizan el canal online sólo es superado en fortaleza por Mercado Libre.
Es decir, una joya a la cual, dicen, están en condiciones de reflotar con un plan cuyo primer eslabón es el de negociar y alcanzar un acuerdo para lograr fuerte quita de su deuda que, en total se acerca a los $12.000 millones, entre bancos acreedores y empresas proveedoras.
Con un menor endeudamiento, la marca puede dejar de pagar altos intereses y dedicar parte de esos fondos ahorrados a eficientizar sus estructuras y negocios.
Por eso la quita es importante y se enmarca en tatios que los responsables de Inverlat ya lograron cuando, con el anterior fondo D&G compraron Havanna. (IProfesional).
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