El papa Francisco autorizó la publicación del decreto que reconoce las "virtudes heroicas" del cardenal argentino Eduardo Pironio. La medida lo declara como persona “venerable” de la Iglesia Católica y lo deja a pocos pasos de su beatificación, en el camino a su canonización. De esta manera, Pironio puede convertirse en el segundo santo argentino, tras el “cura gaucho” José Gabriel Brochero, canonizado en 2017.
Con este reconocimiento, el religioso que fue uno de los impulsores de las Jornadas Mundiales de la Juventud, iniciadas por Juan Pablo II, pasará a ser "venerable" y quedará a un milagro de poder ser beatificado, según la reglamentación vaticana. El proceso para su beatificación fue impulsado por la Iglesia Católica argentina e iniciado en el Vaticano en 2017.
Fuentes vaticanas explicaron a Télam que la comisión médica del Vaticano, que debe decidir sobre la beatificación de Pironio, deberá estudiar ahora un posible milagro en la curación de un niño argentino que había tragado y respirado polvo de cobre y que, tras ser internado, fue dado de alta completamente curado y desde entonces no ha tenido ninguna otra consecuencia, en el que habría intercedido una oración de la madre al cardenal.
Quién fue Eduardo Pironio
Eduardo Pironio, nacido el 9 de julio de 1920, fue ordenado sacerdote en 1943 y consagrado obispo en 1964. Tras ocupar un vicariato en la diócesis de Mercedes, fue obispo auxiliar de La Plata y luego se hizo cargo de la de Mar del Plata.
Juan XXIII lo designó como una de las autoridades del Concilio Vaticano II y años después, a mediados de la década de 1970, llegó al Vaticano tras ser perseguido por la Triple A. La decisión fue tomada luego de que la organización también persiguiera y asesinara a María del Carmen Maggi, una de sus más íntimas colaboradoras cuando él era obispo de Mar del Plata.
En 1976 Paulo VI lo elevó a cardenal y fue el primer argentino en sonar como posible Papa. De hecho, fue uno de los más votados en el cónclave de 1978 que ungió a Juan Pablo I y luego en el que se eligió a Juan Pablo II.
A partir de allí se le otorgaron varias responsabilidades. Tuvo a su cargo la Congregación para los Religiosos e Institutos Seculares y luego fue presidente del Consejo Pontificio para los Laicos. Murió en Roma el 5 de febrero de 1998 y sus restos están sepultados en la Basílica de Luján. (Entrelíneas.info).
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