lunes, mayo 11, 2015

La salida de Cariglino duele más que las otras a Massa. Por Hernán López.

(buenosaires2punto0). El Intendente de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino, acaba de dejar el Frente Renovador en el preciso momento que el líder del espacio empezaba a relanzar su campaña electoral, alicaída desde comienzos de año. Preocupa porque Cariglino era del sector desde el primer momento -hasta pretendía una candidatura para la Gobernación- y tracciona potencialmente a otros jefes comunales. Más señales de alerta en el massismo.

La salida de Jesús Cariglino cae como un baldazo de agua fría en un espacio, como el Frente Renovador, que venía de relanzar virtualmente la campaña de Sergio Massa, con dos hechos bien marcados.

Uno era el anuncio del acuerdo programático con el Gobernador de Córdoba, José Manuel De La Sota, para competir en las primarias de agosto dentro del frente UNA, Una Nueva Argentina, y revitalizar su oferta electoral. Una suma que ganaba el massismo tras tres meses de puras pérdidas, con fugas de varios hombres importantes mientras, paralelamente, el líder del espacio caía en las encuestas.

El otro, por supuesto, fue el acto organizado en el estadio de Vélez Sarsfield, el 1° de mayo.

Esta representaba la apuesta de Massa para hacer una especie de borrón y cuenta nueva, asumir que había caído su imagen para plantear ese como su piso y que, de ahora en más, venían las buenas. Por eso el alejamiento de Cariglino es un mazazo para el ex Intendente de Tigre; el esfuerzo de la semana anterior, donde jugaba prácticamente sus últimas fichas, no movió el amperímetro y su escaso impacto queda menguado por esta nueva ruptura.

De ahí que el propio FR tratara de ganar la jugada de antemano y comunicar que Cariglino había sido expulsado con un documento, que hizo agua en su contenido: el título tenía un contundencia que las declaraciones de su principal protagonista, José Eseverri (Intendente de Olavarría), no mostraban. Pero lo cierto es que Jesús Cataldo salió del frente por su propia cuenta, al igual que el senador bonaerense Roque Cariglino, su hermano, que dejó a la bancada massista con sólo 16 integrantes (eran 20 hasta hace cuatro meses y tenían la primera minoría).

Pero el portazo duele por motivos adicionales, además de la constante sangría que arrastra este año: el jefe comunal de Malvinas Argentinas no es uno más, su partida guarda un impacto más fuerte. Si no, recordar que Cariglino era uno de los intendentes aliados, de la mesa chica, casi desde el comienzo y tenía pretensiones de competir como candidato a Gobernador bonaerense del propio Frente Renovador.

También hay un factor a considerar, que enciende todas las alertas en el seno de Massa: Cariglino tracciona a otros intendentes del Gran Buenos Aires que actualmente integran el espacio massista, básicamente Humberto Zúccaro (Pilar) y el complicado Luis Acuña (Hurlingham), quienes, por distintas circunstancias, puede que no necesariamente sigan los pasos de Jesús en el corto plazo. Las luces rojas, sin embargo, continúan prendidas.

Massa, ahora, tendrá que ver cómo amortigua estos efectos e implorar que no haya una diáspora mayor y más sistemática. Sigue complicado. (buenosaires2punto0).

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