(Inforegión). Desde hace diez años la creación de polos gastronómicos en la región ha modificado la fisonomía urbana y el funcionamiento de las ciudades. A las comodidades y el ahorro de tiempo se suma el aporte a las economías regionales.
Corría el fin de los años ’90. La iniciativa privada tambaleaba, pero aún se mantenía en pie. La región, terruño de casas bajas y barrios tranquilos, latía suavemente al ritmo de ciudades en crecimiento, aunque nadie se imaginaba lo que vendría tiempo después. Por esa época Daniel Calzón caminaba las calles de Lomas de Zamora con su marcado acento español y sus intenciones de instalar un restaurante que dé cuenta de sus raíces. Fue en esa búsqueda que dio el puntapié inicial de lo que hoy se conoce como “Las Lomitas”, tras instalar “La Quintana” y, desde allí conformarse un derrotero de nuevos servicios en una zona cuyo latido suave comenzó a hacerse cada vez más intenso.
Fue la construcción de nuevos edificios en la zona lo que hizo que Calzón y muchos otros inversores comenzaran a advertir en esas latitudes, vírgenes en materia de servicios gastronómicos y comerciales, un buen lugar para instalarse. Es que, por entonces, los locales de comida rápida o restaurantes del distrito se ubicaban sólo en torno al centro comercial de la peatonal Laprida y la estación, disposición que se repetía en la mayoría de los puntos de la región.
Si se buscaba algo diferente, gastronomía especializada, locales temáticos, servicios gourmet y gran cantidad de opciones a la vista, la alternativa era una sola: invertir una hora de tiempo en dirigirse a Capital Federal.
Pero hoy las cosas cambiaron. “Ya lo dice la mercadotecnia de las capitales, hay una tendencia mundial a descentralizar los centros urbanos porque el tiempo es un valor cada vez más preciado. Así, en todas las capitales del mundo está pasando que lo que antes era el centro se descentraliza y se arman centros comerciales en las que antes eran sólo ciudades dormitorio. Yo veo beneficiosa esta tendencia. Antes tenías que hacerte una hora para ir a cenar o buscar esparcimiento y ahora tenés todo a cinco minutos”, advierte a este medio Livio Martín, director general de La Veneciana y otro de los que supo ver riqueza y capacidad de crecimiento en el hoy ponderado Las Lomitas.
Por supuesto que el fenómeno no sólo se desarrolló en Lomas de Zamora. Si bien fue el distrito precursor, Lanús, Monte Grande, Adrogué y, en el último tiempo también Temperley, Escalada y Banfield, siguieron sus pasos, creando importantes polos gastronómicos en torno a los cuales se erigieron fuertes centros comerciales que no sólo redundan en gran cantidad de beneficios para los vecinos de la región, sino también para las economías regionales.
Oportunidades de desarrollo.
Fue la construcción de nuevos edificios en la zona lo que hizo que Calzón y muchos otros inversores comenzaran a advertir en esas latitudes, vírgenes en materia de servicios gastronómicos y comerciales, un buen lugar para instalarse. Es que, por entonces, los locales de comida rápida o restaurantes del distrito se ubicaban sólo en torno al centro comercial de la peatonal Laprida y la estación, disposición que se repetía en la mayoría de los puntos de la región.
Si se buscaba algo diferente, gastronomía especializada, locales temáticos, servicios gourmet y gran cantidad de opciones a la vista, la alternativa era una sola: invertir una hora de tiempo en dirigirse a Capital Federal.
Pero hoy las cosas cambiaron. “Ya lo dice la mercadotecnia de las capitales, hay una tendencia mundial a descentralizar los centros urbanos porque el tiempo es un valor cada vez más preciado. Así, en todas las capitales del mundo está pasando que lo que antes era el centro se descentraliza y se arman centros comerciales en las que antes eran sólo ciudades dormitorio. Yo veo beneficiosa esta tendencia. Antes tenías que hacerte una hora para ir a cenar o buscar esparcimiento y ahora tenés todo a cinco minutos”, advierte a este medio Livio Martín, director general de La Veneciana y otro de los que supo ver riqueza y capacidad de crecimiento en el hoy ponderado Las Lomitas.
Por supuesto que el fenómeno no sólo se desarrolló en Lomas de Zamora. Si bien fue el distrito precursor, Lanús, Monte Grande, Adrogué y, en el último tiempo también Temperley, Escalada y Banfield, siguieron sus pasos, creando importantes polos gastronómicos en torno a los cuales se erigieron fuertes centros comerciales que no sólo redundan en gran cantidad de beneficios para los vecinos de la región, sino también para las economías regionales.
Oportunidades de desarrollo.
“Ya lo dijo Manuel Belgrano, ‘el comercio es el alma de los pueblos’. A partir del comercio es que se desarrolla una ciudad, y cuando la gente comienza a instalarse y encuentra en la zona en la que reside todo aquello que necesita, sucede como en Lomas, que con el surgimiento de Las Lomitas ha crecido en estos últimos 10 años de forma impresionante”, resalta a este medio el titular de la Cámara de Comercio e Industria del distrito, Alberto Kahale.
Es que, además de comodidades y ahorro de tiempo para los vecinos, la instalación de estos grandes polos gastronómicos en la región también redunda en el fortalecimiento de las economías regionales, generando productividad comercial en los alrededores y también nuevas fuentes de trabajo.
“Este fenómeno absorbe mucha mano de obra. Un restaurante o local gastronómico tiene a muchísima gente trabajando y a veces no se alcanza a apreciar el impacto sobre la economía”, advierte el subsecretario de Inspección, Habilitación y Promoción Económica de Esteban Echeverría, José Luis Garavaglia, quien detalla que “en las 12 manzanas que hacen al centro y el polo de Monte Grande, tomando Rodríguez, Dorrego, Dardo Rocha, las vías y Boulevard Bs.As., hay 800 comercios habilitados”.
En los últimos cinco años, a negocios tradicionales en la zona como “Pizza Piú” y la heladería “La Veneciana” se sumaron “La Quintana”, “Planet Taco”, “Café Martínez”, entre otros. “Nuestro polo gastronómico hace unos años que viene creciendo y hoy es muy importante”, asegura Garavalia.
En Lanús, sobre la calle Del Valle Iberlucea y alrededores, la zona también se vio renovada en los últimos años. Allí, según apunta a este medio el secretario de Gobierno municipal, Juan Carlos Viscellino, se buscó promover la instalación de comercios a través de una ordenanza con beneficios impositivos para la instalación de locales.
“Este desarrollo es más que beneficioso porque se ha valorizado muchísimo la zona, es de un gran desarrollo, no sólo gastronómico, sino también inmobiliario, con los aportes que se hacen a través de las tasas y también los servicios que se brindan”, asegura el funcionario.
Y advierte que hoy apuntan a lo mismo en Remedios de Escalada. “Allí también se ha avanzado mucho en lo que es gastronomía, en el centro se han abierto unos cuantos restaurantes donde antes no había nada”, advierte.
Es que el boom productivo que generan estos polos no era previsto de antemano ni por los propios inversores. “Nunca pensé que Las Lomitas iba a llegar a ser lo que es hoy. Cuando comencé a buscar en Lomas para instalar ‘La Quintana’, la primera esquina que me ofrecieron fue en la avenida Yrigoyen y Laprida, donde estaba la pizzería Laprida Garden, por el año 1998. Pero yo vi que el ambiente de la peatonal ya estaba muy viciado y empecé a caminar el distrito por mi cuenta”, relata Calzón, socio fundador de “La Quintana”.
Y detalla: “Descubrí que en la zona de lo que es el corredor de Colombres y alrededores ya se veía la gran calidad de edificaciones que se estaban dando. Empezaban a vislumbrarse las primeras torres y en ese ambiente aún no había absolutamente nada, el único local gastronómico era Sixto, en Sixto Fernández e Italia, pero a mí lo que me sedujo fue el indicio de la calidad de las construcciones que se estaban empezando a realizar”.
Si bien el centro neurálgico del atractivo diminutivo de Lomas de Zamora se encuentra en la esquina de Colombres e Italia, desde hace un tiempo a la actualidad el mismo comenzó a expandirse a las calles de los alrededores, como España, Loria, Mitre y Sixto Fernández.
“Yo vivo en Las Lomitas desde antes de que se desarrolle. En 1994 no había un solo negocio y, unos años después, a partir de la instalación de ‘La Quintana’, nació un polo gastronómico importantísimo en esa zona que sigue creciendo, porque no solamente es en Colombres, Loria e Italia, sino que se está expandiendo hacia Temperley y hacia el oeste también”, asegura Kahale y resalta que al polo local “viene gente de todos lados”
Con él coincide Martín, quien asegura que a “La Veneciana” llegan clientes “no sólo de Lomas y alrededores, sino también del corredor de General Paz, Lugano y Ramos Mejía”. “Creamos muchas fuentes de trabajo genuino y sustentable, lo que es un gran beneficio. El aporte a la economía local es fuertísimo”, reflexiona.
Atractivo e innovaciones.
Es que, además de comodidades y ahorro de tiempo para los vecinos, la instalación de estos grandes polos gastronómicos en la región también redunda en el fortalecimiento de las economías regionales, generando productividad comercial en los alrededores y también nuevas fuentes de trabajo.
“Este fenómeno absorbe mucha mano de obra. Un restaurante o local gastronómico tiene a muchísima gente trabajando y a veces no se alcanza a apreciar el impacto sobre la economía”, advierte el subsecretario de Inspección, Habilitación y Promoción Económica de Esteban Echeverría, José Luis Garavaglia, quien detalla que “en las 12 manzanas que hacen al centro y el polo de Monte Grande, tomando Rodríguez, Dorrego, Dardo Rocha, las vías y Boulevard Bs.As., hay 800 comercios habilitados”.
En los últimos cinco años, a negocios tradicionales en la zona como “Pizza Piú” y la heladería “La Veneciana” se sumaron “La Quintana”, “Planet Taco”, “Café Martínez”, entre otros. “Nuestro polo gastronómico hace unos años que viene creciendo y hoy es muy importante”, asegura Garavalia.
En Lanús, sobre la calle Del Valle Iberlucea y alrededores, la zona también se vio renovada en los últimos años. Allí, según apunta a este medio el secretario de Gobierno municipal, Juan Carlos Viscellino, se buscó promover la instalación de comercios a través de una ordenanza con beneficios impositivos para la instalación de locales.
“Este desarrollo es más que beneficioso porque se ha valorizado muchísimo la zona, es de un gran desarrollo, no sólo gastronómico, sino también inmobiliario, con los aportes que se hacen a través de las tasas y también los servicios que se brindan”, asegura el funcionario.
Y advierte que hoy apuntan a lo mismo en Remedios de Escalada. “Allí también se ha avanzado mucho en lo que es gastronomía, en el centro se han abierto unos cuantos restaurantes donde antes no había nada”, advierte.
Es que el boom productivo que generan estos polos no era previsto de antemano ni por los propios inversores. “Nunca pensé que Las Lomitas iba a llegar a ser lo que es hoy. Cuando comencé a buscar en Lomas para instalar ‘La Quintana’, la primera esquina que me ofrecieron fue en la avenida Yrigoyen y Laprida, donde estaba la pizzería Laprida Garden, por el año 1998. Pero yo vi que el ambiente de la peatonal ya estaba muy viciado y empecé a caminar el distrito por mi cuenta”, relata Calzón, socio fundador de “La Quintana”.
Y detalla: “Descubrí que en la zona de lo que es el corredor de Colombres y alrededores ya se veía la gran calidad de edificaciones que se estaban dando. Empezaban a vislumbrarse las primeras torres y en ese ambiente aún no había absolutamente nada, el único local gastronómico era Sixto, en Sixto Fernández e Italia, pero a mí lo que me sedujo fue el indicio de la calidad de las construcciones que se estaban empezando a realizar”.
Si bien el centro neurálgico del atractivo diminutivo de Lomas de Zamora se encuentra en la esquina de Colombres e Italia, desde hace un tiempo a la actualidad el mismo comenzó a expandirse a las calles de los alrededores, como España, Loria, Mitre y Sixto Fernández.
“Yo vivo en Las Lomitas desde antes de que se desarrolle. En 1994 no había un solo negocio y, unos años después, a partir de la instalación de ‘La Quintana’, nació un polo gastronómico importantísimo en esa zona que sigue creciendo, porque no solamente es en Colombres, Loria e Italia, sino que se está expandiendo hacia Temperley y hacia el oeste también”, asegura Kahale y resalta que al polo local “viene gente de todos lados”
Con él coincide Martín, quien asegura que a “La Veneciana” llegan clientes “no sólo de Lomas y alrededores, sino también del corredor de General Paz, Lugano y Ramos Mejía”. “Creamos muchas fuentes de trabajo genuino y sustentable, lo que es un gran beneficio. El aporte a la economía local es fuertísimo”, reflexiona.
Atractivo e innovaciones.
Además del impacto a nivel productivo y económico, los polos gastronómicos que ya funcionan a pleno en Lomas, Lanús y Monte Grande, y también los más jóvenes, como el de Adrogué, Temperley y Escalada, traen aparejados cambios en la fisonomía urbana e incluso obras y mejoras en el espacio público, lo que redunda en beneficios para los vecinos y otros comerciantes de la zona.
“En Lanús tampoco había nada hasta que nos instalamos -apunta Calzón-. Existían lugares clásicos sobre la avenida, como ‘El clavel’ y ‘La Diva’, pero no dentro de lo que hoy es el polo, sobre Del Valle Iberlucea y alrededores. Ese era un lugar inhóspito y que se instale este polo fue muy beneficioso ya que antes las veredas eran un desastre, por la cercanía con la comisaría dejaban allí abandonados los autos robados o chocados, era una mugre y, de noche, una boca de lobo. Gracias a La Quintana y a los otros locales que se instalaron comenzó a haber seguridad, limpieza y más movimiento.”
El armado del corredor en ese distrito, que también componen “La Farola”, “Vedia”, “Carlitos”, entre otros, hizo que las autoridades pusieran énfasis en embellecer una zona que, años antes, se destacaba más por sus desventajas que por sus virtudes. “El acompañamiento del Municipio fue precisamente para que se mejoraran los servicios en esa zona, en materia de luminarias, seguridad, poda de árboles. Va todo unido”, resalta Viscellino.
Otro caso particular es el de Adrogué, que si bien se caracteriza por el cuidado de su principal centro comercial sobre la calle homónima y alrededores (Mitre, Macías, Pellerano) hace unos años ha extendido obras y arreglos a la zona gastronómica más joven, sobre las calles Cordero y Nother. “Esta es una forma de abrir un poco el centro y prolongarlo. Hay un cambio en materia de infraestructura porque la calle Cordero se ha reparado, aunque aún falta iluminación, sobre todo en Seguí, donde se suman locales (ver “Nuevas inversiones…)”, resalta Horacio Salgueiro, prosecretario de la Cámara de Comercio de Brown.
Es que, según las autoridades, lo que se busca es tratar de atraer nuevas inversiones. “Estamos apostando fuertemente en el arreglo de veredas, luminarias, calles y esto va acorde al crecimiento comercial. Se apuesta a que las zonas crezcan, es por eso que descentralizamos tantas delegaciones municipales también, para que los vecinos y comerciantes se puedan acercar a una repartición municipal cercana sin tener que movilizarse, la idea es siempre la misma”, advierte a este medio Gastón Lassalle, secretario de Gobierno de Lomas.
Una nueva cara.
“En Lanús tampoco había nada hasta que nos instalamos -apunta Calzón-. Existían lugares clásicos sobre la avenida, como ‘El clavel’ y ‘La Diva’, pero no dentro de lo que hoy es el polo, sobre Del Valle Iberlucea y alrededores. Ese era un lugar inhóspito y que se instale este polo fue muy beneficioso ya que antes las veredas eran un desastre, por la cercanía con la comisaría dejaban allí abandonados los autos robados o chocados, era una mugre y, de noche, una boca de lobo. Gracias a La Quintana y a los otros locales que se instalaron comenzó a haber seguridad, limpieza y más movimiento.”
El armado del corredor en ese distrito, que también componen “La Farola”, “Vedia”, “Carlitos”, entre otros, hizo que las autoridades pusieran énfasis en embellecer una zona que, años antes, se destacaba más por sus desventajas que por sus virtudes. “El acompañamiento del Municipio fue precisamente para que se mejoraran los servicios en esa zona, en materia de luminarias, seguridad, poda de árboles. Va todo unido”, resalta Viscellino.
Otro caso particular es el de Adrogué, que si bien se caracteriza por el cuidado de su principal centro comercial sobre la calle homónima y alrededores (Mitre, Macías, Pellerano) hace unos años ha extendido obras y arreglos a la zona gastronómica más joven, sobre las calles Cordero y Nother. “Esta es una forma de abrir un poco el centro y prolongarlo. Hay un cambio en materia de infraestructura porque la calle Cordero se ha reparado, aunque aún falta iluminación, sobre todo en Seguí, donde se suman locales (ver “Nuevas inversiones…)”, resalta Horacio Salgueiro, prosecretario de la Cámara de Comercio de Brown.
Es que, según las autoridades, lo que se busca es tratar de atraer nuevas inversiones. “Estamos apostando fuertemente en el arreglo de veredas, luminarias, calles y esto va acorde al crecimiento comercial. Se apuesta a que las zonas crezcan, es por eso que descentralizamos tantas delegaciones municipales también, para que los vecinos y comerciantes se puedan acercar a una repartición municipal cercana sin tener que movilizarse, la idea es siempre la misma”, advierte a este medio Gastón Lassalle, secretario de Gobierno de Lomas.
Una nueva cara.
Así, desde hace una década a esta parte, manzanas enteras que antes conformaban barrios bajos hoy se transformaron en grandes epicentros comerciales que no sólo aportan en materia económica, sino también en lo que hace a mejora del espacio público y esparcimiento.
Y si bien quedan de por sí algunos pendientes, como más obras de infraestructura que permitan sostener en el tiempo semejantes “gigantes” y problemas vinculados al colapso de tránsito y la falta de estacionamientos (ver recuadro), la proliferación de centros gastronómicos genera grandes beneficios y apunta, en definitiva, a lograr satisfacer, mediante el desarrollo de todas las zonas por igual, las necesidades de vecinos de diferentes puntos de la región. (Inforegión)
Y si bien quedan de por sí algunos pendientes, como más obras de infraestructura que permitan sostener en el tiempo semejantes “gigantes” y problemas vinculados al colapso de tránsito y la falta de estacionamientos (ver recuadro), la proliferación de centros gastronómicos genera grandes beneficios y apunta, en definitiva, a lograr satisfacer, mediante el desarrollo de todas las zonas por igual, las necesidades de vecinos de diferentes puntos de la región. (Inforegión)
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