viernes, noviembre 27, 2015

La alimentación del bebé y su momento más crítico

Entre el tercero y el sexto mes, un 29% de las madres deja de amamantar; además, la introducción de alimentos complementarios que se produce a partir de ese momento suele dar lugar a una dieta de baja calidad nutricional
El 35% de los bebés abandona la lactancia materna antes de seis meses de vida, según revela un estudio realizado en la ciudad de Rosario que aporta información detallada sobre los obstáculos que enfrenta hoy la alimentación de los más pequeños en la Argentina.

El estudio realizado por expertos del Centro de Estudios sobre Políticas y Economía de la Alimentación (CEPEA) y con participación de la carrera de Nutrición de la Universidad del Centro Educativo Latinoamericano (UCEL) de Rosario señala al periodo que se extiende entre los tres y los seis primeros meses de vida como el momento de mayor valor estratégico para implementar acciones en torno a la nutrición en el primer año de vida, pues allí es muy alto el riesgo de abandono de la lactancia, así como también el de su complementación con dietas de baja calidad nutricional.

“Nuestro estudio indagó las causas por las que los bebés dejan de ser amamantados y entre ellas resultan muy frecuentes aquellas en las que se observa un débil acompañamiento por parte del equipo de salud. Si éste insistiera en mayor medida y aconsejara a las madres sobre la manera de seguir sobrellevando la lactancia, los tiempos cubiertos por la misma y la edad de introducción de otras leches o fórmulas, ésta podría aumentar”, declaró el licenciado Sergio Britos, director del CEPEA y profesor asociado de la Escuela de Nutrición de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA), que dirigió el estudio cuyas conclusiones se encuentran actualmente en proceso de publicación.

Con el objetivo de analizar la calidad de la dieta de los niños, sus patrones de lactancia y la alimentación en los primeros dos años de vida, los investigadores del CEPEA y de UCEL llevaron adelante una encuesta sobre distintos aspectos de la alimentación a madres de 301 niños de entre 6 y 24 meses de edad elegidos al azar en siete centros de atención primaria de salud (CAPS) de las diferentes zonas sanitarias de Rosario. Si bien se halló una alta tasa de iniciación de la lactancia (97%), sólo en el 35% de los casos ésta era exclusiva hasta el sexto mes de vida. El abandono de la lactancia ocurría en promedio a los 8 meses de vida; a partir de esa edad, sólo el 35,5% de las madres encuestadas continuaba amamantando.

Al indagar sobre las causas que llevaban al abandono de la lactancia materna, los principales argumentos fueron: “me quedé sin leche” (27%); la necesidad de la madre de salir a trabajar (15%); el consejo médico (9%); una enfermedad de la madre (9%). El resultado del abandono de la lactancia conlleva la introducción de otras leches antes de los 6 meses, cuando se considera que la lactancia materna debe ser exclusiva hasta ese momento, pero también de la introducción de leche de vaca antes de tiempo, ya que se recomienda que no sean introducidas en la dieta infantil antes del primer año de vida.

El estudio realizado en Rosario halló que el 67% de los menores de 12 meses que consumían leche no materna consumía leche de vaca.

“La literatura médica desaconseja la introducción de leches de vaca antes del primer año de vida ya que por su elevada cantidad de proteínas y de sodio pueden representar una sobrecarga al sistema renal todavía inmaduro de los niños pequeños –explicó el doctor Britos–. Además, existe suficiente evidencia sobre la relación entre la ingesta de este tipo de leches y los microsangrados intestinales que son causa de deficiencia de hierro en los menores de un año de vida”.

DIETAS CON EXCESO DE CALORÍAS PERO POBRES EN CALIDAD

En cuanto a la incorporación de alimentos complementarios a la leche materna, el estudio rosarino mostró que el 25% de los bebés había incorporado alimentos diferentes a la leche materna antes de cumplir seis meses de vida. “El principal componente de la dieta infantil que aumenta la inadecuación en calidad nutricional, según muestra nuestro estudio, es la introducción antes de tiempo de alimentos complementarios a la lactancia –advirtió el doctor Britos–. Una incorporación temprana o tardía de alimentos complementarios de baja concentración o densidad de nutrientes afecta la calidad final de la dieta de los niños pequeños”.

El estudio mostró no sólo la introducción antes de tiempo de alimentos complementarios a la lactancia en un porcentaje importante de los bebés, sino que incluso la calidad nutricional de los alimentos introducidos y el momento de su introducción determinaba una dieta pobre en nutrientes esenciales y excesiva en términos de energía (calorías).

Así, los investigadores observaron que el 82% de los bebés tenían una dieta con un exceso de azúcares y que el 66% ingería un exceso de calorías; al mismo tiempo, entre otras deficientes nutricionales, se observó que la dieta de los pequeños ofrecía un pobre aporte de calcio y de hierro en el 43% y el 23% de los casos, respectivamente.

Asimismo, el estudio reveló que es muy frecuente la incorporación tardía de la carne dentro de la alimentación complementaria de los lactantes. La carne se suma a la dieta en promedio recién en el octavo mes de vida, cuando lo que se recomienda es que ya desde el sexto mes se incorporen pequeñas cantidades de este alimento de alta calidad nutricional a la dieta de los niños. El resultado es que el riesgo de anemia aumenta considerablemente a medida que la carne demora su introducción en el esquema alimentario infantil.

“La típica combinación de deficiencias en nutrientes esenciales (la llamada desnutrición oculta) con un exceso de energía es la base de lo que en nutrición se conoce como “dietas de baja calidad nutricional”, una condición que afecta entre un 25% y 80% de los niños estudiados, dependiendo del nutriente estudiado”, advirtió el experto en nutrición, quien destacó el importancia del impacto de esas dietas de baja calidad nutricional sobre la salud y el desarrollo de los niños.

“Las deficiencias nutricionales tienen un rol importante en limitaciones en el desarrollo intelectual, en el ritmo de crecimiento y en la vulnerabilidad a enfermedades típicas de la infancia. La obesidad constituye en la actualidad el problema nutricional más extendido en niños argentinos en general y en niños pobres en particular, adquiriendo ya niveles (aproximadamente 30% entre obesidad y sobrepeso) que la convierten en un fenomenal desafío a las políticas de nutrición infantil”, concluyó el doctor Britos.

El valor del estudio realizado por el Centro de Estudios sobre Políticas y Economía de la Alimentación (CEPEA) y de la carrera de Nutrición de la Universidad del Centro Educativo Latinoamericano (UCEL) de Rosario está dado por el grado de precisión con el que recabó información sobre la dieta de los niños menores de 2 años, evaluando factores como el impacto del complemento alimentario del Plan Materno Infantil en la ingesta total de nutrientes o los patrones de lactancia materna y formas de preparación de leches, pero también porque ofrece un detallado panorama nutricional de un momento clave de la infancia proveniente de una de las ciudades más importantes de la Argentina. (Asteriscos TV).

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