La invasión de culebras que viajan en camalotes que bajan por los ríos desde el noreste de Argentina llegó al exclusivo Puerto Madero, el barrio más nuevo de Buenos Aires.
La enorme cantidad de camalotes, una planta acuática típica de la zona, se unen formando suerte de islas flotantes que se desplazan como grandes manchas verdes sobre los ríos y trasladando consigo todo tipo de alimañas.
Además de Puerto Madero, construido en los diques a la altura del centro capitalino frente a las costas del río de la Plata, también llegaron al Paraná y sus afluentes en la zona de Tigre, a 30 km al norte de Buenos Aires, una localidad con gran presencia turística en el verano austral.
El fenómeno había llegado el lunes a la costanera de Buenos Aires y las playas de la localidad de Quilmes, 30 km al sur, que fueron clausuradas.
"Peligro, no acercarse. Presencia de serpientes y otras especies", se lee en carteles puestos a lo largo de la costa quilmeña, donde hay temor por la aparición de una yarará venenosa, sin que hasta ahora haya reportes de heridos o mordidos.
Los animales y alimañas ya habían obligado a clausurar durante el fin de semana concurridas playas del río Paraná, a la altura de Rosario, una ciudad portuaria de 1,3 millones de habitantes, 310 km al norte de Buenos Aires.
Desde mediados de diciembre, el noreste de Argentina, como zonas de Paraguay, Uruguay y Brasil, han sufrido una de las peores inundaciones de su historia, por las crecidas de los ríos debido a intensas lluvias y tormentas provocadas por el fenómeno de El Niño.
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