Más de 540.000 hectáreas, con pastizales para la
ganadería bovina y ovina, además de cultivos, se quemaron en diciembre
pasado en el norte de Río Negro y en el extremo sur de la provincia de
Buenos Aires.
La falta de lluvias y las altas temperaturas provocaron esas
pérdidas que tienen en alerta a la región porque los bomberos afrontan
serias dificultades para frenar el fuego.
Según el laboratorio de Teledetección del INTA Valle Inferior, el
mes pasado se incendiaron 543.000 hectáreas, con unas 13.000 hectáreas
en Adolfo Alsina, 179.000 hectáreas en el departamento de Conesa,
273.000 hectáreas en Pichi Mahuida y 77.000 en Patagones. Solo entre el
30 y el 31 de diciembre se perdieron 215.000 hectáreas.
Además de las hectáreas quemadas, se estima un alto porcentaje de
mortandad de animales. “Todavía no se pueden estimar las pérdidas de
animales, pero hay mortandad”, cuentan en el INTA.
En la región, según un monitoreo de los técnicos del INTA la
probabilidad de ocurrencia de incendios rurales durante el verano
depende de varios factores, entre ellos las condiciones ambientales
imperantes. Además, la acumulación de material herbáceo en el pastizal
natural (gramíneas y dicotiledóneas) capaz de iniciar un foco de
incendio está relacionada con el tipo de monte, el clima y el manejo del
pastoreo.
"Las zonas con mayor riesgo asociado al material combustible
disponible, que se observaron en este monitoreo fueron el este y la
margen norte en los departamentos de Adolfo Alsina y General Conesa,
toda la zona comprendida al este de la ruta nacional 251 en el
departamento de Adolfo Alsina. Continuando sobre las margenes del río
Colorado se observó un alto riesgo en el departamento de Caleu Caleu en
la Pampa y los partidos de Villarino y Patagones en la provincia de
Buenos Aires. En este último caso, el riesgo es alto en toda la zona
cercana al límite con Río Negro en el meridiano V", señala el reporte de
monitoreo del INTA.
"Existen focos activos y en avance, a lo cual se le suma que las
condiciones ambientales han generado la reactivación de algunos focos
que se creían controlados. En este sentido, se estima que persisten unos
11 focos activos", agrega el informe.
Con respecto a las pérdidas, se estima que la pérdida de forraje
supera las 400.000 toneladas. "Si se considera sólo el costo de
oportunidad del forraje cosechable, esto representa una pérdida superior
a los $ 240 millones", estiman los técnicos.
En Río Negro, el gobierno abrió un registro de campos disponibles
para quienes necesiten trasladar sus animales. Además, se abrió otro
registro para ofrecer alimento para la hacienda.
En tanto, en La Pampa se registraron más de 30 focos en los últimos
días en diversos lugares, como Cuchillo-Có, La Adela, entre otros. Según
dijo al diario La Arena el director de Defensa Civil, Luis Clara, en la
provincia ya se quemaron más de 300.000 hectáreas.
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