En la Argentina un 20% de los pacientes podrían ser tratados con estimulación cerebral profunda a través del implante de un dispositivo en el sistema nervioso. Esta tecnología está disponible en el país.
La Estimulación Cerebral Profunda es un tratamiento que consiste en un implante de un dispositivo similar al marcapasos en el sistema nervioso, que ya devolvió calidad de vida a más de 140.000 personas en todo el mundo. En Argentina, alrededor de 30 mil pacientes con Parkinson podrían beneficiarse con los resultados de esta tecnología médica, dependiendo de la progresión de la enfermedad.
La Estimulación Cerebral Profunda es un tratamiento ampliamente reconocido por su efectividad en el control de los movimientos anormales. Su mecanismo de acción se basa fundamentalmente en la capacidad de modificar el funcionamiento del sistema nervioso a través de estímulos principalmente eléctricos o químicos. El dispositivo es programado en forma externa por el médico y puede ser manipulado por el propio paciente dentro de los parámetros establecidos por el especialista.
La intervención quirúrgica, que se realiza para implantar el dispositivo, se realiza tanto en instituciones públicas como privadas de CABA, provincia de Buenos Aires, Mendoza, Ciudad de Córdoba, San Juan y Tucumán.
“Los pacientes que avanzaron con el tratamiento de Estimulación Cerebral Profunda lograron volver a tener calidad de vida y desearían haberlo recibido antes. Hay una tendencia cada vez más fuerte de iniciar la terapia quirúrgica en estadíos cada vez más tempranos, antes del deterioro del paciente” señaló el Prof. Fabián Piedimonte (UBA), neurocirujano y presidente de la Fundación CENIT para la investigación en neurociencias.
Inicialmente los tratamientos para la enfermedad de Parkinson pueden funcionar muy bien, pero luego de cierto tiempo, se restringe su efecto y los pacientes pueden experimentar el “deterioro de fin de dosis” y fluctuaciones motoras (beneficio cada vez más corto). También se producen efectos adversos, manifestándose disquinesias –movimientos involuntarios severos- que son invalidantes.
En esta instancia, en la cual el cuerpo deja de responder eficazmente a la medicación como lo hacía al principio -pero antes de que deje de funcionar por completo- es donde se produce una “ventana”, para que el profesional a cargo del tratamiento evalúe la posibilidad de un tratamiento de Estimulación Cerebral Profunda.
Según cifras del Ministerio de Salud de la Nación entre el 1 y el 1,5% de la población de argentina con más de 65 años padece esta patología, con una incidencia de dos afectados por mil en la población general.
Existen tantos Párkinson como personas que lo padecen porque la enfermedad se manifiesta de forma diferente en cada persona tanto en la sintomatología como evolución de la enfermedad o respuesta a los tratamientos y a las terapias rehabilitadoras, lo que hace necesaria una atención personalizada. En la actualidad, se desconocen las causas que provocan la enfermedad y no tiene cura.
Día Mundial del Parkinson
El 11 de abril próximo conmemorarán 200 años de la descripción original de la enfermedad de Parkinson. A pesar de que el autor homónimo incluyó en esta descripción otras características aparte del temblor, éste es el síntoma más ampliamente conocido en la cultura popular, pero esta concepción es errónea. No todo Parkinson tiembla, y no todo lo que tiembla es Parkinson.
De hecho, aproximadamente en el 35% de los pacientes el temblor no es el síntoma principal. (Asteriscos TV).
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