(La Política OnLine). Estuvo dos semanas sin hablar y ni contestarle mensajes de texto al jefe de gobierno. El matrimonio gay, los cargos en la Legislatura y el recambio de gabinete la enfurecieron. El viernes se reunió a solas y Michetti le dijo, además, que la habían aislado de ciertos temas de la gestión. Macri reclamó que haya desaparecido durante un mes sin defender al gobierno. Mientras tanto, prepara el PRO Capital como usina para su candidatura en 2011. La desorientación de la tropa de Larreta.
Gabriela Michetti estuvo muy enojada con Mauricio Macri. Si bien entre sus íntimos siempre pone por delante la frase “aunque lo quiero…”, estuvo dos semanas sin contestarle llamados ni mensajes de texto, acaso una de las formas predilectas que tienen de comunicarse entre ambos.
Los motivos fueron varios. Uno fue el tema del matrimonio gay, donde el gobierno porteño, luego de una idea del secretario general Marcos Peña, decidió no apelar el fallo a favor. Esto generó fuertes roces con el Cardenal Jorge Bergoglio, confesor de Michetti y hombre a quien no sólo admira sino que pide consejos y reflexiones políticas.
También se siente desprotegida. Cree que Macri no le importó dar un buen lugar a sus legisladores cercanos en el nuevo diseño de la Legislatura que vendrá tras el 10 de diciembre.
En especial, para Martín Borrelli, quien primero aspiró a la vicepresidencia primera (que quedó para Oscar Moscariello); y ahora para la vicesegunda, que está prácticamente descartado que quede en manos del diputado michettista.
“Estoy cansada de ceder, yo lo quiero a Mauricio, pero la verdad que estoy cansada ya de estas cosas”, repite ante sus allegados más próximos.
El enojo de la ex vicejefa, o “la reina”, como suelen llamarla los dirigentes del PRO, alcanzó al recambio de gabinete. En principio amenazó con alejarse del espacio macrista si el ministerio de Educación recae en el diputado Esteban Bullrich, con quien tiene una relación muy distante.
Se sabe: el actual titular de la cartera educativa, Mariano Narodowski, es amigo de ella y uno de los pocos ministros michettistas junto a Guillermo Montenegro, de Seguridad y Justicia.
Pero además, en medio de cambios en elenco ministerial, Michetti no piensa que esté acertado modificar un par de nombres nada más. “Esto no es un cambio de gabinete de fondo, si queremos relanzar la gestión hay que pensar otras cuestiones”, le dijo la semana pasada a uno de los legisladores que confía mucho en ella.
A este mapa habría que agregar el episodio del “Fino” Palacios. Desde el primer momento la ex vicejefa se opuso a su designación y cuando comenzaron las denuncias junto con la ofensiva de la oposición guardó prudente silencio a pesar de que la presionaron para que salga a defenderlo. Se negó. Pero se quedó masticando bronca.
Recién el viernes pasado se encontró nuevamente cara a cara con Macri tras esta serie de fuertes discrepancias. Allí hablaron. El tema recurrente que le reclamó el jefe de gobierno fue por qué no se involucró directamente en la defensa del gobierno en el último mes. "Gabriela vos tenías que estar en estos momentos", le lanzó.
Michetti le respondió que desde que dejó la vicejefatura de gobierno la dejaron de lado para temas de emergencia de la gestión. “Si no me llaman para la toma de decisiones no me llamen después para dar la cara”, le dijo, palabras más, palabras menos.
De todas maneras acordaron que de ahora en más se vuelva a involucrar en el día a día. Y ella, por eso, empezó a salir a hablar de nuevo en apoyo al gobierno. “Redefinió los términos de la relación con Mauricio”, explica inteligentemente un dirigente cercano a la ex vicejefa.
El 2011
Mientras tanto Michetti se prepara para el 2011 en dos ámbitos centrales: la reconstrucción del PRO Capital, donde será presidenta, y su trabajo en el Congreso.
“Desde el 10 de diciembre va a posicionarse como defensora de la ciudad ante la Nación, de los derechos que le corresponden a la ciudad en materia de competencias que se deben transferir. Entre otros, la integración de Buenos Aires al área Metropolitana (con municipios del conurbano) en temas de transporte, el medio ambiente o el puerto”, cuentan cerca de ella.
Por otro lado, en lo que respecta al partido, planea una fuerte reestructuración del PRO, donde seguramente si bien le dará lugar a los allegados a Horacio Rodríguez Larreta, intentará imprimirle un perfil más “social” y que no se acerque a la centro derecha que representan los aliados como Recrear, hoy fusionados orgánicamente con el PRO.
Fuentes del macrismo aseguran que tras el 10 de diciembre, y el relanzamiento de la gestión, comenzará a tener un discurso mirando la jefatura de gobierno 2011, aunque todo dependerá de cómo siga la crisis política que provocó el caso de espionaje.
Gabriela Michetti estuvo muy enojada con Mauricio Macri. Si bien entre sus íntimos siempre pone por delante la frase “aunque lo quiero…”, estuvo dos semanas sin contestarle llamados ni mensajes de texto, acaso una de las formas predilectas que tienen de comunicarse entre ambos.
Los motivos fueron varios. Uno fue el tema del matrimonio gay, donde el gobierno porteño, luego de una idea del secretario general Marcos Peña, decidió no apelar el fallo a favor. Esto generó fuertes roces con el Cardenal Jorge Bergoglio, confesor de Michetti y hombre a quien no sólo admira sino que pide consejos y reflexiones políticas.
También se siente desprotegida. Cree que Macri no le importó dar un buen lugar a sus legisladores cercanos en el nuevo diseño de la Legislatura que vendrá tras el 10 de diciembre.
En especial, para Martín Borrelli, quien primero aspiró a la vicepresidencia primera (que quedó para Oscar Moscariello); y ahora para la vicesegunda, que está prácticamente descartado que quede en manos del diputado michettista.
“Estoy cansada de ceder, yo lo quiero a Mauricio, pero la verdad que estoy cansada ya de estas cosas”, repite ante sus allegados más próximos.
El enojo de la ex vicejefa, o “la reina”, como suelen llamarla los dirigentes del PRO, alcanzó al recambio de gabinete. En principio amenazó con alejarse del espacio macrista si el ministerio de Educación recae en el diputado Esteban Bullrich, con quien tiene una relación muy distante.
Se sabe: el actual titular de la cartera educativa, Mariano Narodowski, es amigo de ella y uno de los pocos ministros michettistas junto a Guillermo Montenegro, de Seguridad y Justicia.
Pero además, en medio de cambios en elenco ministerial, Michetti no piensa que esté acertado modificar un par de nombres nada más. “Esto no es un cambio de gabinete de fondo, si queremos relanzar la gestión hay que pensar otras cuestiones”, le dijo la semana pasada a uno de los legisladores que confía mucho en ella.
A este mapa habría que agregar el episodio del “Fino” Palacios. Desde el primer momento la ex vicejefa se opuso a su designación y cuando comenzaron las denuncias junto con la ofensiva de la oposición guardó prudente silencio a pesar de que la presionaron para que salga a defenderlo. Se negó. Pero se quedó masticando bronca.
Recién el viernes pasado se encontró nuevamente cara a cara con Macri tras esta serie de fuertes discrepancias. Allí hablaron. El tema recurrente que le reclamó el jefe de gobierno fue por qué no se involucró directamente en la defensa del gobierno en el último mes. "Gabriela vos tenías que estar en estos momentos", le lanzó.
Michetti le respondió que desde que dejó la vicejefatura de gobierno la dejaron de lado para temas de emergencia de la gestión. “Si no me llaman para la toma de decisiones no me llamen después para dar la cara”, le dijo, palabras más, palabras menos.
De todas maneras acordaron que de ahora en más se vuelva a involucrar en el día a día. Y ella, por eso, empezó a salir a hablar de nuevo en apoyo al gobierno. “Redefinió los términos de la relación con Mauricio”, explica inteligentemente un dirigente cercano a la ex vicejefa.
El 2011
Mientras tanto Michetti se prepara para el 2011 en dos ámbitos centrales: la reconstrucción del PRO Capital, donde será presidenta, y su trabajo en el Congreso.
“Desde el 10 de diciembre va a posicionarse como defensora de la ciudad ante la Nación, de los derechos que le corresponden a la ciudad en materia de competencias que se deben transferir. Entre otros, la integración de Buenos Aires al área Metropolitana (con municipios del conurbano) en temas de transporte, el medio ambiente o el puerto”, cuentan cerca de ella.
Por otro lado, en lo que respecta al partido, planea una fuerte reestructuración del PRO, donde seguramente si bien le dará lugar a los allegados a Horacio Rodríguez Larreta, intentará imprimirle un perfil más “social” y que no se acerque a la centro derecha que representan los aliados como Recrear, hoy fusionados orgánicamente con el PRO.
Fuentes del macrismo aseguran que tras el 10 de diciembre, y el relanzamiento de la gestión, comenzará a tener un discurso mirando la jefatura de gobierno 2011, aunque todo dependerá de cómo siga la crisis política que provocó el caso de espionaje.
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