La Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) rechazó un recurso extraordinario interpuesto por la Facultad de Ciencias Médicas y dejó firme de este modo el fallo de la Cámara Federal de La Plata que dictaminó la validez de los títulos de más de doscientos graduados que habían completado sus estudios bajo una medida cautelar.
El reciente fallo de la Corte pone fin de este modo a un litigio que se prolongó por más de cuatro años, y deja fuera de todo cuestionamiento la validez de los diplomas de aquellos estudiantes que debieron recurrir a una medida cautelar de la Justicia para poder cursar la denominada Practica Final Obligatoria.
En contacto con Manuel Fonseca, médico residente del Htal Gutierrez y graduado a través de una medida cautelar, nos decía: “El fallo de la Corte pone fin a un conflicto que lleva muchos años en la Facultad, dando la razón a quienes ese momento éramos estudiantes del último año de la carrera y hoy somos médicos en ejercicio. Durante todos estos años hemos recibidos persecuciones políticas e ideológicas dentro y fuera de la facultad de diversa índole. Se nos ha acusado de facilistas, demagógicos, seudo médicos y hasta se llego a decir que ejercíamos ilegalmente la medicina, lo cual es una acusación gravísima. Fueron años de soportar estas faltas de respeto sistemáticas por parte de las autoridades de la Facultad.”
Fonseca agregó: "Ahora resta garantizar que Ana Lía Errecalde y Jorge Martínez cumplan con la justicia, firmen nuestros diplomas, cierren nuestros legajos y nos permitan inscribirnos en el padrón de graduados. Es hora de que las autoridades de esa Facultad entiendan que el autoritarismo, la antidemocracia y la persecución ideológica dentro de esa institución comienzan a ser parte del pasado."
Por su parte Laura Cano, también médica residente y “cautelada” declaró: "Quienes en su momento empezamos esta lucha como estudiantes hoy nos planteamos con firmeza ganar las elecciones del claustro de graduados el año que viene. Somos parte de una generación que cree posible y necesaria una nueva facultad de Ciencias Médicas. El tema de fondo de esta pelea siempre fue el mismo: por un lado quienes lucran con la salud y la educación, y del otro quienes creemos que son un derecho y que hay que organizarse para defenderlos."
Asimismo, Marcelo David, quien fue durante todo el conflicto el abogado de los estudiantes (ahora médicos) expresó: “Siento una alegría inmensa por esta noticia. Se ha derribado una de las contiendas judiciales universitarias más importantes de los últimos años: falacias, mentiras, prepotencia, opresión y maltrato que han sabido desplegar los integrantes del Decanato de medicina a los alumnos de esa unidad académica. Me llevo de este conflicto amigos, enseñanzas, anécdotas, broncas y por sobre todas las cosas, como humilde operador del derecho, me llevo el estigma de que lo justo tiene su cauce y hay que pelear por ello con respeto, humildad, unión, sacrificio y compromiso.”
En pocas horas, el fallo de la Corte ya ha generado un gran revuelo al interior de la facultad de 120 y 60 que parece no tener descanso.
UNA PELEA LARGA Y COMPLEJA
La polémica por la práctica final obligatoria -último año de la carrera- comenzó en Medicina a mediados del 2010. Entonces, el decanato de la facultad sacó la resolución 561 que establecía que para ingresar a la práctica no se podía deber ninguna materia, y decía que la nueva exigencia empezaría a regir a principios del 2011. La medida derivó en una toma masiva de la casa de estudios, que se extendió durante 17 días. Medió en el conflicto el ministerio de Educación, que propuso a la facultad que aplicara esa exigencia a partir del 2013, lo que quedó establecido en una nueva resolución, la 602/2010. Pero en 2012, el consejo superior de la UNLP dictaminó que la normativa no podía aplicarse en forma retroactiva, es decir, a quienes hubiesen iniciado sus estudios antes del 2010, por considerar que implicaba “un cambio de plan de estudios sobre la marcha” para esos alumnos. A partir de allí se sucedieron las presentaciones judiciales, a las que la Justicia les hizo lugar, de manera que la unidad académica debió inscribirlos para hacer la práctica, aunque nunca firmó sus diplomas ni los reconoció como médicos egresados.
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