Una empresa deberá pagarle $460.000 a un empleado debido a que la Justicia tuvo por acreditado que sufrió mobbing por parte de su jefe. En la causa, todos los testigos concordaron en que el superior “lo insultaba, le decía que era un inútil” y que “no servía para nada”.
Un empleado administrativo de una sociedad de ahorro para fines determinados será indemnizado con $460.000 tras haberle ganado un juicio por despido y mobbing a su empleadora. La decisión fue confirmada por la Sala VI de la Cámara del Trabajo
El Tribunal, conformado por los jueces Luis Raffaghelli, Graciela Craig y Miguel Angel Pirolo, resolvió rechazar las apelaciones de las empresas que conformaban la sociedad demandada, y del jefe del actor, también codemandado en autos “G. P. F. C/ B. S.A. de ahorro para fines determinados y Otros s/ Otros Reclamos- Mobbing”
“En el sub lite se ha logrado demostrar que el actor fue objeto de un trato hostil y persecutorio por parte del codemandado –E. A. J. P- (persona física demandada en autos)”, aseguraron los camaristas. Para ello, se remitieron a las declaraciones testimoniales obrantes en el expediente, las que “exhaustivamente examinados por el sentenciante de grado”, daban cuenta “de los malos tratos recibidos por el actor por parte del directivo en cuestión”.
Es así que una de las declarantes señaló que la relación entre el actor y P. “era tensa” y que “cada vez que hablaba por teléfono con él quedaba muy nervioso”. La dicente declaró que y que una vez presenció una discusión el jefe y el actor, donde el primero le dijo “vos no entendés nada vení a mi oficina, y luego se escuchaba que discutían”. La testigo dio cuenta de que a raíz de esta discusión “el actor estaba muy mal” y se “ponía mal en el trabajo”,
Otra declaración fue conteste con la situación de maltrato de la que era víctima el accionante. Una empleada de la firma que aseguró que el directivo le decía al actor “que era un inútil”. “Lo gritaba, bastardeaba, que no servía el trabajo que hacía”, detalló la testigo, quien opinó que para su jefe “cualquier defecto era culpa del actor” precisó que “podía escuchar los gritos”. Otra compañera ratificó las versiones al declarar que el codemandado “trataba mal al actor, lo insultaba, le decía que era un inútil, que no servía para nada, que no sabía hacer nada, lo gritaba, lo mandaba a su puesto, lo llamaba a los gritos”.
“Encuentro demostrado que las circunstancias relatadas han causado en el actor un trauma de índole psicológico que le genera incapacidad; sin que se adviertan eficazmente controvertidos los fundamentos expuestos por la experta médica (…) al respecto”, señala en su voto el camarista Raffaghelli.
En atención a esas circunstancias, la Cámara del Trabajo no encontró elemento objetivo aglguno “que justifique un apartamiento de lo decidido al respecto”, y mantuvo lo dispuesto en Primera Instsancia en relación a la injuria “basada en el trato persecutorio y hostil, que ha sido invocada por el trabajador como impeditiva de la prosecución del vínculo dependiente que los uniera”. (Diario Judicial).
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